Estúpida Faelienne [ELDARYA]

By blackbadsea

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Erika descubrirá su verdadera naturaleza, y con ello, tendrá que elegir si seguir el buen camino o sucumbir a... More

❀ Prólogo ❀
Capítulo 1: Pesadillas
Capítulo 2: El retorno
Capítulo 3: Sorpresa
Capítulo 4: Pactando con el demonio
Capítulo 5: Miedo
Capitulo 6: Ash, a secas
Capitulo 7: Jugando con el demonio
Capitulo 8: Última oportunidad
Capitulo 9: Bésame, por favor
Capitulo 10: La pasión de la traición
Capitulo 11: Falsa pasión
Capitulo 12: Origen Faery
Capitulo 13: Mal de amores
Capitulo 14: Imprevisto
Capitulo 15: Envenenamiento
Capitulo 16: Isla del Norte (Parte 1)
Capitulo 17: Isla del Norte (Parte 2)
Capitulo 18: Vuelta a... ¿casa?
Capitulo 19: Te estoy vigilando
Capitulo 20: Corazón confuso
Capitulo 21: Revelaciones
Capitulo 22: Una semana
Capitulo 23: Celda y ataque a medianoche
Capitulo 24: Cuenta atrás
Capitulo 25: Contaminación
Capítulo 26: La Luna Roja
Capitulo 27: Castigo y trío
Capitulo 28: Pacto carnal
Capitulo 29: El precio de la "libertad"
Capitulo 31: Ruptura
Capitulo 32: Mi sicaria
Capitulo 33: Primeras lecciones
Capitulo 34: Isla del Sur (Parte I)
Capitulo 35: Isla del Sur (Parte II)
Capítulo 36: Quebrada
Capítulo 37: Por una buena causa, viejo amigo
Capítulo 38: Salvación
Capítulo 39: Cúrame
Capítulo 40: La cura
Capítulo 41: Desenmascaramiento
Capítulo 42: El escape
Capítulo 43: La firma
Capítulo 44: Contratos
Capítulo 45: Si no puedes con el enemigo, únete a el.
Capítulo 46: De enemigos a... ¿aliados?
Capítulo 47: Dos son mejor que uno
Capítulo 48; El camino a elegir
FINAL VALKYON
FINAL ASHKORE
Aclaración + 2* temporada?
Detalles segunda temporada

Capitulo 30: Salvame

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By blackbadsea

𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪  𝓐𝓼𝓱𝓴𝓸𝓻𝓮 ☠ 

Mientras Erika lloraba en mi pecho, una punzada de dolor me atravesó en la cabeza como un rayo. Apreté los dientes molesto cuando esa sensación se incremento y el Oráculo apareció ante mi, con su aura debilitada y rostro serio.

Tskk... —sisee molesto en mi cabeza—. Realmente eres un espíritu molesto.

— Ashkore... observo entristecida a la faelienne—. Para de romperla...

No necesito que un saco de muertos venga a decirme como educar a esta niñata. bufé con superioridad—. Has perdido, Oráculo. Pronto recuperaré lo que nosotros mismos creamos y someteré a todos esos infelices. Y lo haré con ella, rompiéndola hasta que solo pueda amarrarse a mi.

La infravaloras...  susurro lentamente, observándome con dureza—. Ella si es digna de ser la líder que Eldarya necesita, no tú.

Erika giro la cabeza sintiendo la presencia del oráculo, a quien no podía ver.

Está aquí... murmuro, con voz rasgada—. No lo veo... Ashkore, ¡déjame verlo!

Apreté la mandíbula con furia y clavé mi mirada, afilada como una daga, en los ojos de aquella criatura y vocalice cada una de mis palabras:

  Eres tú quien me infravalora.

Con un rápido y ágil movimiento, lance una esfera de fuerza que hizo desvanecer al Oráculo en el aire.

¡No! ¿¡Qué has echo!? Erika se escabullo de mis brazos y se arrodillo donde antes se encontraba el Oráculo—. Ha desaparecido...

Olvídate de ese saco de almas. dicté, serio—. No voy a dejar que vuelva a acercarse a ti.

Agarre su cuello suspendiéndola en el aire frente a mi. Gruño de dolor y me miro furiosa.

La solté, dejando que cayese, fracturando con un sonido seco sus rodillas. Lanzó un alarido de dolor, retorciéndose en el suelo.

Deja de lloriquear. dije burlón—. ¿Qué clase de dragón eres?

Me arrodille para ponerme a su altura y sujeté de nuevo su fino cuello obligándola a juntar nuestras miradas. Sus parpados a penas podían evitar cerrarse del cansancio, pero se mantenían firmes gracias al continuo dolor.

Ahora, voy a hacerte sentir muy bien.

Aparté la poca tela que tapaba su entrepierna y acaricie la zona sensualmente. Su piel se tensó bajo mis caricias, y de su boca se escaparon pequeños gemidos. Sentía que ese cuerpo reclamaba, algo más que golpes.

La necesidad de besarla me invadió y ahogué un suspiro de deseo juntando nuestros labios a la vez que introduje un par de dedos dentro de ella.

Devore su boca para saciar mi rabia, sintiendo el suave tacto de sus labios y su lengua dulce que me embriagaban. Erika seguía mi compás con dificultad, entre jadeos pidiendo que me detuviese.

Quería ver su cara distorsionarse de placer.

Con pesadez abandone sus labios y extendí delante de mi sus piernas aprovechando que estaban inutilizables. Note como los muslos de Erika hacían el afán de cerrarlas sin éxito.

Aún después de todo... sigues luchando contra mi.

Mordí la cima de su pecho, dejando pequeñas marcas alrededor de este y baje hacia su abdomen. Soltó un suave suspiro cuando me acerque a su ingle.

No lo hagas... suplicó—. No quiero que ...

Ignorando su súplica, lamí su vulva lentamente para que sintiese cada parte de mi lengua. Rodó los ojos y arañó el suelo de roca, maldiciéndome entre dientes.

Explore de nuevo sus puntos débiles, sin dejar ningún trozo de piel sin lamer.

¿Se siente bien, princesa? pregunte, agarrando su trasero para aumentar el contacto.

Sí...

Sus pupilas se dilataron mientras que su iris se tornaba de color rojizo fuego, desapareciendo el color violeta. La cicatriz de su espalda comenzó a brillar.

¿Quieres correrte? sonreí con malicia, notando como poco a poco su cuerpo dejaba de luchar.

Si, j-joder... —gemía al borde de la mismísima desesperación—. Por favor...

Sumiéndose a mi, dejo de retener su voz y arqueo la espalda para sentirme más.

Sonriente, el enfado se desvanecía al ver su cuerpo desnudo retorcerse en el suelo, sudoroso y lujurioso ante mi.

Notando que llegaba al límite, ordené;

Gime el nombre de tu amo.

La respuesta no tardó en llegar, con un alarido envuelto en espasmos y con una lágrima bajando por su mejilla.

¡Ashkore!

En ese momento, mordí su clitoris e introduje un par más de mis dedos. Sentí como su interior los envolvía con la calidez del orgasmo.

Erika no pudo aguantar más, y dejó caer el resto de su cuerpo al suelo, jadeando. Saque mis dedos y los lamí, degustándo el agrio sabor. Al separarme de ella, su trance se desvaneció recobrando sus ojos violetas.

Te has portado muy bien, muy pero muy bien. —sonreí acariciando su cabello, apremiándola—. Has sido una chica buena.

No dijo nada prefiriendo el silencio a responder mi provocación, lo que me hizo esforzar aún más mi sonrisa.

¿No te importa que te haya roto las rodillas, no? pregunte, con aún más descaro con la intención de llevar su ira al máximo nivel.

Negó bajando la mirada. Pose un beso en su frente.

Estás entendiendo finalmente quien es el que manda de los dos. Quizás no seas estupida como pensaba.

Tampoco hubo respuesta. Su cuerpo y su mente torturados habían eliminado cualquier rastro de insolencia.

La maldicion, hacia un efecto aterradoramente satisfactorio. El pacto me hacía tenerla comiendo en la palma de mi mano.

Pero por desgracia, no podía seguir jugando con ella más tiempo, tenía que volver al trabajo.

Buena chica.

Solté una carcajada diabólica y pellizqué burlón su mejilla. Acto seguido, llame con un silbido a mi familiar;

Hades, ven aquí.

En unos segundos, un Alcopafel apareció en la estancia. Note como los ojos de Erika se iluminaban de pánico al ver por primera vez al animal.

Se acercó a mi y le acaricié el pico.

Llama a Henessy. ordene—. Quiero que se ocupe de Erika.

Mi mascota asintió con un ligero gruñido y salió a hacer su tarea. Mientras esperaba que volviese, agarré un fino vestido de seda negro guardado cuidadosamente en unos de los fuertes cajones.

Vestí a Erika con el, sin recibir ninguna ofensa salvo un par de gruñidos de dolor al levantar sus piernas. Estaba preciosa vestida de negro.

