II

1.2K 34 3
                                    

Sonreí.

-Has tenido suerte-oí a mi tía decir.

-Qué? Cómo que suerte?-dije mirádola ahora.

-Suerte de encontrar a alguien que se parezca a ti. La verdad es que no me cuesta nada veros como papi y mami y no te voy a mentir, la idea de ver a mi sobrina de dieciseis años como madre, no me hace ninguna gracia-yo había estado sonriendo durante los primeros segundos de su comentario.

-No tienes que jurar que la idea no te hace gracia, tía-por algún motivo que desconozco, la hice reír.

-Por qué me miras tan seria?-me preguntó al ver que no me reía y además me quedaba fija en ella. No fue por nada, es que mi mente voló a otro lugar.

-No has intentado enamorarte otra vez?-le pregunté sin responder antes a su pregunta. Su gesto cambió de diversión a incertidumbre y de ésta a seriedad, en intervalos de cero coma segundos.

-No es algo que no se me haya pasado por la cabeza, para qué mentirte.

-Pero...-la insté a seguir hablando.

-Pero es mucho más dificil hacerlo o simplemente intentarlo, mucho más que decirlo o pensarlo. Y...-hizo otra pausa-Siento que hacerlo, sería fallarle.

-No le fallarías, el querría verte feliz.

-Sin él? Imposible.

-Nada es imposible tía-hice caso a mis impulsos y le acaricié la mejilla, primero con el dorso de mis dedos en un movimiento de abanico y luego con la yema del pulgar. Sonrió con otra de sus melancólicas sonrisas.

-Me hubiese gustado tener una hija como tú-dijo sin más.

-Irresponsable, que se quede embarazada con su primer amor, que ha dejado de estudiar...?-bromeé yo apartando la mano para luego apoyarla en el banco.

-Sí-dijo divertida-Una chica que sea todo eso y además buena persona, especial...-eso último lo dijo como si ella misma no entendiera a lo que se refería con sus palabras.

-No tengo mucho de especial. Una bella familia quizás-nuevamente sonrió, pero esta vez con más simpatía.

-Podría darte un abrazo?-aquella pregunta me tomó sin duda por sorpresa, pero no dudé en darle una respuesta.

-Oh! Vaya...-dijo riendo-Lo tomaré por un sí-dijo ahora correspondiendo a mi abrazo sorpresa.

-Aunque la quiero, mentiría si dijese que he tenido una madre modelo-hice una pausa mientras cerraba los ojos. Se sentía cómodo entre aquellos brazos cálidos.

-Pero...-me instó ahora ella a hablar.

-Pero sin duda esto la hubiese ayudado a ganarme-acomodé la cabeza en su hombro. Olía a una colonia que me sonaba de algo, pero que no llegaba a identificar, tan solo se que mi olfato reconocía aquel olor como algo fresco, suave pero a la vez cargado o intenso y algo en él me hacía pensar en lo natural, en el rocío de la noche, ese olor húmedo y fresco de un riachuelo.

-Estás segura de que la dejaste? Si algo podía ver de cuando no eras más que una cría y lo que veo ahora, es que con tus miradas pareciera que leyeses las mentes de las personas, pero tú sin embargo no dejas que nadie intente ver más allá de lo que a ti te interesa-aún con los ojos cerrados, noté como poco a poco se me fue acelerando el corazón.

-Tan solo me cuesta confiar, supongo.

-Incluso en el padre del que será tu hijo?-sonreí burlona.

-Con todos menos con él-su mano acarició mi cabeza.

DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)Where stories live. Discover now