Otto

1.2K 32 4
                                    

El teléfono me comenzó a sonar en algún lugar dentro del bolso.

-Megana versus bolso, parte dos-dije resignada entregándole la cámara nuevamente a toda prisa, provocando su risa. El móvil me costó menos encontrarlo-Diga?-no conocí el número que aparecía en pantalla.

-Gracias por la demostración de cómo no guardar un contacto-reí al escuchar el saludo de Carlos.

-Lo siento, tenía demasiado sueño-me disculpé mientras volvía a colocarme el bolso antes de cerrar la puerta del coche.

-No pasa nada-dijo con dulzura-Por cierto, tengo aquí a alguien que quiere hablar contigo-dijo antes de que se hiciera un corto silencio y autoseguido se escuchase un ladrido. Sonreí-Así suena ahora tu feo cachorro-bromeó.

-Ese ha sido un ladrido de Draco?-pregunté sorprendida. Yo recordaba los ladridos del pequeño Shiba como algo que daba risa, no como algo que podría llegar a asustar-Creía que era Linda-dije ahora haciéndolo reír.

Philip al comprender con quien hablaba, optó por reunirse con mi tía y Becky, que parecían guías turísticas señalando a un lado y a otro.

-Es Draco. Te dije que había crecido.

-Y qué pasa, que me lo has amaestrado para que incluso salude?-pregunté con voz burlona.

-No-dijo riendo antes de producir un fino silbido, por lo que supuse que estaba llamando a alguno de los perros-Eso se llama, un perro reclamando la chuche que el humano no le quiere dar-dijo con seriedad haciéndome reír.

-No me lo hagas sufrir-me acerqué a Philip y las chicas, bueno mejor dicho, y a la niña que iba agarrada de la mano de mi ya bastante madura tía.

-Tranquila, más bien te lo estoy malcriando-sonreí-Bueno tú qué tal? Si la boda sigue en pie... Eso significa que las cosas con Philip van bien, no?

-Eh... Sí-dije frunciendo el ceño. Philip, que me miraba en silencio mientras las otras dos seguían comentando algo como si de abuela y nieta se tratasen, también frunció el ceño.

-Me alegro-creo que el sentimiento no coincidía con sus palabras.

-Gracias-dije algo cohibida

-Bueno... eh... tu amiga me ha llamado esta mañana otra vez-reí-Es...

-Una acosadora.

-Iba a decir simpática, pero tu definición mola más-dijo haciéndome reír nuevamente por la seriedad con la que dijo aquello, que por lo menos de mi boca, saldría acompañado por la risa-Te echo de menos Meg-dijo sin más, sorprendiéndome.

-Estás bien?-pregunté lo primero que me vino en mente. Apenas habíamos tenido trato y me encontraba un poco fuera de lugar con aquella repentina... confesión.

-Sí-dijo en una intentona por reír-Solo que... bueno, te hiciste querer-al decir aquello, la sonrisa en mis labios, aunque lentamente, terminó por formarse tímida pero esplendorosa-No se tú, pero me gustaban nuestros paseos con los dos bestias éstos-dijo rápidamente como queriendo llenar el vacío provocado por nuestro momentáneo silencio. Reí.

-Sí, a mi también me gustaban-Philip que hasta el momento había estado hablando con Marinella y Becky, al escuchar mi voz dulce, casi melosa, me miró. Espantada por si volvía a confundir las cosas, carraspeé.

-Era divertido eso de pasear a los dos monstruitos-dije ahora con voz demasiado... profesional. De repente parecía que estaba haciendo una entrevista para una importante empresa, en lugar de estar hablando de cosas divertidas y desenfadadas con un amigo. Philip tuvo que fruncir los labios en un intento por no reír, antes de voltearse dándome la espalda. Yo primero lo miré entrecerrando los ojos, luego en cambio solo sonreí divertida.

DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora