Insieme per sempre

114 5 0
                                    

A la mañana siguiente, me desperté abrazando la almohada. Entraba mucha luz por la ventana. Me eché a llorar sintiéndome miserable.
Todo había sido un sueño...

-Eii... Alguna pesadilla?-al notar su mano y escuchar su voz, me giré de inmediato.

-No ha sido un sueño-dije con la voz quebrada. Sonrió tristemente, antes de negar con la cabeza. Me deshice de las sábanas antes de acercarme a él lentamente.
Quería disfrutar aquello por si terminaba no siendo real.
Me arrodillé ante él sintiendo el colchón hundirse. Me miraba divertido, pero sin moverse ni decir nada.

-No te vas más?-soné como una niña con miedo e incrédula, justo como me sentía...

-No-dijo con una tierna risa. Lo abracé consiguiendo un abrazo de ésos que parecían reactivarte por dentro.

-Lo siento-dije en un hilo de voz.

-Por qué?

-Por no confiar en ti-negó con la cabeza aún apoyada contra la mía.

-No tienes historiales de relaciones buenas entre tu familia y amigos por las que estar segura de la tuya propia... Yo no debería haberte descuidado hasta el punto de hacerte dudar y lo siento-reí por lo bajo antes de apartarme para mirarlo a los ojos.

-Te amo-me robó un beso que no hice por recuperar.

-Philip?-nos apartamos.

-Carlos?-preguntó mi niño, extrañado.

-Me ha hecho compañía estos días junto con Lupe-Philip nos miró a ambos con seriedad.

-Gracias-dijo de repente sorprendiéndonos a Carlos y a mí, quienes nos esperábamos una reacción algo diferente.

-Veo que ya todo se ha aclarado, me alegro.

-Sí... Cómo están Alex y los demás?

-Muy bien... eh... El desayuno está listo.

-Gracias Carlos-le dije antes de que éste desapareciera escaleras abajo. Miré a Philip, quién miraba hacia las escaleras pensativo.

-Nene-llamé su atención.

-Hubiese sido él mi sustituto?-me eché a reír casi por inercia.

-Qué?-agitó la cabeza como si con eso despejara su mente.

-Es la primera pregunta que se me ha pasado por la cabeza al verlo.

-Pues... No creo que me viese con fuerzas, ni con la suerte de encontrar un sustituto-escuchar aquello le alegró realmente y se le notó-Y por cierto y a pesar de lo que pienses de él, Carlos te ha defendido todo el tiempo.

-Claro, porque no hay que ser muy listo para saber que nadie dejaría escapar a alguien como tú-respondió con soltura-Por cierto, echaba de menos tu color de pelo-dijo ahora haciéndome reír.

Megana Perseo había dejado de ser un barco a la deriva.

Bajamos a desayunar.
Fue... bastante incómodo. Ninguno de los cuatro sabíamos qué decir. Philip en concreto, de vez en cuando nos miraba pensativo, obviamente no dejándome entrar en su mente y, si no nos miraba a nosotros, miraba su cuenco de cereales, el cuál apenas tocó.

Carlos se fue poco después de desayunar, usando la excusa de que Alex lo había amenazado de muerte, si no estaba de vuelta para la hora de comer.

-Gracias por haber venido-estábamos de pie junto a su coche. Me abrazó.

-Cuídate y practica el control de tus hormonas-me susurró al oído provocando mi risa.

Entré a la casa tras ver como su coche se alejaba en el camino.

DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora