Capítulo 136

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De regreso al comedor, las jóvenes vuelven a sus lugares.

- Perdón por lo de antes. Luego hablamos…; le susurra Dulce. Christopher no responde, simplemente sonríe, le guiña un ojo y acaricia su pierna como signo de aceptación.

La sobremesa transcurre alegremente, hasta que Pedro da la orden de salida. En menos de dos horas ofrecían una rueda de prensa, y hasta el mínimo detalle tenía que estar preparado.

Ya en el hotel, les entregaron sus llaves. ¡Una planta entera reservada para ellos solitos! Las tres chicas decidieron arreglarse en el cuarto de Annie, mientras que sus compañeros lo hacían en sus propias habitaciones.

Camisas por aquí, vestidos por allá, pantalones por un lado y zapatos por el otro. Mil y una prendas desfilaban por todos los cuartos, pidiendo consejos que al final ni se escuchaban porque cada uno ya sabía lo que llevaría puesto. Y allí estaban, reunidos en otro hotel, uno más entre los cientos que llegaron a pisar en sus vidas, riendo como siempre, queriéndose más que nunca.

- ¡Ay ya, me voy de vuestro zoo!; anuncia Dulce divertida saliendo del cuarto de Anahí.

- Fiu, fiu…; se escucha desde la puerta de enfrente.

- Te ves muy linda…; le piropea Christopher.

- Gracias, tú también; responde avergonzada la joven mientras entra en su habitación.

Al rato, Pedro los avisa: es hora de retomar sus deberes profesionales. Los seis ya se encuentran en el pasillo de aquella planta de hotel, y como antaño, no podían hacer nada sin su himno de guerra: «R, B, D», se escuchaba mientras se fundían en un abrazo colectivo. Besándose los unos a los otros estaban cuando Dulce, nerviosa, sin saber cómo reaccionar, se para frente a Ucker.

- Ven aquí…; le sonríe Christopher mientras la acoge entre sus brazos, alzándola del suelo, permitiendo que ella enganche sus piernas a su cintura y sus manos a su cuello, para así fundirse en un tierno y largo abrazo del que no se querrían desprender jamás.

- Ay güera… Queríamos ser los padrinos de su boda, pero creo que pasaremos antes por la iglesia para bautizar al bebé que están haciendo; suspira Alfonso apoyándose en los hombros de Anahí.

- ¡Poncho!; gritan Annie y Mai, mientras a su lado Christian, no puede más de la risa.

1. To the moon, and backWhere stories live. Discover now