☽ | Chapter 1.

17.4K 1.1K 228
                                    


UN VAMPIRO DESCONTROLADO ANDA SUELTO POR LONDRES


Aquel fue mi primer asesinato.

Todo mi dominio se había esfumado, dejando en su lugar un escalofriante arrebato casi animal que me empujaba a seguir succionándole, tal y como había hecho conmigo aquel desconocido, mi creador; ignoré por completo las súplicas y golpes del chico hasta que todo su cuerpo se quedó laxo y sus ojos se habían puesto vidriosos, fijos en algún punto por encima de mi hombro.

Me aparté del cadáver, notando cómo la sangre de aquel chico resbalaba por mi barbilla, dándome la apariencia de alguien bastante macabro. La tez se le había puesto cenicienta y supe que había acabado hasta con la última gota de sangre; sin embargo, y para mi beneficio propio, la quemazón de la garganta había desaparecido por completo, quitándome ese problema de encima... aunque no sabía hasta cuándo.

Estaba claro que aquel giro de mi vida había conseguido ponerme en una situación bastante delicada; el maldito cabrón que me había convertido en esto se había ido, volatilizado del callejón sin preocuparle lo más mínimo qué podría sucederme. Era evidente que la transición había ido bien y esperaba toparme con él otra vez para poder devolverle todos y cada uno de los gritos de sufrimiento que no había sido capaz de pronunciar debido a la gravedad de mi estado.

No podía regresar a casa, mis padres no podían saber siquiera que seguía viva. Había matado a ese chico porque me había empujado y hablado de mala forma, ¿qué hubiera sucedido si hubiera sido alguno de mis padres? Me mordí el labio inferior, haciéndome daño con mis afilados colmillos, desesperada al imaginar a alguno de mis padres en la misma posición que aquel cadáver, mirándome con sus ojos vacíos de vida.

Le di la espalda, creyendo que así conseguiría pensar mejor, lejos de cualquier mal pensamiento. Ahora que sabía que la opción a regresar a casa se había esfumado, que no era viable, no sabía dónde podía ir; convertir aquel nauseabundo callejón en mi nuevo hogar fue descartado de manera inmediata, aunque no podría marcharme de allí tan pronto. Debía deshacerme del cadáver de aquel chico para evitar que alguien pudiera descubrirme.

Volví hacia él otra vez, conteniendo el nudo de náuseas que se me había formado en el estómago al contemplar el cuerpo sin vida. Era una chica, estaba sola y no sabía si tenía fuerza suficiente para poder moverlo; decidí intentarlo, así que agarré el cadáver por los brazos y tiré con fuerza. Ahogué una exclamación de sorpresa cuando todos los kilos de aquel chico se movieron como si apenas pesara unos gramos, desvelándome que el cambio había conseguido hacerme mucho más fuerte; cargué con el cuerpo como si fuera una mochila y lo llevé hacia el contenedor donde me había escondido todos aquellos días, hasta que el infierno había cesado.

Escondí el cadáver como bien pude entre las bolsas de basura y sacudí mis manos.

Otro problema resuelto, aunque todavía quedaba uno más acuciante: ¿dónde podría vivir?

Otro problema resuelto, aunque todavía quedaba uno más acuciante: ¿dónde podría vivir?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MidnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora