Me despedí de mi hermano una vez que pagó la cuenta, él quería llevarme a ver su grandioso amigo que me daría las respuestas del universo. Me excuse diciéndole que seguíamos entre semana y que necesitaba llegar a terminar mis tareas para el día siguiente. Decidió creer lo que ambos supimos fue una mentira, dejó un beso en mi coronilla y me abrazó con fuerza.
"Todo va a estar bien hermanita, vamos a solucionarlo" fueron sus últimas palabras antes de partir.
Subí a mi coche, donde me quedé inmóvil repitiendo la cena en mi cabeza. ¿En qué momento todo se fue al caño? Las lágrimas que contuve al fin vieron la salida, aprovechando la soledad en la que me hallaba. ¿Qué haría ahora?
Una vez que deje de llorar, arranque el coche y después de pasarme un alto donde por poco me impacto con otro auto, maneje con precaución a mi departamento. Cuando mi cuerpo toco el colchón, se relajó notablemente. El ambiente de la cena, lo que no dije y el casi accidente, se convirtió en esta pesadez corporal que me dejaba pegada a la cama.
El celular comenzó a sonar con el característico tono personalizado que le puse al contacto de Juls, me quede viendo la pantalla de mi celular hasta que dejo de sonar. La culpabilidad por evitarla se apoderaba de mí, pero esta nueva visión de lo que podría ser luchaba por colarse en todos los resquicios de mi cerebro.
De nuevo el tono sonó, me taladraba los oídos y empezó a nacer un dolor de cabeza penetrante. Sería demasiado sencillo ponerlo en silencio, me libraba de todo esto y descansaría bien. Por desgracia, ese escape se sentía aún más cobarde que no responder. Merecía el malestar porque seguramente Juliana empezaba a preocuparse. Lo último que le dije fue que tendría una cena con mi hermano. Ya cerca de la medianoche, horas sin saber de mí, bueno era fácil ver porque la insistencia.
Yo solo necesitaba silencio para llorar en paz.
Después de cinco llamadas poco exitosas, la morena paro. Suspire cansada hasta que el aparato vibro sobre mi mano, indicando la llegada de un mensaje.
De: Juls
¡Hola bebé! Supongo que sigues con tu hermano, lo que me alegra mucho. Necesitabas pasar el rato con una persona que es demasiado importante para ti y que llevas tiempo sin ver. Si puedes, avísame cuando llegues a casa. Quería esperarte despierta, pero el sueño me está venciendo.
Te amo Val <3
Leer ese mensaje hacia doler mi corazón, siempre tan comprensiva mi no... Juliana. Quería responderle, decirle que llegue a casa con bien, que la cena fue increíble porque convivir con Guille era así. Decirle que hable con el de temas importantes y tontos, que me gustaría verla pronto porque paso algo que me puso feliz. Que descansara bien, que lo merecía, porque si algo sabía de ella, era que daba más del 100% de si misma todos los días en todos los aspectos que la rodeaban.
Sobre todo, moría por decirle que también la amaba.
Según mi hermano sería una mentira. Algo construido sobre una base de agradecimiento descomunal por todas las veces que la pelinegra acudió en mi ayuda. Algo que mi cerebro asocio con amor, porque empecé a verla como mi salvadora.
No quería mentirle.
Ni siquiera me entere la hora en la que logre dormir, lo supe cuando abrí los ojos por culpa de la alarma. Ya era bastante tarde para llegar a mi primera clase, me arreglaría despacio. Antes de levantarme, vi que Juls había dejado otro mensaje.
De: Juls
¿Todo bien Val? Se que es demasiado temprano, pero estoy empezando a preocuparme. Responde en cuanto puedas, por favor.
Cerré los ojos con fuerza, que injusta me estaba comportando.
Para: Juls
Lo siento tanto Juls, ayer llegue directo a dormir porque era muy tarde. Me la pase excelente con mi hermano, hablando sobre sus proyectos y la universidad. Apenas despierto, se me hizo tarde.
Deje a un lado el móvil para hacer lo mío. Cuando termine, lista para irme a la universidad, otro mensaje me esperaba.
De: Juls
No te preocupes bebé, quería asegurarme que todo estuviera bien. Ya sabes, yo y mis preocupaciones. Arréglate, trata de desayunar y espero vernos más tarde. Te daré muchos besos porque imagino que andarás de mal humor por mal dormir. Te amo, ten un hermoso día Val.
¿Por qué demonios era tan perfecta? Le devolví los buenos días, asegurándole que todo bien. El día apenas empezaba y a pesar de ello sabía que sería difícil.
"Llevamos toda la mañana esperando a que nos cuentes como te fue con tu hermano" Lauren exigió mientras nos dirigíamos a la oficina del doctor Hernández, quien pidió nuestra presencia.
"La verdad es..." si les decía lo que mi hermano dijo, estarían totalmente en contra. No me hallaba de humor para aguantar sus sermones.
"¿La verdad?" repitió Sofi.
"No le dije" decidí mentir, mis amigos dejaron de caminar para rodearme.
"¿Por qué? Se supone que eso harías" Ethan parecía muy sorprendido.
"Es que empezamos a hablar y todo bien" comencé a decirles "quería crear un buen ambiente entre los dos, recordamos viejos tiempos, hablamos de sus proyectos y de la universidad."
"¿Y luego que paso?" tres pares de ojos me observaban demasiado fijos.
"Le hablaron unos inversionistas de repente y tuvo que irse antes de que pudiera decirle" termine de explicar "así que quedamos pendientes para otra cena pronto."
"Ah ya, perdiste la oportunidad Valen" me palmeo el brazo Ethan "tendrás otras, no te preocupes por eso."
"Pues ve viendo cuando van a tener esa cena porque te estas tardando" añadió mi pelinegra amiga "ya verás que todo saldrá mejor que bien."
Puras mentiras.
Sofi solo se quedó mirándome, buscando algo en mis ojos con mucha intensidad. Después de unos segundos, asintió y se dio la media vuelta. Lo que tomamos como la señal de que debíamos seguir nuestro camino.
"Mañana es la prueba de sus vestidos" indicó el profesor Cristóbal "las que van de rojo vino. Porque las del azul cerceta deben esperar otra semana al menos."
"Mi traje sigue en proceso" dijo Ethan "igual lo tendrán para la próxima semana."
"Excelente" el profesor apuntó rápidamente en la libretita donde yacían los preparativos de su boda "nuestros trajes ya están listos. Solo debo cuidar que alguien evite comer de más para que todo siga perfecto" dijo mirando hacia la puerta que acababa de abrirse.
"Pues en teoría ya todo está listo y ni ceno tanto" el doctor Williams llegó a su oficina cargando una cantidad enorme de bolsas de comida. nos vio amontonados a todos allí "ojalá hubiera hecho mi oficina personal más grande."
"Ni se preocupe, aquí entramos perfecto" aseguró Sof.
"A eso me refería" murmuro el profesor con descontento, cuando empezamos a sacar las hamburguesas y batidos.
Si cabíamos, para algo existía el sofá, algunas sillas y el suelo. Repartieron los pedidos a quien correspondiera, la boda a la vuelta de la esquina mantenía el buen humor vivo, así como los nervios. Faltaban tres semanas, pero en términos generales, pasaban demasiado rápido para dejar las cosas al azar.
Quería dedicarme a los preparativos con más énfasis, así mantendría ocupada mi mente.
"El jueves que viene, toca ir a la degustación de menú" la voz del doctor Williams inundo la oficina "¿nos acompañan? Ya dijimos que llegaríamos bastante acompañados."
"La pregunta ofende doctor" Sofi saltaba de la emoción, cuando de alimentos se trataba nadie le decía nada "prepárense para que escoja lo mejor de lo mejor."
"Irás a probar no a elegir" le detuvo el profesor Cristóbal, bajándole sus humos "pero de lo que te digamos, puedes aconsejarnos."
"Bien" celebró con un bailecito muy Sofi.
Pase el resto del día acompañada de mis amigos y los futuros esposos, hablando sobre lo que faltaba, lo que estaba listo, como sería la ceremonia y demás. Cuando llegue a casa, el cansancio me sobrepasaba. Prepare la cena más rápida del mundo para irme directo a mi cuarto. Quería buscar una película que me ayudara a conciliar el sueño. Le di play a la primera que se atravesó, de todas maneras, no iba a verla.
Di el primer bocado a mi delicioso y nutritivo cereal, antes de leer el último mensaje del día de Juliana. Por desgracia (o fortuna) fue imposible vernos durante el día.
De: Juliana
Al parecer tendré que desvelarme un buen rato. El gerente de la empresa me acaba de mandar algunos documentos que debo leer para mañana. Descansa ojitos de océano, te amo.
No le respondí, porque todo permanecía revuelto en mi mente. Seguiría el consejo de Guille en ir con un profesional que me oriente... Considere decirle la verdad a Juls, necesitaba un consejo de su parte. Si, definitivamente debía hablar con ella. Al día siguiente hablaría con ella, que se enterase resultaría más beneficioso. Lo más seguro era que se molestaría, pero pasaría, quería creerlo.
Con ese pensamiento me dormí, dispuesta a explicarle todo. Confiada en que, de igual forma, además de ayudarme, si fuera necesario me daría mi espacio para meditar. Me disculparía por no decirle, pero sobre todo sería sincera. Lo que más apreciaba de las personas.
Por desgracia, a veces los planes deben cambiar.
Parpadeé de pronto, intentando enfocar el techo. Seguía algo oscuro afuera, lo supe al ver el exterior por la ventana de la habitación, al parecer olvidé cerrarla. Escuché como tocaban la puerta, seguramente en el apartamento de enfrente. Mi reloj todavía marcaba las 6 a.m, demasiado temprano. Nuevamente el sonido inundó todo causando un gemido de frustración, me cubrí la cara con una almohada, tratando de volver a conciliar el sueño. Cuando un nuevo sonido llegó, pude escuchar una ligera diferencia, una voz llamándome.
"Val, Val."
¿Qué rayos? ¿Juliana? Me desenrede de las sábanas para correr a abrirle, resultaba tan extraña como sorprendente su presencia a esa hora. Confirmé por la mirilla quien era para luego quitar los seguros.
"¿Juls que haces aquí?" noté de inmediato su cara de preocupación, chequeando su celular "¿sucedió algo?"
"Te he estado marcando desde hace una hora" me hizo a un lado, caminando directamente hacia la sala, buscando con desesperación entre los muebles hasta que encontró el control remoto. Weird.
"No sé donde tengo el celular, dime que pasa" exigí sin obtener éxito, porque una llamada entró al celular de Juls, que respondió de inmediato.
Juliana había encendido el televisor poniendo el canal de "Actual's Brown" con las noticias mañaneras, mientras seguía hablando por teléfono acaloradamente.
"Y en otras noticias, nos llegaron imágenes bastante reveladoras de la hija de una familia importante de nuestra ciudad. Captadas en zona de playa."
Al escuchar eso, sentí mi corazón dar un vuelco. A lo lejos podía escuchar que Juls seguía en el teléfono, al mismo tiempo que veía las noticias en la pantalla. Se veía muy molesta y preocupada. Lo que hizo que me inquietara mucho más, por eso llego tan temprano, porque nos descubrieron en Vallarta.
Sera posible que me habían descubierto con la morena en la última escapada. Si mis padres se enteraban de esa manera no tenía oportunidad alguna de verlos a la cara, no solo estaría posiblemente decepcionándolos sino rompiendo su confianza y dejándolos en vergüenza de manera pública sin ellos tener un plan de contingencia.
"Así es señores, por la noche de ayer llegaron a nuestras manos algunas fotos que dan mucho de qué hablar. En unos momentos las presentaremos en este su programa de preferencia."
Me faltaba la respiración, cada intento para obtener aire hacía que los pulmones dolieran. Mis ojos se pusieron llorosos, mi garganta se cerraba.
No, no, no.
Esto no podía ser verdad.
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Buenas, buenas!
Aquí un par de capítulos chicos! Ya saben, dejen sus comentarios, son más que bienvenidos.
Les agradezco que sigan leyendo este fic. (☞ﾟヮﾟ)☞
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