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Los preparativos para la boda del doctor Williams y el profesor Cristóbal me sirvieron para distraerme y mantener ocupada mi cabeza. Solo faltaba una semana para el gran evento, definitivamente amaba a esta pareja.
Nos llevaron a su prueba de alimentos, donde Sofi comió tanto que nos sorprendió que no vomitara, en la prueba de pastel se libró un debate de casi tres horas porque ni el profesor ni el doctor se ponían de acuerdo, al final (en contra de lo que estipularon al principio sobre nuestra presencia) tuvieron que dejar que votáramos por el que considerábamos el mejor sabor para el pastel. La torta "amor" fue la ganadora, con sus increíbles capas bizcocho de chocolate intercalado con hojarasca de manjar, crema pastelera y mermelada de frambuesas. La selva negra nunca tuvo oportunidad, por lo que el doctor Williams nos tachó de traidores.
Llevaba una semana y media evadiendo a Juls al máximo. Lo cual resultaba ser una tarea difícil porque compartíamos el mismo circulo social básicamente. Cuando quería llegar al departamento, daba puros pretextos que parecían demasiado tontos para que mejor durmiera en su casa, desde que debía estudiar para los exámenes hasta decirle que me quedaba en casa con mis padres porque solicitaban mi presencia.
Los primeros días fueron fáciles, acepto todo con alegría y comprensión sin rechistar. Después se complicó un poco, porque en el fondo sabía que ya no se tragaba mis cuentos. A pesar de ello, respetaba mis decisiones con un semblante preocupado y cauteloso.
Y aquí estaba, de regreso de la última prueba de vestido, en el coche que la señora Helena le regalo a su nueva nieta, disfrutando de nuestra compañía a solas que tanta falta nos hacía. En el viaje de ida hablamos sobre su nueva escuela, los cursos que llevaba en lo que esperaba el inicio del nuevo semestre, su relación perfecta con Renata. Definitivamente se veía muy bien con los cambios en su vida. Cuando salimos de la tienda, empezamos a hablar de otros temas.
"¿Sabes que puedes confiar en mi para cualquier cosa?" me preguntó de pronto, en lo que esperábamos salir del estacionamiento "¿lo sabes?"
"Lo sé Iv, por algo somos mejores amigas" respondí feliz, porque extrañaba mucho pasar un buen rato con ella "¿por qué preguntas?"
"Me gustaría saber la razón de que estes tan alejada de Juli" expresó con la vista al frente cuando empezó a avanzar la fila de coches.
"No sé por qué dices eso" negué, poniéndome algo nerviosa.
"Ni te atrevas a mentirme Valentina, incluso sin vivir en casa de Juls sabía que pasaban casi todo su tiempo juntas" insertó el boleto en la maquina correspondiente, lo que nos dejó salir a la ciudad "ahora Juliana se la pasa en su habitación encerrada o en la biblioteca, ni siquiera quiere pasar tiempo con Renata o sus primas. Dice que tiene mucho trabajo en la empresa."
"Es que si ha tenido demasiado trabajo por culpa de la empresa" si Juliana había dicho eso, pues era cierto "ya sabes que es demasiado responsable..."
"Sigues mintiendo, sé cuándo lo haces" cortó Iv mis palabras "todos estamos conscientes de que cuando Juli empezó a salir contigo, delegó la mayor parte del trabajo para pasarla contigo y con su familia."
Me di por vencida muy rápido, Ivana podía ver a través de todas mis barreras debía saberlo. Así que procedí a contarle lo que ocurrió cuando decidí hablar con Guille sobre mi relación con la morena. Mi concentración fue tanta que ignore que dejamos de avanzar entre las calles, porque mi amiga quiso quedarse estacionada para oírme bien, hasta que termine.
"Valen, te amo enserio" tamborileaba sus dedos en el volante "debo... no, mejor dicho, necesito decirte que estas bien mensa."
"Iv, escúchame bien, no es mi intención estar hiriéndola" fui sincera, porque al final hablaba con alguien sobre lo que me atormentaba "tengo miedo de la reacción de mi familia, tal vez Guille tenga razón y necesite..."