La voz de mi secuaz se oyó afuera de la habitación. Recogí a la faelienne en mis brazos, que yacía medio inconsciente entre ellos.

Salí del cuarto y me encontré a la mujer lobo seguida de mi precioso familiar.

Encárgate de ella. ordene, mientras la entregaba—. Ya sabes que hacer, cuando termines llévala a mi cuarto.

Asintió y desaparecí. Aún con el olor de la faelienne en mi cuerpo, no pude evitar una sonrisa macabra.

𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪 𝓔𝓻𝓲𝓴𝓪

Nada más depositarme en los brazos de aquella mujer, desfallecí sin tener tiempo para ver su rostro, pero a pesar que mi cuerpo no respondía a ninguna de mis señales aún podía oír a mi alrededor.

— Oh... murmuró suavemente—. Pobre...

Su voz era dulce y no parecía fingida, algo que me descoloco por completo. Pero no me sentía segura en sus brazos.

No me ponía nada tranquila estar en manos de una tirana como Ashkore.

Trasladaba mi cuerpo con facilidad a pesar de sus finos brazos, cargándome como una pluma hasta que me deposito en un lugar mullido y más cómodo, oyendo de fondo la puerta de la habitación donde habíamos entrado cerrarse.

Note su mirada depositarse en mi, y palpó cada una de mis extremidades.

Por el Oráculo... gruñó , enfadada—. Como ha podido hacerla esto. ¡De verdad que es un puto bruto!

El sonido de botes y medicinas moviéndose junto a los murmullos de la mujer inundaba la estancia.

Dios mío, ¿¡por que mi cuerpo no reacciona!?

Chille de rabia desde mis adentros, sintiendo aún las cosquillas en mi entrepierna y maldiciendo cómo Ash me había dominado gracias a la maldición.

Oí como otra persona entreabrió la puerta.

Heness... susurró una voz que no pude reconocer—. ¿Puedo entrar?

Si Ashkore te ve aquí no saldrás bien parado, cachorro.

Tsk... lo sé, lo sé, no necesito que me lo recuerdes. Pero necesito verla. insistió—. Por favor...

La mujer se quedo pensando unos instantes.

De acuerdo, pero no digas a nadie que has estado aquí. cedió—. Cierra bien la puerta, Leiftan y los demás podrían venir en cualquier momento.

Las pisadas andaron hacia mi y pude reconocer de inmediato el olor de Chrome.

Erika... susurró entristecido, y se dirigió hacia la llamada—. ¿Que la ha echo?

Sus rodillas están destrozadas. Pensando como es Ashkore, se nota su aprecio hacia la chica, sino estaría muerta. dijo mientras limpiaba mis piernas con alcohol medicinal—. Pero no es lo peor.

¿Como que no es lo peor?

¿No has notado la explosión de energía oscura que ha recorrido la cueva?

N-no, estaba con Leiftan. tartamudeo—. Lo que me estás diciendo es que... ¿Han echo el pacto?

El silencio sumergió la sala. La mujer se acercó hacia mi;

Observa.

Me dio media vuelta con cuidado, para enseñar la cicatriz de mi espalda y el hombre lobo ahogó un grito de horror.

Ha aceptado... apretó los dientes con fuerza—. No puedo creer que Erika haya aceptado.

No tendría más opción. Era aceptarlo o morir.

Chrome acarició mi espalda, y note como caían sus lagrimas en ella.

Chrome...

Tranquilo... lo importante es que ha sobrevivido. lo abrazó—. No se puede hacer nada ahora.

¿Quien era esa mujer? ¿por que estaba ayudando a Chrome? ¿y por que sentía compasión de mi?

Es una chica fuerte. Digna de un dragón. sonrió está—. Es la única que es capaz a desafiar a Ash.

Poco a poco, sentía las voces alejarse cada vez más, cayendo en un sueño profundo.

Tiempo después, desperté en el mismo lugar.

Abrí los ojos como un resorte al notar un pinchazo en una de mis rodillas, encontrándome de frente con una mujer lobo con rasgos distintos a los de Chrome, más oscuros y de aproximadamente 35 años, la cual estaba inyectándome en las extremidades.

En un acto reflejo me aparte de ella temblando, sin apartar la vista de la jeringuilla que tenía en su mano.

¡Tranquila! Chrome me rodeó con ambos brazos—. ¡Eh!

Pero eso no me tranquilizaba. Al recobrar el control sobre mi cuerpo, no medí bien mis movimientos y golpeé mi pie con el borde del sofá donde estaba tumbada y el dolor se extendió a mis huesos fracturados.

