☽ | Chapter 53.

6.2K 508 19
                                    

UN BÚNKER HARÍA LA MISMA FUNCIÓN

Derek parpadeó con lentitud, procesando mis palabras. Mi respiración era una causa perdida y lo único que emitía era jadeos ahogados mientras sentía arder todo mi interior; quizá había sido la tensión del momento que habíamos vivido dentro de aquel salón con Lyle, o quizá fuera el hecho de saber que nos habíamos metido en un problema bastante grave... O, simplemente, que habíamos pasado demasiado tiempo separados el uno del otro.

La cuestión era, dejando a un lado el romanticismo, que necesitaba urgentemente a Derek. Y lo peor de todo es que esa urgencia era casi dolorosa y me hacía sentir como una pobre desesperada, lo que técnicamente se acercaba bastante a la realidad.

Ciertamente había creído que había pasado ya esa fase descontrolada en la que mis hormonas se encargaban de tomar todo el control de mi cuerpo, pero, al parecer, estaba equivocada; acaricié la nuca de Derek mientras arqueaba la espalda contra su cuerpo en una muda súplica que sirviera para que dejara a un lado las reservas y no dudara ni un segundo más. No podía seguir aguantando aquella indecisión por su parte...

Las manos me temblaban a causa de la anticipación a la espera de que Derek tomara su decisión; no parecía haber funcionado mi anterior idea, así que únicamente me quedaba la opción de volverme más osada.

Llevé mis dedos a la hebilla de su cinturón y...

Ambos nos sobresaltamos cuando alguien llamó a la ventanilla de Derek. Ahogué un gemido de protesta y mis ojos se abrieron como platos cuando vi a un agente de policía al otro lado del cristal, observándonos con una expresión que no parecía augurar nada bueno; Derek se apartó de mi lado con los iris oscurecidos... y no precisamente por el deseo.

La interrupción de aquel molesto agente de la autoridad no nos había sentado bien a ninguno de los dos.

Derek bajó a regañadientes la ventanilla, poniéndose su máscara de adolescente pillado in fraganti que lo último que querría era que sus padres se enteraran; el hombre nos miraba a ambos con la misma expresión que indicaba que nos habíamos metido en problemas.

El policía se aclaró la garganta.

-Lamento haberles interrumpido la diversión... pero se encuentran en un sitio público –nos informó con su tono más profesional.

Vi a Derek sonreír de manera casi avergonzada; yo seguía inmóvil contra la puerta del copiloto, sin saber cómo sentirme al respecto: avergonzada de habernos visto al descubierto o molesta por la interrupción de aquel humano.

-Discúlpenos –habló Derek con un fingido tono que pretendía convencer al humano de que se encontraba arrepentido-. Mi novia y yo...

Los ojos del agente se desviaron hacia mí, seguramente imaginando la historia que Derek iba a utilizar para intentar librarnos. No debíamos ser la primera pareja de hormonados adolescentes que pillaba en una situación así; además, era muy posible que aquel tipo hubiera tenido que pasar por lo mismo que nosotros.

-Existen sitios mucho más íntimos que estar a plena vista para poder hacer lo que tenían en mente –le cortó el agente-. Si son tan amables, me gustaría ver sus identificaciones.

El estómago se me cayó a los pies al escuchar al humano hablar con tanta autoridad. Desde que me había convertido en vampira, un año atrás, nunca antes había tenido que preocuparme por algo tan insignificante como una identificación... Galatea Riley había desaparecido sin dejar ni rastro y yo ni siquiera me había molestado en buscarme algún documento de identidad falso; me había movido por Londres con total libertad sin verme al descubierto... hasta ahora. ¿Qué debía responderle a aquel agente? ¿Qué sucedería si me reconocía?

MidnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora