Capítulo 121

1.4K 85 1
                                    

Unos días antes en Los Ángeles…

- ¿Te aburriste, mi vida?; saluda Natalia a su novio, que la esperaba mientras hojeaba una revista médica y se entretenía con el teléfono.

- No, claro que no. ¿Qué tal te fue?; le pregunta Christopher.

- ¡Muy bien! Esta clínica es fantástica. Los especialistas dicen que avanzo muy rápido, y que en menos de un mes estaré completamente recuperada; comenta la joven entusiasmada.

- ¡Qué buenas noticias!; responde Ucker mientras la besa en la frente.

- ¿Y esa cara? ¿Ha ocurrido algo?; pregunta suspicazmente Natalia.

- No, nada…; suspira Christopher.

- Te conozco, ¿qué pasa?; lo vuelve a intentar su novia.

- Los RBD, que se quieren juntar para la presentación del documental en las próximas semanas, y propusieron una cena para este sábado…; le explica el muchacho.

- ¿Y cuál es el problema?; pregunta Natalia sin entender a qué se refiere el joven.

- Ninguno, ya les he dicho que no puedo ir…; cambia Christopher la versión real de los hechos.

- ¿Cómo que no? No seas tonto. Yo estoy prácticamente perfecta, y a mi padre no le vendrían nada mal unas vacaciones, así que tenemos la excusa perfecta para que él venga y tú te vayas; le sonríe Natalia mientras lo besa.

- Pero…; intenta excusarse Ucker.

- Pero nada. Yo estoy bien. Además, imagínate qué diría la prensa si faltas. Y las loquitas de tus fans: «Christopher no acude a la cena de reencuentro porque teme toparse con Dulce María, aún no la ha olvidado»; bromea Natalia a carcajadas, sin sospechar mínimamente lo bien encaminadas que iban sus afirmaciones.

El viernes de esa semana Christopher se subía al primer avión que salía aquella mañana rumbo al DF. Además de su madre, sólo una persona sabía de su vuelta. Llevaba semanas comiéndose al cabeza y destrozándose el corazón con sus teorías sin fundamento, esas teorías con las que intentaba olvidarse de Dulce, sin entender aún que cuanto más intentaba odiarla más la estaba queriendo. Necesitaba desahogarse, un punto de cordura a su nivel de locura. Y quién mejor que alguien que había vivido su historia, la pasada y la reciente.

1. To the moon, and backWhere stories live. Discover now