1. To the moon, and back

Capítulo 61

Ese era uno de los abrazos de verdad, de esos que se dan con los ojos cerrados porque sabes que darías la vida por esa persona, y que ella la daría por ti. También era la primera vez en días que a Dulce no se le saltaban las lágrimas hablando del tema, y mientras se alejaba de los brazos de su hermana alcanzó a decir:

- ¿De verdad piensas que no me he enamorado de Rodrigo?; pregunta Dul angustiada.

- No pienso que nunca lo hayas querido, pero sí sé que quieres a Christopher. Mírate…; señala los ojos vidriosos de su pequeña pelirroja.

- ¿Pero cómo lo voy a querer después de lo que me hizo? Otra vez…; recalca Dul esos últimos vocablos mientras su cara se moja más y más a cada palabra.

- Y si no lo quieres, ¿por qué te duele tanto?; la mira Blanca fijamente a los ojos.

Dulce no responde, sabe que lo que su hermana dice es la pura verdad.

- Ay ya… Ven aquí; la sienta Blanca entre sus piernas mientras Dulce sigue en su mundo, un mundo tan roto como su marchito corazón.

- Por cierto, le he dicho a Rodrigo que me iba a ir de la casa, ¿me adoptas unos días mientras me aclaro las ideas?; la mira Dul con ojitos de cordero degollado.

- ¡Claro mi vida! ¿Te vienes a dormir hoy y mañana empacamos todas las cosas?; le pregunta su hermana intentando animarla.

- Hoy no, ha sido un día largo. Mejor hablamos mañana, necesito descansar…; se explica Dulce.

- Está bien mi amor. ¿Quieres que me quede esta noche contigo?; le pregunta Blanca a pesar de conocer perfectamente la respuesta.

- Ya sabes cómo soy, necesito mi espacio para digerir todo esto…; comenta Dulce con voz apagada.

- Okey, te dejo sola. Pero prométeme que mañana me hablas; le dice Blanca.

- Sí, claro que sí; acepta Dulce mientras la despide con un apapacho.

La puerta se cierra y la joven se desliza hasta el suelo mientras apoya su cabeza en sus rodillas, sus manos en su cabeza y se desmorona, se desmorona como nunca antes lo había hecho…

Mentía, el corazón que tanto tiempo le había costado recomponer se había desmoronado de nuevo cuatro años después. Lo había hecho pedazos la misma persona, la misma situación…