☽ | Chapter 7.

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NEÓFITA NON GRATA BUSCA LÍDER CON AIRES DE DICTADOR PARA SERVIRLE


Cuando miré por encima del hombro de Hunter vi a Derek en mitad del vestíbulo, vistiendo simplemente unos pantalones de pijama y cruzado de brazos con la actitud de un padre que acaba de pillar a su hijo regresando más tarde de la hora que habían acordado.

Hunter se mantuvo en silencio, seguramente sosteniéndole la mirada a su hermano mayor mientras el Heredero del Mal estaba ideando mil formas diferentes de deshacerse de mí, a quien culparía directamente de lo que había sucedido, como efectivamente había pasado.

-¿Os ha comido la lengua el gato? –insistió el vampiro-. ¿Estáis demasiado exhaustos para responder siquiera?

-No estoy de humor, Derek –respondió su hermano.

-Ah, pues yo sí estoy de humor para saber qué coño hacía mi hermano saliendo a hurtadillas con una neófita sin permiso de nadie –le contradijo Derek, con actitud beligerante.

Conseguí rebasar el cuerpo de Hunter para mostrarme ante el vampiro, demostrándole que su presencia no me amedrentaba y que estaba dispuesta a hacer un esfuerzo extra para dejarle claros un par de puntos.

-Ha sido idea mía –reconocí sin que me temblara la voz-. Tenía ganas de comprobar cómo quedaba tu coche si decidía estamparlo en mitad de Londres, huyendo de la escena del crimen para que todas las pruebas apunten en tu dirección. ¿Conforme con la explicación, Derek? Puedo hacerte un relato exhaustivo de cómo ha quedado ese precioso y carísimo Jaguar que había en el garaje cuando se ha estrellado en Picadilly Circus, a la vista de un montón de personas. ¿Debería haber atropellado a alguna persona para empeorar tu situación?

Los ojos de Derek me fulminaron y sus labios se retrajeron para mostrarme los colmillos, siseándome. Hunter suspiró a mi espalda, quitándome toda la diversión de ver cómo reaccionaba Derek ante la posibilidad de que hubiera estampado realmente uno de sus caros modelos en mitad de Londres.

-Tus coches están bien, Derek –le aseguró su hermano menor-. Y nosotros hemos salido a dar una vuelta.

-Realmente hemos ido a un Burger King y hemos intentado hacer una competición sobre quién era capaz de comer más hamburguesas –especifiqué yo.

Los ojos de Derek se abrieron desmesuradamente, con su macabra imaginación formando imágenes de una orgía de sangre y miembros humanos servidos en platos mientras yo me encargaba de dejarlos sin ni una gota de sangre; Hunter, evidentemente, jugaba en la imaginación de Derek un papel de héroe.

Temí que el Heredero del Mal se abalanzara sobre su hermano menor para zarandearlo, tal y como había intentado hacer en el sótano, cuando Hunter le había pedido tener una charla conmigo a solas.

-Has salido con la neófita fuera de la seguridad de la mansión –rumió Derek, y casi me imaginé que salía fuego de sus fosas nasales-. Sin decírselo a nadie y sabiendo que ella era inestable, poniendo en riesgo no solamente a los humanos, sino a nosotros mismos. ¿En qué coño estabas pensando? –los ojos de Derek se estrecharon-. Ah, no me lo digas... No digas ni una sola palabra. Supongo que es el morbo de saber qué se siente estando con alguien tan salvaje.

La mano de Hunter me aferró por el bajo de la sudadera, adivinando que no tardaría en abalanzarme sobre su hermano mayor para enzarzarnos en una lucha física; Derek había demostrado importarle muy poco estar enfrentándose a una chica, y yo obviaba de manera intencionada que su experiencia en el mundo de los vampiros era mucho más extensa que la mía.

MidnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora