☽ | Chapter 12.

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MI PRIMER BAILE DE NO-MUERTOS (I)


Le pedí a Hunter que me acompañara hasta mi habitación, temiendo un encontronazo con Morticia en el camino. Aquella mujer había logrado meterme el miedo en el cuerpo, haciéndome temblar; Anna, en comparación con Morticia Olaussen, parecía una niña sin peligro alguno.

Nos despedimos de Anna en el vestíbulo y emprendimos la marcha hacia mi dormitorio, abandonando la idea proseguir nuestra velada de películas sobre vampiros; el humor de Hunter no había mejorado un ápice desde que Morticia se había despedido en las escaleras, y sus ojos seguían oscurecidos.

-¿Morticia es... es tu madre? –me atreví a preguntar.

No conocía en absoluto a la familia Vanczák. Había podido averiguar que eran tres hermanos, suponiendo que Axel era el primogénito; el patriarca de la familia se había mantenido fuera de la mansión por motivos diplomáticos. Pero no había podido saber nada sobre la madre.

Las aletas de la nariz de Hunter se ensancharon, arrancándole un gruñido de desacuerdo con mi pregunta.

-Por supuesto que no –respondió con resquemor-. Morticia es la nueva amante de mi padre, pero no compartimos sangre. Gracias a Dios.

Deirdre me había comentado que, antes de que el patriarca se decantara por la misteriosa vampira, había estado con otra mujer... Cassie. Todavía me quedaba mucho por aprender sobre las intrigas morbosas de los miembros de aquel aquelarre, pero había puesto atención y podía sacar mis propias conclusiones.

-¿Tu madre es Cassie, pues? –intenté de nuevo.

La mirada que me dirigió Hunter fue suficiente para darme cuenta de que me había equivocado de nuevo. Alcé las dos manos en señal de disculpa, pero el vampiro sacudió la cabeza, recordando que yo no podía conocer todos los detalles escabrosos e íntimos de los miembros del aquelarre.

-Cassondra fue otra de las amantes de mi padre –me explicó, aunque su voz delataba que aquella vampira le era mucho más tolerante que Morticia-. Después llegó Morticia.

El instinto me dijo que recelaba de la vampira y que había algo más en la historia de cómo su padre había decidido sustituir a Cassondra, Cassie como la había llamado Deirdre, por su actual pareja.

Continuamos por el pasillo hasta llegar a la puerta de mi dormitorio. El humor de Hunter parecía haberse aliviado después de mi interrogatorio, aunque aún podía ver una sombra de desconfianza en el fondo de sus ojos azules; me apunté mentalmente no ser tan agresiva con mis teorías y no tocar jamás el tema de sus padres de ahora en adelante. De haber sido Derek, seguramente se me habría lanzado al cuello por mi intromisión.

Nos quedamos parados frente a la puerta, sin saber muy bien qué hacer. Lo normal sería que yo me marchara a mi dormitorio, pero parecía que Hunter se encontraba un poco ansioso por decir algo más.

-Mi madre murió hace mucho tiempo –dijo tras un buen rato en silencio, cuando estaba a punto de despedirme de él-. Mi padre nos convirtió a todos en lo que somos, pero algo fue mal con ella... Se volvió inestable y eso obligó a mi padre a que la encerraran en las mazmorras...

Fruncí el ceño al recordar lo bien acondicionado que se encontraba el sótano de la mansión cuando fui destinada allí. Había creído que se debía a la obsesión insana que sentía Derek por provocar todo tipo de dolor a sus víctimas, pero no pude evitar sorprenderme al descubrir que había servicio para otro propósito, uno mucho más doloroso y oscuro.

-Lo lamento mucho, Hunter –dije con sinceridad.

Hunter sacudió la cabeza, rechazando con suavidad mis palabras. No había terminado de hablar, y no podía evitar sentirme levemente halagada de que hubiera decidido abrirse conmigo, a pesar del poco tiempo que hacía que nos conocíamos; un escalofrío me recorrió la columna vertebral al recordar las palabras del corredor, las que me habían perturbado profundamente.

MidnightWhere stories live. Discover now