Narra Willow
Después de enviarle un mensaje y hacerlo esperar alrededor de quince minutos afuera de mi puerta pude controlarme. Decidí ponerme el collar, sería difícil fingir que no sabía que era lo que llevaba colgando en el cuello. Era una sincera declaración de amor que realmente estaba casi decidido a corresponder. Incluso me había cambiado la camisa para que el collar se notara lo más natural posible. Respiré profundo y abrí la puerta.
—Empezaba a preocuparme—me sonrió y no sé si era culpa del reciente descubrimiento que acaba de hacer, pero lo vi muchísimo más guapo que de costumbre. Que el usara colores más animados que los míos en su forma de vestir era algo demasiado atrayente.
— ¿Por qué te preocupabas? ¿Qué te imaginabas?—me esforcé por sonar lo más casual posible mientras cerraba mi puerta.
—Muchas cosas, tantas que estaba pensando seriamente en usar mi juego de llaves para abrir la puerta o entrar por tu ventana.
— ¿Qué? ¡Te he dicho que me tienes que dar ese juego de llaves! No es normal que lo tengas si no te lo he dado—suspiré negando ligeramente—No sé si estoy contigo por miedo o por presión social.
—Bueno, sea cual sea el motivo espero lograr que cambie a que la razón principal sea que me ames—pasó sus manos por detrás de su nuca y solo sonrió. Tan calmado como solo él podía.
—Hablando de eso...—tal vez si este tema llego en inicio de nuestra millonésima cita, era hora de decirlo... o eso creí hasta que me interrumpió.
—O mi segunda opción siempre se inclina hacia el secuestro.
Genial, Elliot había arruinado mi oportunidad de decirlo. Aunque... ¿Qué era exactamente lo que iba a decir? Ahora solo me debatía entre salir huyendo o regresar dentro de casa.
—Creo que debemos conocer otras personas—mascullé ligeramente malhumorado mientras comenzaba a caminar.
— ¿Qué? ¡No! Era solo una broma, lo juro.
—Me pregunto si debería pedir una orden de restricción—hacerlo sufrir un poco, también era divertido.
—No podrías, te apuesto a que no recuerdas mi nombre completo—se encogió de hombros sintiéndose seguro de su propio argumento.
—Bueno...realmente yo no sé muy bien...--era odioso pensar que tenia la razón--No, no lo sé. ¿Alguna vez lo mencionaste?—me miró fijamente y suspiro.
—Creo que como un millón de veces—miró al techo con el ceño un poco fruncido.
—Te llamas...Elliot...--hice un gran esfuerzo, pero nada. Yo era pésimo para esas cosas--Estoy seguro que lo recordare en algún momento y te lo diré. ¡Además se está haciendo tarde!—Wou, que presión tan grande acababa de sentir sobre mis hombros.
—Bien, Solo porque soy un novio comprensivo no me quejare Willow Lemmington—beso despreocupadamente mi mejilla. Como si eso no fuera a alterarme los nervios, aunque como soy genial en esto me mantuve firme, aunque casi me estampo con la puerta del elevador por andar de distraído—Hoy vamos a ir a un lugar realmente interesante.
— ¿Interesante?
—Adivina
—No se...algo... ¿Como un restaurante de comida ultra picante?
—Ni siquiera te gusta el picante Willow—soltó una risa divertida.
—Cállate, no necesito que me recuerdes que no me gusta el picante.
—Bien, pero igual no es eso a donde te quiero llevar.
— ¿A una exposición de pasteles ultra lujosos?
—No, estas cerca, pero no es eso.
— ¡A un curso donde te enseñen a hacerlos!
— ¿Te rindes?
—Está bien—no me hacía mucha gracia perder, pero me había quedado sin opciones.
—Te voy a llevar a conocer a Augusto Solei—me detuve en seco al escuchar su nombre.
Seguro me estaba jugando una broma. Era imposible que eso estuviera pasando. Quiero decir, estábamos hablando de uno de los mejores reposteros de todo Inglaterra y más allá. El místico hombre que había desarrollado algunas de las mejores técnicas de decoración. El que era responsable de que cuando yo era pequeño llorara por horas para conseguir uno de sus kits de repostería súper exclusivos.
— ¿Qué? Es-estas bromeando...esto no puede ser verdad. El señor Solei ni siquiera ha dado una presentación o conferencia—yo lo hubiera sabido de ser así—No es cierto, tú estás jugando conmigo—una risa nerviosa salió de mis labios.
—Pues créelo, yo he hecho lo imposible.
—...—lo abracé por inercia. Lo abrace tan fuerte que a lo mejor lo podría asfixiar si seguíamos así. Pero era lo único que podía decir en ese momento.
—No fue súper sencillo, pero tampoco me costó tanto trabajo. Puedes darle gracias a mi abuelo por esto—me acaricio el cabello y beso mi frente.
—Oh lo hare, definitivamente lo hare cuando lo vuelva a ver.
— ¿No crees que merezco un premio por ser tan genial?
— ¿Qué clase de premio?—pregunté dudoso pero sin alejarme de él.
