Pocos días después organizamos una cena con casi todos nuestros amigos y familiares. Le quise devolver la sorpresa a Philip y preparé un viaje de fin de semana para Alexandro y Alice.
-Muchas gracias Meg, tengo muchas ganas de veros-me había dicho Alice por teléfono.
-Cómo va todo?-me preguntó su padre.
-Cada vez tu hijo pasa menos tiempo en casa, pero bueno, eso significa que no le falta el trabajo.
-Marcello es bueno de más en su trabajo como manager-dijo.
-Eso estoy comprobando-rio.
Tres días antes de la cena, Philip tuvo que ir a un nuevo viaje, pero no lo dejé irse sin antes hacerme la promesa de que estaría de vuelta a tiempo.
El día de la cena, Lupe y yo nos ocupamos de todo. Pasamos cerca de siete horas en la cocina, pero sin duda mereció la pena, porque todo nos quedó de rechupete.
Alexandro y Alice llegaron antes de lo esperado. Tras abrazarnos, besarnos, saludarnos, colocar sus cosas mientras nos contaban novedades, etc., nos ayudaron a colocar la mesa.
-Tengo ganas de ver al tonto de mi hermano-dijo Alice mientras hacía grullas con servilletas. Había aprendido recientemente y cualquiera le quitaba la ilusión.
-Su avión salía a las seis, así que dentro de una hora como mucho estará aquí-dije yo mientras ponía los cubiertos.
Todos comenzaron a llegar: Alex y Carlos con Linda, Luis, Frany y Sergio, mi padre, mi madre y Luciano, Roberto y su familia... El único que faltaba, era mi marido.
Estaba en la cocina ayudando a Lupe a emplatar, cuando de repente sonó el teléfono.
-Dime Philip-dije desganada temiéndome sus palabras.
-Lo siento.
-Más te vale estar buscando a mis hermanos esta vez, sino no entiendo qué haces que aún no has llegado? Te esperamos desde hace dos horas. Qué ha pasado?
-Me han retrasado el vuelo porque mañana necesitan que haga una promo, pero mañana sí o sí estoy de vuelta.
-Ya... igual que prometiste estar hoy aquí a tiempo, no?-se quedó en silencio por unos segundos. Lupe me miraba temiéndose que mi reacción fuera a peor. Lo que últimamente no era raro en mí, pero no era culpa mía, solo a él se le ocurría enfadar a una embarazada.
-Lo siento-se volvió a disculpar-De verdad. Pero si se quedan en casa, mañana podré verlos a todos.
-Nos vemos mañana Philip-dije antes de cortar la llamada. Llamó al segundo siguiente-Qué?
-No te enfades por favor.
-Tarde para eso Philip, no prometas algo que no sabes si vas a poder cumplir.
-Nena esto ha surgido de repente, me lo han pedido como un favor de última hora... No es por capricho, es trabajo.
-Ya... Da igual.
-No... No da igual porque estás enfadada-su voz me recordaba a la de un niño asustado.
-Creo yo que es lógico-dije intentando tranquilizarme.
-Nena, mañana por la tarde estoy allí.
-Vale, no pasa nada. Te dejo, estoy ayudando a Lupe con los platos.
-Nena-me llamó como sabiendo que le colgaría.
-Qué-dije cansada.
-Que te quiero-no pude evitar sonreír.
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DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)
RomanceDieciséis años, hermosa y con ciertas habilidades especiales, inexplicables para ella misma. Ella, la cual nunca pensó en otro hombre que no fuera su padre, tras lograr entrar en el mundo del modelaje, conoce a ese chico... El chico. Te enamorarás...