☽ | Chapter 30. [02]

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UNA BODA PARA MORIRSE

| PARTE DOS |

Derek me guió entre los invitados, que también parecían sacados de cualquier desfile de alta costura, hasta que encontramos a su padre y a Morticia; la vampira había decidido recurrir de nuevo al negro, llevando un vestido de un solo tirante y con un fruncido en una de las caderas, de tela satinada. Sus ojos me recorrieron de pies a cabeza, deteniéndose demasiado tiempo en la gargantilla que Derek me había prestado y que había pertenecido a su madre.

-Galatea, estás encantadora –me felicitó.

Sonreí.

-Quería darte las gracias por la elección del vestido –dije a propósito, fingiendo desconocer que había sido Deirdre quien había escogido el mismo.

Morticia esgrimió su sonrisa artificial.

-Sabía que te quedaría perfecto, resaltando tu cabello negro y tus ojos –respondió, restándole importancia-. No tienes por qué darlas.

Derek me miró con sorpresa, pero se apresuró a adelantarse para tomar la mano de su madrastra y depositar un educado beso en el dorso de su palma.

-Estás preciosa, Morticia, como siempre –la aduló, mientras Morticia le sonreía con satisfacción.

Aguanté sin abrir el pico durante el tiempo que Ferenc me escrutó con sus fríos ojos azules. Mis encuentros con el patriarca de la familia se habían limitado a un par de veces, y nunca de frente; al igual que sus dos hijos mayores, el vampiro poseía esa aura de poder que provocaba que se me secara la garganta y tuviera ganas de agachar la cabeza con aire dócil.

Me resultó muy difícil mantenerle la mirada, a la espera de que diera su veredicto.

-Tiene potencial –dijo entonces el padre de Derek, sin dirigirse directamente a mí-. Llamará la atención esta noche. Procura vigilarla, Derek; podría suceder como aquella noche... y ya no contamos con la ventaja de encontrarnos en la mansión –añadió, lanzándome una mirada de mal disimulado desdén.

Me sonrojé sin poderlo evitar, sintiéndome humillada por el hecho de que Ferenc Vanczák creyera que yo había buscado en la noche que había mencionado que Samuel, uno de los vampiros de Wolfgang Herz, me atacara a traición; Derek se tensó a mi lado cuando escuchó a su padre hablar con tanto desapego y desdén hacia mí. Morticia miró a Ferenc con un artificial reproche, aunque en el fondo estuviera saboreando las palabras que me había dirigido su pareja.

-Galatea fue atacada por ese maldito vampiro –le recordó con frialdad a su padre, saliendo en mi defensa ante mi sorpresa-. No lo buscó ella misma.

Ferenc hizo un aspaviento con la mano, queriendo quitarle importancia a lo que había dicho su hijo. Morticia contuvo una sonrisa y colocó deliberadamente su mano en el antebrazo de su compañero; los ojos de Ferenc se dulcificaron al contemplar a la mujer, mirándola de la misma forma que había visto a Tiberius mirar a Jana cuando ésta no lo miraba.

-Ferenc, estás siendo injusto con Galatea –intervino Morticia.

Los ojos del viejo vampiro me taladraron.

-Esperemos que no caiga en las trampas de Wolfgang –dijo en tono severo-. Estaríamos a su merced y conseguiríamos que el resto de aquelarres se pusieran en nuestra contra.

-Cariño, ya sabes lo que hemos hablado –repuso Morticia en el mismo tono.

Ferenc suspiró.

-Y por eso mismo me parece una provocación lo que ha hecho Wolfgang. ¡Nos conocemos desde hace muchos años, jamás creí que un amigo de la familia pudiera caer tan bajo por una estúpida venganza!

MidnightWhere stories live. Discover now