— ¿A ti tal vez?—susurró muy bajito en mi oído, haciendo que los vellitos de mi nuca se erizaran.
— ¡No! ¡Vamos a ir a ver al señor Solei! No sé qué parte de mi quieres, pero que no se te ocurra—traté de escapar de la situación, pero no me dejo.
--Ósea que si estuviéramos en tu casa... ¿Me darías lo que quisiera de ti?—detestaba cuando se ponía coqueto, hacía que yo no supiera muy bien que hacer. ¿Dónde había quedado el puro e inocente Eliot?
—Mnh...N-no lo sé...—miré hacia todos lados buscando una salida— ¿A qué hora es el encuentro?
—Solo jugaba--soltó una carcajada que me hizo querer golpearlo, pero siempre estaba un paso adelante de mi-- por ahora solo quiero algo fácil de llevar conmigo—y me robo un beso. Ahí, afuera de los apartamentos como si fuera algo sencillo y después se recuperaba tan fácilmente—Dentro de una hora y...—esa sonrisa de tonto había surcado su rostro, eso solo iba a terminar posiblemente mal para mí— hay que ir a las afueras de la ciudad he he~
— ¡Tendríamos que estar yéndonos ahora! Nos tardaremos más de una hora en llegar y se ira pensando que somos malos para ser puntuales. ¡Oh dios!—podía ver mi vida terminar en ese mismo instante.
—Es que no contaba con que te tardarías en salir—ok, punto a su favor—Pero llegaremos, además él nos perdonara si tardamos un poquito, por lo que aprendí era amigo de mi papá.
—Wou, nunca lo he visto en persona. Tengo todos sus libros y dvs con sus conferencias. Pero nunca pensé poder conocerlo.
Era algo memorable para mí. Un día perfecto que no podía salir mal. Conocería a mi héroe de la infancia, yo quería ser como él. Ahora gracias a Elliot algo que pensé imposible estaba ocurriendo. Estaba demasiado emocionado y aprendería todo lo que pudiera de esta experiencia.
~*Horas después*~
Fue el mejor evento al que he asistido en toda mi existencia, incluso conseguí que firmara mi libro; que por alguna razón que prefería no indagar Elliot llevaba consigo. Volteé a verlo mientras apretaba ligeramente su mano.
—Muchas gracias, fue la mejor experiencia de mi vida—sonreí como creo que no lo había hecho en mucho tiempo.
—Me alegra saber que te gusto, hacerte feliz esta en mi lista de cosas por hacer eternamente contigo.
— ¡No digas esas cosas en voz alta!—exclamé cubriendo mi boca con mi mano libre. Amaba y odiaba su sinceridad al mismo tiempo.
—Me reservo mi derecho a la libre expresión.
—Pues...Sabias que yo podía quitarte ese derecho a la libre expresión, ¿Verdad?—fruncí el ceño y miré hacia otro lado. Era un idiota.
—Podrías, pero no lo harás porque sabes que te quiero muchísimo y aunque lo niegues te gusta escucharlo.
— ¡N-no es cierto! ¡Es mentira, no puedes estar en mi mente!—estaba empezando a cuestionarme si podría sobrevivir a un noviazgo que me alteraba tanto el ritmo cardiaco.
—Eso no...—pero no pude saber su respuesta. Ya que alguien acababa de aparecer en nuestro camino.
—Hola Elliot, que coincidencia verte por aquí—conocía esa voz...la conocía demasiado bien para mi gusto.
—Hola Deim... ¿Si verdad?
Me quede parado, prácticamente congelado del miedo y apreté demasiado fuerte la mano de Elliot. Tal vez él no me reconocía. Tal vez solo tenía que fingir ser otra persona. Pero actualmente solo quería irme y saber por qué ellos dos se conocían.
—Veo que lograste encontrarlo, me alegra saber que mi informacion te sirvió bastante ¿Vas a presentarnos?
No supe si me hablaba a mi o él, pero mi primer instinto fue soltar a Elliot y casi salir corriendo. Mi respiración comenzó a volverse pesada. Mi cerebro amenazaba con mandarme un bloqueo total. No podía estar pasando, ella no podía haberme encontrado. Se supone que ella no debía saber dónde estoy. Y por sobretodo, él no podía estar con ellos.
—Aunque creo que ya nos habíamos visto antes—su tono de voz era ligeramente malicioso o tal vez empezaba a sentirme lo suficientemente paranoico para verlo de esa forma.
—Sabes quién es, ya te había hablado de Willow.
Él les había contado sobre mí. Esto no podía ser cierto, no podía estar pasando. Él estaba con ellos. Sin siquiera proponérselo él me estaba traicionando. O quizás...todo este tiempo...él lo había sabido. Esto tenía que ser una pesadilla.
Cuando Elliot trato de tomar mi mano de nuevo, me aparte de el de inmediato. Podía sentir como mi corazón estaban siendo estrujado y mi respiración era un lío total. Tendría que irme lo más lejos posible. No podía dejar que Charlotte me encontrara. No podía dejar que ella me tuviera. Incluso si tenía que volver a arrancarme el corazón para huir de ella. Justo como cuando abandone a Ethan o deje a mis hermanos.
— ¿Qué sucede Willow? ¿Te sientes mal?
Su voz era un sonido que aunque solía hacerme sentir calmado, en este momento era una aterradora voz distorsionada dentro de mis pensamientos. Comencé a dar pasos hacia atrás, tenía que huir.
— ¡Tienes que calmarte, estoy aquí Willow!—sus palabras hicieron que el tiempo se detuviera. Y mi cuerpo tuvo la imperiosa necesidad de hundirme en sus brazos—Confía en mi... ¿Qué pasa?—sus brazos me rodearon y recargue mi mentón en su hombro.
—Willow.... —un aterrador sonido llego hasta mis oídos, tan suave y aterradoramente familiar.
Instintivamente mire hacia donde Deim estaba parado, Elliot no podía verlo ya que le dio la espalda para abrazarme. Uno de sus dedos me señaló y luego se señaló así mismo mientras se relamía los labios de forma lasciva y me sonreía.
Y entonces recordé todo. El por qué estaba así. El por qué tenía tanto miedo. El por qué tenía que huir.
— ¡Tú!—empujé a Elliot lo más fuerte que pude— ¡Tú lo sabes todo y aún así lo trajiste hasta mí! ¿¡Por qué!?
—No entiendo a qué te refieres.
— ¡Sabes perfectamente! Sobre Charlotte y sobre...él.
— ¿Qué tiene que ver Charlotte en todo esto?—masculló una estúpida pregunta que solo hizo que esa extraña combinación de sentimientos aflorara en mi interior.
— ¡No te hagas el tonto!—lo empuje de nuevo— ¡Y aun así me traicionaste!....¡No!...¡Me engañaste!—no podía dejar de empujarlo, ni siquiera me importaba si estaba montando una escena—Cual iba a ser tu premio, ¿Qué es lo que te iba a dar a cambio?
—Willow, cariño tú...
— ¡No! ¡No vuelvas a llamarme así!—grité lo más fuerte que pude. No quería seguir escuchando sus mentiras.
—Pero yo...—parecía confundido, sin duda era muy bueno actuando.
—Pero tú nada. No necesito oírte más. No quiero ni verte ni oírte nunca más—Esta vez lo había empujado tan fuerte que termino sentado en el suelo—Te odio Eliot y maldigo cada maldito segundo donde deje que te divirtieras conmigo—Lo miré lo peor que pude y luego volteé a ver a ese estúpido pelinegro idiota que tanto detestaba—¡Y tú! Dile que nunca voy a volver y que va a pudrirse en el infierno esperándome.
Después de eso solo salí corriendo lo más rápido que pudiera. Si alguno de los dos se atrevía a seguirme pelearía o llamaría a la policía. Tomé el primer taxi que encontré y le di mi dirección. Prometí pagar cualquier precio con tal de que fuera lo más rápido posible. Le dije que dos hombres me perseguían y que habían intentado secuestrarme. Eso basto para que el conductor arrancara.
Me pasé las manos un par de veces por el cabello y luego cubrí mi rostro para tratar de contener las lágrimas que insistían en salir. Respiré profundo un par de veces, pero cuando sentí ese molesto liquido mojar mis manos supe que me dolía demasiado. Respiré profundo y me seque las lágrimas con la manga de mi camisa.
El peso de algo sobre mi cuello me hizo recordar la existencia de cierto objeto. Me lo quite con desesperación y por suerte no se enredó con mi cabello. Lo apreté fuerte, luego baje la ventanilla del taxi, completamente listo para deshacerme de eso. Pero no pude...y las lágrimas volvieron a atacar mis mejillas.
En ese momento mi celular sonó asustándome. Seguro era Elliot que me llamaba cuando yo había dejado claro que no quería nada con él. Saqué mi celular de mi bolsillo. Mi mano temblaba del miedo.
Abrí los ojos con sorpresa, era algo inusual así que conteste sin pensarlo.
— ¿Ethan?—esperaba no escucharme muy lamentable.
—Willow...ayúdame...yo realmente...quiero morirme ahora—rompió justo en llanto en ese momento.
—Que coincidencia...yo...actualmente quiero hacer lo mismo.
Ahora no solo él estaba llorando como un niño. No me importaba que pudiera pensar el conductor del taxi. Me había reprimido demasiado, no solo ahora. Si no desde siempre.
Y hoy había descubierto que me había enamorado el mismo día que descubrí que me habían engañado.
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Hola~ Pues aquí esta la actualización prometida owo
¿Puedo pedir clemencia? :v
Aunque la verdad no me arrepiento de nada, me siento muy orgullosa de este capitulo. Iba a subirlo ayer, pero mejor decidí subirlo hoy antes de irme a trabajar :3
Gracias a los que están yendo a votar por bw para el concurso.
Recuerden que el enlace esta en mi perfil y en el post que subí antes de esto uwu
Chao chao!!