☽ | Chapter 51.

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ME SIENTO COMO SI ME HUBIERA TRANSFORMADO EN MIA THERMOPOLIS

A pesar de los intentos de Derek de hacerme olvidar por qué había tenido que regresar a la mansión de aquella forma tan precipitada, mi parte paranoica se mostraba reticente a querer desvanecerse dentro de mi cabeza; el anuncio que había hecho en el comedor frente a Morticia y Anna parecía haberse extendido por toda la mansión, ya que Deirdre me recibió con una triunfal sonrisa en los jardines, con un servicio ya preparado para que pudiéramos hablar frente a una taza de té caliente.

Mi amiga no estaba al tanto de lo que me había obligado a tomar esa drástica decisión, como tampoco al hecho de que me encontraba en una situación bastante complicada; no estaba segura de querer confesarle a Deirdre la verdad y aguarle su tierno período de «luna de miel» en el que se encontraba tras su boda con Attila.

Me dejé caer sobre mi silla y le dediqué una rápida mirada a mi amiga.

-Pareces... resplandeciente –comenté, frunciendo el ceño.

Su sonrisa la hizo parecer más resplandeciente aún.

-Es... es maravilloso, Galatea –suspiró con un tono ilusionado.

No pude evitar sonreír. Había añorado a Deirdre todo aquel tiempo y mi regreso a la mansión no habría sido el mismo de no haber estado ella; me serví un poco de té caliente mientras mi amiga seguía sumida en su particular burbuja de felicidad.

-Hace un día maravilloso, sí –bromeé.

Deirdre dejó escapar una risita y juraría que sus ojos castaños relucieron mientras me daba un juguetón golpe en el brazo.

-Toda la mansión está al tanto de las jugosas novedades –me informó con un tono orgulloso, como si hubiera sido todo gracias a mí-. Nadie habla de otra cosa que no sea tu regreso a la mansión y del hecho de que Derek ha decidido hacer pública vuestra... relación.

Me dio un vuelco el estómago al recordar cómo había decidido hacerlo Derek. Temía las posibles represalias por parte de Anna y había empezado a levantar mis propias defensas ante mi nueva situación; conocía lo suficiente a la vampira para saber con certeza que no se mantendría de brazos cruzados, que no se daría por vencida y que me mostraría sus colmillos, convencida de que tenía una oportunidad de recuperar a su ex prometido.

No pude evitar sentirme un poco como Morticia.

Tenía la sensación de haberme convertido en la vampira.

-¿Te sientes más tranquila ahora? –me preguntó con suavidad mi amiga.

-No lo sé –reconocí-. Quiero a Derek, pero... pero quererle conlleva muchas responsabilidades.

Deirdre se inclinó en mi dirección con una mirada comprensiva.

-¿Por el hecho de que es el líder? –adivinó.

Me encogí al recordar las apocalípticas palabras de Cassie sobre cómo me recibirían el resto de vampiros cuando supieran que me había convertido en la pareja de Derek mientras que Anna se convertiría en una víctima... en una mártir; Deirdre frunció el ceño al comprender que había algo más en mi silencio.

-Galatea...

Bajé la mirada.

-Derek tiene una gran responsabilidad a su cargo con el aquelarre –dije, masajeándome la sien izquierda-. No quiero perjudicarle.

Deirdre se mostró confundida.

-¿Por qué habrías de perjudicarle? –preguntó inocentemente.

MidnightOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz