☽ | Chapter 75. [02]

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LA VAMPIRA QUE SOÑABA CON UNA CERILLA Y UN BIDÓN DE GASOLINA

[PARTE 2]

El viernes me mostré más inquieta de lo habitual. Lyle se había encargado de recordarme mediante un esclarecedor mensaje que debía acudir sin falta a la mansión, a primera hora, para poder ultimar los últimos detalles de mi propia fiesta; hasta entonces, habían sido las hermanas van Tassel quienes se habían encargado de prepararlo todo en mi ausencia, por lo que resultaría algo violento que yo no tuviera ningún tipo de participación en la organización.

Hunter fue el encargado de despedirme en la glorieta de la entrada, donde ya me esperaba un vehículo de la familia Herz para supervisar que cumplía con mi palabra; torcí el gesto al reconocer al humano que iba al volante, tendiéndole de malas formas mi pequeña bolsa de viaje con ropa para pasar el fin de semana. El pequeño de los Vanczák no parecía perder de vista al chófer, con una expresión de completo desagrado.

Me interpuse a propósito en su campo de visión para evitar que siguiera fulminando con la mirada al enjuto humano y Hunter frunció su ceño. Era evidente que no estaba nada encantado con la idea de que me metiera en ese coche.

Le di un puñetazo en el brazo, intentando distraerlo.

-No estoy de acuerdo con nada de esto –dijo Hunter.

Lo miré, abandonando la idea de bromear.

-Fue mi decisión –le recordé con dureza.

Hunter entornó sus ojos.

-Fue un error –me corrigió.

Me crucé de brazos, notando un ramalazo de rabia.

-Me importa muy poco vuestra opinión –expresé con suficiente claridad, logrando que Hunter gruñera-. Lo hice creyendo que ayudaría al aquelarre y debo responsabilizarme de las consecuencias.

Los ojos azules de Hunter se enfriaron, desviándose hacia un punto cualquiera que no estuviera cerca de mi rostro. A mis espaldas escuché el carraspeo forzado del chófer humano; lo miré por encima del hombro mientras Hunter me imitaba, mirándolo sin ningún tipo de disimulo con desagrado.

-Señorita Herz –Hunter rechinó los dientes cuando escuchó mi apellido-. Tenemos que marcharnos, la señora van Tassel la está esperando para que puedan ir a supervisarlo todo personalmente.

Hunter y yo nos fundimos en un incómodo abrazo de despedida. Di media vuelta y bajé hacia la puerta que el humano me tenía abierta; me colé en su interior, acomodándome en los asientos traseros, y bajé la ventanilla para poder contemplar a Hunter al final de las escaleras, contemplándome con una expresión contrariada.

El coche arrancó y nos pusimos en marcha, alejándonos de la mansión. Saqué el móvil para comprobar que no tenía ningún mensaje o llamada importante; les había hecho prometer a Bala, Hunter y Étienne que no dudarían en advertirme si algo saliera mal... o si el estado de Derek empeoraba.

Después de hoy, habría un nuevo gobierno en el aquelarre y Ferenc se encontraría dirigiendo todos sus hilos.

Me mordí el labio inferior, inquieta. ¿Qué sucedería cuando su padre le dijera a Derek que no iba a seguir siendo por más tiempo el líder del aquelarre? ¿Cómo se tomaría Derek que ninguno de sus amigos, de sus confidentes, saliera en su defensa? Todos nos habíamos quedado al margen y le habíamos prometido a Ferenc no intervenir en su contra; de manera tácita estábamos ayudando al viejo vampiro a deponer a su propio hijo.

Estábamos traicionándolo.

Estaba traicionado a Derek de nuevo.

Cuando el coche redujo la velocidad, acercándose a la mansión de los Herz, me apresuré a bajar de él. Durante el viaje de ida no había podido dejar de pensar en el daño que le habíamos causado a Derek al aceptar mantenernos al margen; todos sus amigos, su hermano incluso, habíamos permitido que Ferenc pudiera hacerse con el poder. Y esa idea me estaba causando asfixia.

MidnightWhere stories live. Discover now