Capítulo 59

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Dulce, sorprendida al no esperar a nadie y menos a esas horas, se envuelve en su albornoz y se dirige a la puerta de entrada. El timbre se escucha nuevamente. La persona que se encuentre detrás de esa puerta está realmente desesperada.

- ¡Ya voy! ¡Ya voy!; grita Dulce desde el pasillo.

- ¿Qué haces aquí?; pregunta al no esperar esa visita.

- Ay Dul, me tenías muy preocupada. Te he estado llamando toda la tarde y no me has contestado e Iliana tampoco sabía nada de ti. ¡Incluso llamé a Rodrigo! ¿Cuándo pensabas decirme que estaba en Europa?; la atosiga su hermana Blanca.

- ¡Ay Blanquita, tan intensa como siempre! Siéntate, tenemos mucho de lo que hablar…; la invita Dul a pasar al salón. Al fin y al cabo era su hermana, desahogarse con ella como lo había hecho siempre le vendría bien.

Las jóvenes se acomodaron en uno de los grandes sofás del salón. Curiosamente su hermana escogió en el que horas antes habían ocupado su hermana y su… (Dulce seguía sin encontrar un término para definir a Christopher). Allí seguía la manta con la que se habían cubierto la noche anterior. Blanca, aliada con el destino, se la lanza a Dulce mientras ella opta por la del otro sofá. Ese trozo de tela aún olía a él, y Dulce se había dado cuenta al envolverse en ella…

- La historia es larga, pero por favor que no salga a relucir tu afán periodístico hasta el final. Toma, apunta aquí todo lo que quieras y cuando termine te respondo a lo que sea. Lo que menos me hace falta es que me pares a cada momento, ya bastante tengo con no hacerlo yo sola…; le dice a su hermana tras un suspiro mientras le tiende un cuaderno y un bolígrafo, a sabiendas de su manía constante de interrumpir cualquier conversación con sus dudas y preguntas frecuentes.

- Ay Dul, me estás preocupando… Vale, ya me callo, ya me callo; comenta Blanca tras una sonrisa viendo la mueca que le había hecho su hermana.

1. To the moon, and backWhere stories live. Discover now