VI

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Al llegar a la casa, en lo primero en lo que me fijé fue en la hilera de coches que había en nuestro jardín; el de Lilian, el de Mike, el de Marcello, el de Alexandro y el de Lola.

Las niñas estaban sentadas en el suelo, con sus platos llenos de comida frente a ellas, lo que resultaba buena idea mientras los perros no estuvieran allí, pero ahora a falta de uno, había tres. Todos nos echamos a reír en cuanto las niñas agarraron sus platos y entraron corriendo a la casa, perseguidas por los perros.

-¡Hola Megan!- me saludó Sophie con alegría desde uno de los sillones que habían sacado para la ocasión, antes de ponerse en pie dejando a la vista un exuberante y corto vestido rojo pasión de tela fruncida. Su pelo estaba ondulado y por zapatos llevaba unos altos tacones en color negro.
Se acercó a mí para saludarme con dos besos y un abrazo.

-¿Te ocurre algo?- me preguntó al ver que no le decía nada. Forcé una sonrisa mientras negaba con la cabeza.

-Luego necesito hablar contigo- dije tan solo antes de disponerme a caminar hacia los demás presentes.

-Estás muy guapa- me dijo agarrándome de la mano.

-Y tú- dije antes de seguir la marcha. Philip ya estaba con ellos. Los saludé a todos sin poder evitar una de las veces mirar hacia Carlos y Sophie, la cual se enganchó a su cuello para luego chocar sus labios con los de él.

Comimos tranquilamente entre conversaciones y risas. Marcello y Alexandro bromeaban sin darse un descanso el uno al otro, las niñas correteaban por toda la casa, jugaban entre los coches... No sé cómo sacaban tiempo para acercarse y picar algo. Aunque o era por voluntad propia o por orden de sus padres, así que...
Los jóvenes hablábamos enérgicamente sobre planes de futuro; lo que nos gustaba hacer, lugares para salir por las noches... Aunque de eso último yo, que apenas había vivido la experiencia, tendría que ir olvidándome. Por otra parte, Lupe y Lola hablaban entre ellas o se unían a nuestra conversación.

-Sí, a mi me encantaría coger una mochila, agarrar a Lilian de la mano y viajar, viajar y conocer miles de lugares nuevos- dijo Mike con voz soñadora.
Me pareció un gesto súper bonito que incluyera a Lilian en sus planes y al parecer no fue a mí la única, puesto que ella misma tomó su mano llamando su atención. Ambos se quedaron mirándose mutuamente consiguiendo sacarme una sonrisa. Miré a Philip por instinto, pero algo más urgente me obligó a apartar la mirada y levantarme.

-Voy a por más coca cola- dijo Sophie poniéndose en pie.

-¿A dónde vas?- me preguntó Philip tomándome de la mano.

-Quiero hablar con ella- le confesé inclinándome para quedar más cerca de su oído. Me miró con leve seriedad.

-Megana...- protestó en voz baja.

-No te preocupes- le guiñé un ojo restándole importancia a la situación.

Sophie estaba cerrando la puerta del frigorífico ya con la botella en mano. Caminó hacia mí con una sonrisa en los labios.

-¿Podemos hablar ahora?- pregunté deteniéndome. Me miró extrañada.

-¿Claro, qué ocurre?- dijo acomodándose la botella entre los brazos.

-¿Por cuanto seguiría siendo, inconscientemente, tu cómplice de adulterio?- primero se sorprendió, pero la sorpresa se le pasó demasiado rápido.

-Aah... No te preocupes por eso, sé llevar la situación- dijo dándole la misma importancia que se le da a hablar sobre calcetines, con una radiante sonrisa en los labios.

-Me da igual tu novio o el pobre Brian pe...- me interrumpió.

-¡¿Pobre?! Dios, parece que yo fuese un monstruo o algo- dijo riendo. Fruncí el ceño molesta.

DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora