Capítulo 48

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Las jóvenes siguen tumbadas en el sofá:

- Mucho preguntarme a mí, pero no hablamos nada de ti. ¿Qué tal estás?; pregunta Dul a su amiga.

- Cansada, el estruendo de Ponchito me desveló y no pude dormir mucho; responde Annie.

- ¡No mensa! ¿Qué tal estás por lo de Manuel?; la cuestiona Dulce.

- ¡Ah! Pues es raro, pero no lo echo de menos la verdad… Es que estos días he sido muy feliz. Fue todo como siempre; contesta Anahí.

- Y tanto como siempre…; suspira la pelirroja.

- ¡Ay, no! No quería decir eso, simplemente que no sé, estoy sin preocupaciones… ¿Me entiendes? Claro que me preocupo por ti…; intenta explicarse Annie.

- ¡Ya lo sé tonta!; sonríe Dul mientras se tira encima de ella en el sofá.

Así permanecen las jóvenes durante unos minutos, hasta que el estómago de Anahí emite varias señas sonoras indicando que necesita ser alimentado.

- Me muero de hambre, ¿nos cambiamos y comemos algo por ahí?; propone Anahí.

- Uf, ¿y si comemos en casa? Yo preparo algo si quieres; comenta Dulce rechazando la invitación.

- No, tienes que salir y despejarte. Comemos por ahí, luego podemos pasear por la ciudad, o ir de shopping o lo que quieras, ¡porfi, porfi, porfi!; ruega la güera.

- ¡Qué intensidad por favor! Está bien, tú ganas; acepta la joven.

- ¡Perfecto! En media hora en mi casa, hoy seré rápida por ti; comenta Annie entre carcajadas mientras se dirige a su departamento.

Después de veintisiete minutos y tras una ducha rápida la pelirroja ya estaba lista. A punto de salir, recordó que su móvil seguía en el sofá de su cuarto. Pensó en buscarlo, luego cambio de opinión y cerró la puerta. Mientras, el teléfono no paraba de vibrar, y un nombre parpadeaba: Chris.

1. To the moon, and backOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz