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Bienvenidos, Upper East Siders.
Luego de un largo y caluroso verano, veo que no les tomó mucho tiempo ensuciar los expedientes nuevos que les di. Mi buzón está rebosante, así que vamos a ver lo bueno, ¿quieren?
Visto:
• Chuck Bass en sus viejas andanzas. Pobre B, supongo que nada bueno dura para siempre.
• En cuanto a cierta rubia de piernas largas junto a una piscina de los Hamptons, parece que Serena dejó grandes zapatos para llenar. Y alguien los encuentra perfectos.
• Mientras tanto, Ashley Clayton fue descubierta en el J.F.K.
Sabemos que dejó un corazón roto antes de irse de viaje por Europa pero, ¿su regresó cambiará las cosas?
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Sin dudas el aire de Nueva York era distinto a cualquier otro, o quizás era que extrañaba tanto a la ciudad que me siento increíble.
Una vez que salí del aeropuerto, inmediatamente me dirigí a mi nuevo hogar donde estaban esperándome mis padres. El penthouse quedaba en la zona más céntrica de Manhattan, rodeado por todo el caos de la gran manzana. Ya se sabe cuánto amo eso.
— ¡Papá, este lugar es maravilloso! —comenté fascinada mientras recorría el salón—. E inmenso. No sé qué haré con tanto espacio...
— Bueno, mi única hija debe tener el mejor lugar dónde vivir —dijo. Yo sonreí—. Vivirás con muchas comodidades. Tienes servicio de limpieza y comida las 24hs del día.
— ¿Segura que quieres hacerlo? —preguntó mi madre preocupada—. Puedes quedarte en el Palace.
— Si quiero independizarme, tengo que hacerlo bien. En el Palace, con la gente que me conoce desde siempre, nunca podré.
— Voy a extrañarte —me abrazó.
— Yo también —la apreté fuerte antes de separarnos—. Pero es lo mejor.
— Ashley tiene razón, Laura. Tiene que convertirse en una mujer exitosa. Y confió en que no me decepcionará.
— Gracias, papá. Lo aprecio mucho.
Uno de los hombres encargados de la mudanza pasó y dejó una caja en el suelo.
— Esa era la última —avisó tomando aire.
Le agradecí cordialmente para que pudiera marcharse, mi padre ya les había pagado por sus servicios antes.
Es impresionante lo desgastantes que son las mudanzas, más cuando no estás presente. El apartamento estaba repleto de cajas de diferentes tamaños, sumando los muebles y electrodomésticos pesados que estaban hace semanas. No imaginé tener tantas porquerías hasta que las vi aquí. De todas formas, seguramente mi mamá me compró demasiadas más cosas que duplicaron mis pertenencias preexistentes. Enloqueció un poco, pero supongo que es la sensación de nido vacío.
— Supongo que es momento de irnos, tristemente —dijo mi madre—. Tienes que descansar, querida. Aterrizaste hace unas horas y debes estar agotada.
— No creo poder, tengo mucho que hacer. Debo ordenar todo este caos y luego ver a Chuck... y Nate —agregué cabizbaja.
Había arreglado con Chuck para reunirnos al mediodía y así ponernos al día de estos meses en los que no nos vimos. No es como si no habláramos por teléfono, pero no es lo mismo que estar en persona. Hace un rato me escribió para informarme que Nate vendría junto a él, ya que al parecer también regresó de sus vacaciones. No tengo idea de qué estuvo haciendo este tiempo, lo último que supe es que aceptó la pasantía en la alcaldía.
— ¿Cómo está Charles? —preguntó mi padre, sacándome de ensoñaciones—. Ahora empiezan las reuniones en el consejo, quería saber si voy a verlo.
— Bueno, está saliendo con Blair y eso lo ha convertido en un hombre más alegre, para variar —reí—. Pero seguro me enteraré sobre sus planes laborales en un rato.
— Bien. Entonces, nos vemos luego.
— Adiós —moví mi mano—. Los quiero.
Una vez que salieron, me di la vuelta para enfrentar las miles de cajas que habitaban en la sala. Mis padres ya se adelantaron con algunas cosas, pero todavía quedaba la peor parte, que son las estupideces pequeñas con las que no sabes qué hacer. Suspiré acercándome. Creo que puedo distraerme con esto antes de encontrarme con los chicos.
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En cuanto a Serena van der Woodsen, se fue de Estados Unidos como una estrella. Pero después de sus hazañas en Europa, ha regresado como una supernova. Aunque nada explota sin una mecha. Me pregunto, qué o quién encendió la suya.
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Los tres caminábamos por la calle después de detenernos para que me pudiera comprar un café helado en Starbucks. Todavía hacía mucho calor, y estaba deshidratada por estar abriendo todas las cajas. Sí, solamente las abrí para ver lo que contenían y no acomodé absolutamente nada, dejando el apartamento con más desorden que antes. No es inesperado para nada.
— Hm, mi padre preguntó por ti —le conté a Chuck—. Quería saber sobre tus futuros planes para Industrias Bass.
— Sé que el mercado está abierto ahora, pero en realidad no hay nada que valga la pena comprar —contestó tirando el periódico que leía a la basura.
— ¿Por qué no te quedas en el Palace? —le preguntó Nate.
— No quiero vivir bajo la sombra de mi padre, y eso incluye su hotel.
— ¿Y dirigir su compañía?
— Lily hizo un increíble trabajo supervisando al consejo antes de irse, ¿por qué no dejar que continúe? —consideró. Yo asentí de acuerdo—. ¿Qué pasa contigo, Nathaniel? ¿Hay noticias del complejo Vanderbilt desde que volviste?
— Ni una palabra —resopló—. Y mañana es el juego de polo. Cuando abandoné el internado en la alcaldía, sabía que se molestaría, pero ahora me aplican la Ley de Hielo.
Bebí de mi bebida mientras escuchaba atenta. Toda fue información nueva para mí, y ciertamente me sorprendí. ¿Al final ni siquiera fue a la pasantía? Increíble.
— Si ya están enojados, ¿por qué no llamas a la chica del avión?
— No, no voy a usar a Bree para mandar un mensaje —negó serio.
Y también había una chica en el medio, genial. Me pareció que algo pasaba cuando me saludó tranquilamente al llegar, sin lugar a lo incomodo. Al parecer realmente pasó de página. Bien por él, supongo.
— Olvidas un detalle —Chuck se detuvo, lo que provocó que nosotros también lo hiciéramos—. Dormir con el enemigo en sexy. ¿Por qué creen que tuve ese asunto con Ivanka?
¿Enemigo? Oh, no puede ser...
— Por casualidad, ¿están hablando de Bree Buckley? —pregunté después de sacar la conclusión en mi cabeza.
— La misma —respondió Nate.
Mis cejas se dispararon hacia arriba. Los Buckley son los rivales supremos de la dinastía Vanderbilt desde que existe la humanidad. Se han destrozado audazmente desde el principio de los tiempos, de las peores formas. Que ahora comparta besos y caricias con una de las principales herederas no lo va a llevar a ningún lado, aunque lo intente.
— ¿Quieres que te maten? —cuestioné.
Él soltó un suspiro.
— Por eso me niego. No quiero agitar las cosas con mi familia.
— Comprendo... Pero si crees que ya dejaron de controlarte, estás equivocado.
— Exacto. Mientras tanto, diviértete con la chica que te gusta. Y muéstrale a tu familia que no te mandan —aconsejó Chuck—. Ser aceptado por lo que eres es crucial, Blair me acepta —sonrió lascivamente.
Y con eso, comenzó a contarnos del supuesto juego que los dos empezaron en el verano, mientras volvíamos a caminar. Al parecer Chuck coqueteaba con una chica que elegía junto a Blair previamente, para luego ser descubierto siendo "infiel" y que ella pudiera divertirse humillando a la víctima. Conociéndolos, no me sorprendía para nada.
No es que yo sea convencional, para nada, pero simplemente no podría estar tan segura para hacer algo así. Mi confianza no es tan buena después de todo lo sucedido este año...
— Wow, ¿están seguros de eso? —preguntó Nate—. Si no te importa que te lo diga, creo que yo... conozco bastante bien a Blair.
— Mira, me encantaría que evitaran cualquier mención sobre ustedes —pidió.
— Bien. Pero escucha, los juegos parecen divertidos, ¿pero seguro que Blair no los juega solo por ti? Porque si no lo hace también por ella, eso va a acabar mal.
Mientras cruzábamos la calle, pude notar un atisbo de duda cruzando por los ojos de Chuck. Lo miré con recelo por encima de mi vaso. Solo espero que el cuestionamiento de Nate no lo haga complicarse sin sentido.
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Vista: Serena van der Woodsen haciéndole a Carter Baizen el desaire. Todos vimos eso, ¿pero qué pasó entre ellos cuando TMZ no estaba? Algo me dice que la verdad solo está fuera de foco.
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El resto del día lo pasé sola en mi nuevo hogar, obligándome a mí misma a ordenar por lo menos la mitad de la mudanza. Intenté inducir a Chuck para que me ayudara a desempacar, pero ya tenía planes con Blair. Nate se ofreció después de ser rechazada por mi terrible mejor amigo, pero creo que eso sobrepasaría los límites de extrañeza. No sé si estaba lista para estar sola con él, y menos abriendo cajas llenas de recuerdos. Es de público conocimiento la nostalgia que producen las mudanzas.
Estaba dormida en el cómodo sofá, rodeada por adornos que mi madre compró sin avisarme, como predije, cuando mi teléfono me despertó. Ni siquiera era tarde, pero el cansancio del vuelo se mezcló con el arduo trabajo de desempacar y mi cuerpo ya no pudo soportarlo. No me había percatado que me dormí hasta que me desperté, pero simplemente me dirigí a mi nueva habitación y me tiré en la cama para continuar, sin detenerme a chequear la hora o el porqué de la notificación. Mañana, cuando tenga energía, me ocuparé de eso. No debe ser tan importante.
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Esto acaba de llegar: Una improbable alianza se forma en el Upper East Side. Lástima que tal vez ya sea tarde para que sirva de algo.
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Ese día era el partido de polo de caridad de los Vanderbilt, en Connecticut. De los primeros eventos de la élite después de las vacaciones de verano, lo que significa que la asistencia es muy importante. Por mucho que no venere a esa familia, debo presentarme para representar la mía. Puros códigos.
Ni bien llegué, me dirigí a la mesa de champán. Necesito una copa antes de involucrarme en conversaciones no deseadas.
— Ashley, viniste —se acercó Nate.
— Así es...
A su lado se encontraba una chica pelirroja de ojos verdes, que no me costó más de cinco segundos reconocer. Rápidamente volví a enfocar mi atención en Nate, con una mueca interrogante, pero él se mantuvo impasible.
Dios, claramente está buscando ser exiliado.
— Bree Buckley —ella se presentó sonriendo.
— Ashley Clayton —le estreché la mano.
— Un placer conocerte.
— Igual digo —sonreí falsamente.
Los dos me observaron, como si esperaran que diga algo. ¿Qué más puedo decir? ¿Qué empezaré a ser parte de su partido político solo porque está en contra de la exasperante familia de mi ex novio? Yo sinceramente esperaba que se fueran luego de la presentación, pero como no fue así, tuve que accionar para terminar esa escena bizarra.
— Nate, ¿puedo hablar contigo un segundo?
— Sí, de acuerdo. Ya regreso —le dijo a Bree.
Ella asintió, así que tiré a Nate del brazo para poder alejarnos unos pasos de allí. Él gruñó como si lo hubiera lastimado, haciéndome poner los ojos en blanco.
— ¿En serio?
— ¿Qué? —preguntó desentendido.
— ¿Te vas del internado y ahora traes a una miembro de la competencia a un evento de tu familia? —alcé las cejas—- ¿Qué mensaje tratas de enviar?
— Solo quiero molestar un poco al abuelo. No entiendo el problema que encuentras.
— Solo me preocupo por ti —murmuré—. Nada más.
Nos detuvimos al lado del campo, enfrentados, mientras nos mirábamos en silencio. Tenía una mirada extraña en su rostro, lo que provocó que repensara lo que acababa de decir en busca de algo incorrecto.
— Entiendo —suspiró.
— ¿Qué entiendes? —fruncí el ceño.
— Por culpa de esa pasantía nos peleamos, y al final no fui. Y ahora... debes estar molesta.
— No estoy celosa... ¡o molesta! —me apresuré a agregar—. Solo que...
— Ash, por fin te encuentro —me interrumpió Dan—. Necesito hablar contigo.
— Estamos en el medio de algo —comentó Nate señalándonos.
— Creo que lo que él quiere decirme es más importante... tampoco debes dejar sola a tu pareja —dije.
Nate me miró confundido, pero no perdí tiempo y empujé el pecho de Dan con ambas manos antes de alejarme. Se tambaleó un poco antes de comenzar a caminar junto a mí, con claro desconcierto.
En este momento quiero hacer un hueco en la tierra y meterme allí para siempre. O subirme a un caballo y galopar hasta salir del Estado. En serio. ¡¿Celosa?! ¿En qué momento Nate hablo sobre celos? Humillante.
— ¿De qué me perdí? —preguntó Dan.
— Agradezco que me hayas sacado de ahí, profundamente —cerré los ojos—. Ahora, ¿para qué me necesitas? Vi tu mensaje esta mañana, ayer estaba demasiado cansada para contestar.
Un texto de Dan pidiéndome ayuda fue lo que me despertó ayer, y lo que ignoré.
— Es Serena, está metida en algo raro. Pero por suerte ya lo solucioné con...
— Humphrey, Ashley —apareció Blair—. Justo la dos personas que quería ver.
— ...ella —concluyó Dan.
— Este dúo no se ve todos los días, pero supongo que es una intriga —analicé—. ¿Qué pasó con Serena?
— Laaarga historia. Síganme mejor.
Por supuesto, no hay nada mejor que involucrarte en un plan del que no tienes idea. Caminamos solo unos pasos detrás de ella, ya que enseguida se detuvo de nuevo. Y mi ceño se arrugó cuando descubrí por quién.
— ¿Carter?
— Clayton, Waldorf —saludó—. No diré que es un gusto verlas. Bueno... creo que puedo hacer una excepción —me miró sonriendo.
— No, no puedes, y menos con lo que voy a decirte —contestó Blair—. La invitación para venir a esta fiesta, no es lo que piensas.
— Olvídalo —bufó—. ¿Dónde está Serena?
Un hombre en traje se acercó al círculo, parándose junto a Carter.
— ¿Es él? —lo señaló, Blair asintió—. Está informado —le entregó un papel doblado.
— ¿Qué rayos es esto? —Carter cuestionó abriéndolo.
— Una orden de restricción —respondió Dan.
— Esto dice que debo alejarme de... Blair Waldorf —leyó confundido.
— Sí, y hasta nuevo aviso, yo estaré al lado de Serena —dijo Blair—. Acércate a 30 metros de mí y serás arrestado.
Bien, esto es tremendamente absurdo. Noté que Serena pasaba cerca y decidí ser la racional del grupo.
— ¡Serena! Ven aquí —la llamé—. ¿Puedes explicarme qué está pasando?
— Hey, ¿qué están haciendo? —preguntó despreocupada.
— Emm, tus amigos tratan de hacer que me echen —contó Carter.
Ella abrió la boca, moviéndose inquieta en el lugar mientras nos miraba. Ladeé la cabeza aún esperando una explicación.
— Claro... porque estás acosándome.
— ¿En cierto? Ugh, no tienes que hablarle —lo miré disgustada.
— ¿Les dijiste que te acoso? —Carter movió la cabeza con desaprobación—. ¿Vas a decirles la verdad o lo hago yo?
— ¿Cuál es la verdad? —preguntó Dan.
— Sí, Carter, ¿cuál es la verdad? —Serena se cruzó de brazos.
Él la miró serio.
— Tarde o temprano estarás sola... sin que nadie tome tu foto. ¿Qué harás entonces?
— ¿De qué está hablando?—pregunté.
Todo se vuelve más confuso cada minuto.
— Señorita van der Woodsen, el primer chukker va a empezar —se acercó un jugador—. Tiene que tomar posición para el lanzamiento.
— Sí, por supuesto. Gracias, Nacho —Serena le tomó la mano—. Adiós, Carter.
Entonces comenzó a alejarse.
— ¡Serena, no! —me quejé.
— Espera, espera, espera —dijo Dan.
— ¡Gracias, chicos! —gritó yéndose.
— Tienes que decirnos qué sucede —exigió Blair.
— ¡Luego!
Perfecto, queremos ayudarla y ni siquiera nos explica lo que verdaderamente sucede. Los tres debemos tener un cartel que dice "idiota" pegado en la frente.
— No es posible —bufó Blair.
— Lo sé —contestó Dan.
— Bueno, si ella no lo explica, tal vez...
Cuando volteamos para acorralar a Carter en busca de respuestas, su lugar estaba desolado. Pero cuando pensamos que no todo estaba tan jodido, se escuchó a un caballo correr de repente. Y no era nadie más que Serena, que se había subido a uno para darle inicio al partido. Pero hizo completamente lo contrario, alejándose del campo.
Carter no perdió tiempo y se subió a otro caballo para ir tras ella.
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Olviden una gran entrada. Todos saben que es la salida lo que se recuerda.
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El evento no duró más después de ese tropezón en el comienzo, para mi fortuna. Una vez que terminó, salí al estacionamiento en busca de mi chofer, que debería estar llegando. Mientras analizaba el lugar con la mirada, encontré Nate y Bree hablando al lado de convertible rojo.
Los ignoré para seguir caminando, pero sentí que me tocaban el hombro y di la vuelta.
— Hey —dijo Nate.
— Hey —sonreí de lado.
— ¿Ya te vas?
— Sí, creo que lo bueno finalizó con la huida de Serena así que... Lindo auto —lo señalé.
— Uh, mi abuelo.
Alcé las cejas sorprendida.
— Entonces parece que tu plan salió al revés.
— Eso parece... ¿No tienes que decirme nada, cierto?
— ¿Decirte qué? —fruncí el ceño.
— Quizás este verano reflexionaste acerca de algo. Tal vez, no lo sé.
Eso me tomó desprevenida. ¿Quería que le dijera algo? ¿Ahora, cuando se estaba yendo con Bree en su nuevo auto?
— No, no tengo nada para decirte —moví mis ojos hacia otro lado, fingiendo indiferencia. Pero rápidamente volví a mirarlo—: ¿Tú?
— Yo... voy a empezar algo con Bree.
— Oh —exhalé.
No esperaba que dijera eso, en absoluto. Y de alguna forma se siente como si estuviera dándome explicaciones, explicaciones innecesarias que no pedí.
— Mi abuelo dijo que lo apoya, sorprendentemente, así que...
— Me alegro —sonreí falsamente—. Pero no tienes que decirme eso.
— Sí, sí, lo sé. Pero somos amigos, ¿no?
— Claro —asentí—. Obvio.
— Perfecto —sonrió—. Entonces, buena suerte, Ash —carraspeó—. Tengo que irme.
— Sí, por supuesto. Nos vemos luego.
— Supongo que en la universidad.
— Cierto —murmuré, recordando ese detalle.
— Bien.
Me miró a los ojos, antes de inclinarse para depositar un pequeño besó en mi mejilla, dejándome desconcertada. Y luego se alejó cabizbajo.
Observé todos sus movimientos, cuando subió al auto, sentándose al lado de Bree que le sonrió cálidamente. Nate pareció dedicarme una última mirada antes de arrancar, pero me sentía tan lejana a la situación que no sabía si era una alucinación o si realmente estaba pasando... Algo me dice que esta etapa tampoco será sencilla.
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Madurar significa una cosa: Independencia.
Todos la queremos. A veces usamos a otras personas para tratar de conseguirla, a veces la encontramos uno con el otro. Otras veces, el costo de nuestra independencia está unido a algo más, y ese costo puede ser alto.
Porque la mayoría de las veces, para ganar nuestra independencia tenemos que pelear.
No te des por vencido. Jamás te rindas.
XOXO, Gossip Girl.
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N/A: Les dejo un video de cómo me imagino el penthouse de Ash. Obviamente ustedes pueden imaginarlo como más les guste, pero yo vi este video y me fascinó.
Espero que les haya gustado este capítulo!! Díganme en los comentarios qué les pareció. 💗
PD: Real que la canción de Ross Lynch parece estar escrita específicamente para Ashley en este momento, creo que describe super bien su mood.