¡Ughhhh...! maldecí—. ¡Mierda!

Con una rapidez digna de admiración, aprovechando mi aturdimiento, la mujer clavo la jeringuilla en mis dos rodillas en menos de un segundo.

El líquido destenso mis músculos y aunque el dolor no desapareció, quedó en uno mínimamente soportable.

Aún en los brazos de Chrome la mire desconfiada.

No te preocupes. susurró en mi oreja—. Es una tía legal, solo te estaba curando.

Esta, intento sonreírme con la esperanza de relajarme. Pero aún estaba bastante tensa.

Se lo que estás pensando, Erika. Chrome me miro seriamente—. Se que piensas que es una mala persona, una asesina o algo parecido, por estar al lado de Ashkore. Pero te juro por mis padres que puedes confiar en ella, tanto como en mi.

Trague saliva y asentí lentamente, relajando mi pose defensiva.

Siento que te haya asustado... se que no es una visión agradable que nada más despertar alguien te apunte con una aguja. se disculpó—. He intentado aprovechar que estabas dormida para hacer todo, solo necesito un par de minutos para terminar.

Sus palabras parecían sinceras, así que volví a colocarme en posición para que continuase.

Permíteme presentarme mejor. dijo mientras enrollaba mis piernas con un fuerte vendaje—. Me llamó Henessy, aunque me puedes llamar Heness y se podría que soy la enfermera de este lugar. También soy la responsable de cuidarte dentro de estas paredes.

Ashkore te lo pidió, ¿no es así? pregunte aún con cierta desconfianza—. Me extraña que no se lo haya pedido a Leiftan.

Sí... Leiftan es el encargado de ti en el Cuartel, yo en cambio de aquí. Se que hemos empezado con mal pie pero creo que soy mejor que una hamadraine loca. dijo refiriéndose a Peda.

No pude contener una pequeña sonrisa.

Loca se queda corto...

El ambiente entre ambas se destenso. No estaba contenta de tener una "niñera" que me vigilase como si tuviese 8 años, pero al menos podía asegurarme que no corría peligro con ella.

Al mirarla fijamente, note como a su alrededor brotaba una neblina amarillenta y con pequeños y casi invisibles lunares grises.

Con los ojos como platos, quede observándola.

¿Hooola? Chrome asomó la cabeza y me dio un pellizco en el muslo—. ¿La medicina te está drogando?

¡Ay! le di una palmada en la espalda—. Es solamente que... al mirarla he comenzado a ver una especie de destello flotar sobre ella.

¡Oh! la mujer sonrió—. ¿Ya puedes verlas?

¿Ver... el que?

¡Las auras! Has dicho que has visto una especie de destello alrededor de mi, ¿no? Los dragones podéis verlas.

Sorprendida, mire mis manos las cuales seguían sin rastro del sello. Al parecer Ashkore había cumplido su palabra y estaba experimentando los primeros signos.

Dime, ¿como es? pregunto curiosa.

E-eh... pues es amarilla, tirando a chillón. narre—. Bueno, y tiene algunos círculos grises alrededor. Pero no se lo que significa.

Pffff, eso está chupado. He estudiado la complejidad de las almas. burló el lobo, sentándose en posición de indio a mi lado—. El amarillo representa la alegría y según la intensidad es mayor y menor.

¿Y el negro?

La maldad, el egoísmo... pero es normal, en cada alma hay un trozo de esto, cada persona tiene su lado malo. explico—. Tan sólo una decena de razas pueden verlas, y algún que otro friki.

Reí ante el comentario. Pero había algo que no me cuadraba;

Chrome, ¿entonces por que no puedo ver la tuya?

Por que eres una novata aún. me saco la lengua—. Tú cuerpo se estará acostumbrando al maana, es casualidad que sea él aura de ... la primera que puedas distinguir.

Por un momento me había olvidado que finalmente, mi lado faery había salido a la luz. El miedo surgió de nuevo y cambié de expresión bruscamente, algo de lo que ambos se dieron cuenta.

¿Estas bien? se reincorporó y sujetó mis manos entre las suyas.

Sí... bueno. esforcé una sonrisa forzada—. Por un momento había olvidado... todo.

Henessy también se sentó a mi lado y posó su mano en mi hombro. Olía muy bien, a cerezo y a productos de hospital.

¿Quieres hablar de lo que ha pasado con Ashkore y lo que ocurrió en la Luna Roja? 

En mi cabeza se dispararon miles de imágenes de todo lo ocurrido estos últimos días. Se me hizo un nudo en la garganta al verme llena de escamas y plumas, un escalofrío me recorrió la columna al recordar la mirada de animal de Ashkore y la sonrisa de Valkyon cuando se lo llevaron herido por mi culpa.

No. negué seria—. No quiero hablar de... nada.

Entendieron mi decisión.

Chrome me dijo que si necesitaba hablar para desahogarme, podía contar con él y con Henessy, quienes eran los únicos a los que podía contar lo que había pasado.

Debo de llevarte a la habitación. dijo la mujer lobo—. El me ordenó que nada más acabar debía dejarte ahí, pero supongo que estarás sola un rato hasta que llegue.

Asentí sin decir nada. Volvió a recogerme en brazos y nos dirigimos a la salida, donde mi amigo se despidió de mí con un beso en la mejilla.

Espera, Chrome. lo llame antes de que marchase—. ¿Valkyon... esta bien?

Se dio la vuelta y sonrió.

Eweleïn dice que está estable y avanza correctamente, así que no hay peligro. dijo y cuando se volvió a ir, se giro hacia mi-Pero tú, ten cuidado, ¿vale?

Esas palabras palabras me calmaron y le devolví la sonrisa. No sabía si yo iba a sufrir de nuevo la cólera de Ashkore, pero al menos Valkyon no.

Henessy me llevo hasta el cuarto. Me deposito sobre una de las butacas y me sugirió que debía mantener las piernas levantadas para que circulase mejor la sangre. Desprendía el mismo calor que Eweleïn.

También insistió mucho en que la llamase si necesitaba algo y me dejo una especie de papel mágico donde escribirla.

Volví a quedarme sola. Con el pánico de oír la vuelta abrirse de nuevo y encontrarme con el. En general, esa habitación me producía estrés a pesar de las noches que he pasado en ella.

Y en pocos segundos me derrumbé. Tenía tanto miedo y tanta impotencia, al sentir que todo lo que tocaba se rompía y que nunca podría ser libre. Quería salvarlos a todos, pero sabia que no podría.

Cerré los ojos y susurré;

Sálvame... por favor, Valkyon, sálvame.

𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪 𝓥𝓪𝓵𝓴𝔂𝓸𝓷

Reuní a mi equipo en la sala de las puertas con lo todo lo necesario para partir. Cuando iba a ordenar subir a los Rawists, Miiko apareció acompañada de Huang Hua, Eweleïn y Ezarel.

¡VALKYON!, ¿¡que crees que estás haciendo!? gritó—. ¡Aún tienes que descansar! ¡Ya hemos enviado una patrulla a buscarla!

¿¡Crees que es suficiente!? rugí y plante cara a la kitsune—. ¡Está en peligro! ¡Ashkore se la ha llevado y no sabemos qué pasará...!

No pude continuar hablando, ya que la voz de Erika resonó dentro de mí y el corazón me dio un vuelco;

Sálvame...

Quede en estado de shock. Comencé a oler su olor, muy lejos. Me estaba llamando.

Valkyon, ¿ocurre algo? la Feng Huang se acercó a mi, preocupada y apoyó su mano en mi hombro.

La estoy sintiendo. dije mirando al vacío—. Me está llamando... creo que se donde está.

Todos se quedaron pálidos. Ella miro fijamente mis ojos, viendo a través de mí y asintió levemente.

Iré contigo. dictó y se dirigió hacia Miiko—. Si Erika está intentando contactar con el, no tenemos mucho tiempo hasta que Ashkore se dé cuenta y perdamos su pista.

¡Pero señorita! exclamo Fiu—. ¡No puede tomar esta decisión a la ligera!

Lo siento, pero estoy aquí por una razón. dijo Hua subiéndose a uno de los familiares—. Y es ayudar a mi amiga.

Miradas inquietas asomaron. Agradecí con un gesto a la candidata a fénix y yo también me subí a mi montura. Gire la cabeza hacia los miembros de la guarida brillante y demás.

Prometí que nunca más volvería a decepcionarla. dije serio y me coloqué al frente de todos—. Volveré con ella pase lo que pase.

El elfo me miro sorprendido, pero me dedico una sonrisa fiel. Miiko, aún estando dudando y bastante preocupada, nos dio su aprobación.

— Que el Oráculo os proteja. susurró—. Tened mucho cuidado. Erika ya no es humana y no sabemos el poder que tiene, mucho menos que la habrá echo ese monstruo.

Agarre firme las riendas. Mi corazón sabía a donde ir.

[Cᴏɴᴛɪɴᴜᴀʀᴀ... ]

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