***

Los días siguen pasando y sigo sin tener noticias de ella.

—Mariana está afuera. —informa Caleb.

Sobo mis sienes al anticipar lo que su visita significa.

—Dile que no estoy. —me enojo.

—¿Quién no está? —entra la mujer con cabellera roja.

—Tu prometido. —me burlo.

Que mi rostro no muestre nada la hace arrugar las cejas

—No eres gracioso ¿Lo sabías?

No respondo.

Ya llevo casi tres meses en México en lo que Rojo Sangre y H.B. no se han manifestado.

Por un momento tuve la impresión de que el atentado en el que estuvo involucrada Alessia tenía que ver con eso, pero no fue así.

Uno de los tantos informantes que tenemos dio el aviso de ese ataque, pero los desgraciados que están a cargo no fueron.

Es por ello que ya le mande un informe a Carsten para que venga a poner orden, me lo pidió a mí, pero me negué.

Tengo cosas más importantes que hacer, para encargarme de sus responsabilidades.

Estoy encargado de ciertas misiones en México aparte del compromiso que tengo con la junta.

Por lo menos en la última junta hice algo productivo con respecto a la doctora.

—Superior, tiene...

—Ya me cansé. —interrumpe Mariana a mi agente—. Vamos a dar una vuelta y luego regresas a poner en su lugar a estos chicos. —señala al agente que no se inmuta ante sus palabras.

Esta sobrepasando límites.

—Mariana, sal de este lugar. —parpadea—. ¡Ahora! —ordeno.

Como la caprichosa que es sale dando un portazo dejándome con el agente.

—Prosigue. —indico.

Después de varias horas de trabajo decido salir y cumplir un puto capricho de Mariana.

Ahora estamos en un puto centro comercial, por lo que sobo mis sienes mientras la miro mal.

Si ahora no la aguanto no me imagino el infierno que viviré más adelante cuando seamos familia y tengamos que vernos a diario.

—Ahora vuelvo. —la ignoro.

Empiezo a caminar hasta que la veo.

Kryptonita hecha mujer.

Ella es todo lo que no toleran en una mujer, es por eso que me encanta.

Es hermosa, inteligente, egoísta, soberbia, egocéntrica, y la lista de sus cualidades sigue.

—Alessia Carvajal. —saboreo el nombre en mis labios.

 —saboreo el nombre en mis labios

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ambición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora