I

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Abrí los ojos lentamente poniendo atención únicamente en la canción que sonaba, creo que antes siquiera de tomar conciencia de estar saliendo de mi somnolencia. Era la misma melodía con la que me había dormido.

Al abrir los ojos me encontré con una mirada divertida y tierna clavada en mí. Philip ladeó un poco la cabeza, a modo de saludo o quizás solo para poder mirarme mejor, la cual apoyaba en sus brazos cruzados. Se había tumbado boca abajo en otra tumbona que había colocado en perpendicular a la mía formando una "T".

-Hola bella durmiente-su voz sonaba ahogada por su propio brazo. Sonreí antes de estirarme para desperezarme.

-Buenos días principito-dije remolona. Al fin me dejó ver sus labios antes escondidos tras su brazo y a continuación su sonrisa.

-Buenos días mi niña-me quedé embobada mirándolo y luego suspiré, suspiré como una tonta expertamente enamorada, pero sobre todo como una tonta-Por cierto-siguió diciendo mientras aún tumbado, apoyaba su peso sobre los codos-Yo tengo esta foto-busqué la foto a mi lado en un gesto inconsciente, al ver que la sostenía ahora en el aire enseñándome a los sonrientes y harinosos niños, antes de ponerse a mirar él la foto-Así que esa niña eres tú-miraba embobado la foto.

-Así que me robas cosas mientras duermo-bromeé.

-Eeh... Bueno sí y te robaría más cosas como por ejemplo besos, pero no lo hago por miedo a despertarte y que creas que soy un pervertido, ya sabes...-dijo fingiendo carita de preocupación, provocando mi risa.

-Bobo-me sacó la lengua antes de volver a clavar la vista en aquella foto aún con una sonrisa en los labios-Y cómo que la tienes?-pregunté yo ahora sentándome.

-Sí, bueno yo no, mi madre en los álbumes familiares que hay en el despacho de mi padre-mientras hablaba conmigo seguía viendo la foto con cara de tonto, creo que similar a la que había tenido yo todo el tiempo que también había estado mirándola-Sabes lo mona que eras?-mi risa no salió más sarcástica porque no la ensayé.

-Oh, muy bonito-su risa fue más bonita y natural-Era, no?

-No, ya en serio-comenzó a decir calmando su risa-La última vez que vi esta foto fue pocos meses antes de entrar a la agencia, mi hermana y yo habíamos estado buscando fotos para un regalo que mi hermana les quería hacer a mis padres por su aniversario. De eso hará dos años casi, el caso es que cuando vi a esa niñita de ojos increíbles y tirabuzones negros, me pregunté que dónde y cómo de grande estaría-sonrió como visualizando un recuerdo-Lo gracioso es que me acuerdo de ti de pequeñita-me senté en el suelo apoyando la espalda en mi tumbona y el costado en la suya quedando a centímetros de él.

-Y debes sentirte un grandísimo pederasta-se echó a reír antes de deslizarse un poquito sobre la tumbona para acercar aún más su rostro al mío.

-Idiota-me besó.

-Tanto como tú?-dije entre besos.

-Lo tuyo es un poquito peor-reí nuevamente antes de atrapar su rostro entre mis manos y besarlo.

Nos sentamos los dos en aquel rinconcito que nos proporcionaban ambas tumbonas y bajo la sombra que nos ofrecía la gran sombrilla. Él apoyado en las tumbonas y yo  sentada entre sus piernas, apoyada en su pecho y rodeada por sus brazos.

Le conté que había hablado con su hermana y le mostré la foto de ella y el potrillo. Él por otra parte me contó que su hermana era quien lo había despertado, diciéndole por mensaje que lo quería mucho y que no pensara que se había olvidado de él. Sonreí por aquello. Me hubiese encantado tener una hermanita y ya si hubiese sido como Alice, me la zampaba sin pan ni condimento.

DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)Where stories live. Discover now