Capítulo 51

1.2K 165 49
                                    

"¡¿Qué?!" grité muy sorprendida, girando rápidamente sobre mis talones para ver a Lucho.

Él veía el suelo con evidente vergüenza, mordía sus labios y tronaba su dedo índice cada cierta cantidad de segundos, como un tic. Camine decidida hacia él, con la mirada más asesina del universo.

"¿Ethan? ¿Mi amigo?" exigí la respuesta.

"Si, ese Ethan" declaró con miedo, al ver mi actitud agresiva.

"O sea que me tratabas así de mal, cuando al mismo tiempo intentabas algo con él" acusé, Lucho asintió pensando que lo que hice fue una pregunta, cuando en realidad fue una afirmación.

Lo que deberías preguntarte Carvajal, es si en verdad puedes confiar en las personas que te rodean actualmente ¿qué te asegura que son leales a ti?

Lo último que Mayela me dijo llegó duramente, porque a esto se refería. Ella ni siquiera pasaba tanto tiempo con nosotros y a pesar de eso, lo sabía todo. Conocía sobre la relación de estos dos, como uno de mis amigos más cercanos, me traicionaba así. Una de las personas por las que supuestamente la estaba cambiando. Malditos genes de periodista Brown.

"¿Y eso como explica todo Luis?" le enterré el dedo en el pecho con tanta fuerza que a mi me dolía, para mi buena suerte el no hizo nada por defenderse "dime porque el que gustara Ethan justifica que me lastimaras de esa forma, después de tantos años de amistad y noviazgo."

"Tuve miedo Valentina" dijo con tanta honestidad que hizo que me detuviera en mi arrebato de querer dañarlo, el miedo ocasionaba muchos problemas. Daba fe de ello, basado en la experiencia "y al parecer tenía razón con eso, porque al ver como las personas reaccionan ante lo que desconocen, temen o rechazan, fue preferible que lo que intentamos no funcionara."

"Dios, demasiada información" me alejé de Lucho lo suficiente para respirar bien, tratando de evitar uno de mis famosos ataques de pánico y ansiedad. Me senté y volví a tomar de mi té. ¿Me veía reflejada en él? Si. Por lo que quería saber la historia completa. "Necesito que me digas todo, ya."

Como la orden que fue, Lucho procedió a ocupar su asiento para hablar. Nos quedamos callados, el ambiente a nuestro alrededor algo tenso. Le hice una seña con la mano, indicándole que siguiera con su historia, se supone que por eso estaba en mi casa. Vi como trago hondo, supuse que sopesando como decir lo que quería a como quería. Al notar que boqueaba, nadando entre la indecisión y el miedo, negué repetidas veces con frustración, antes de irme la cocina de nuevo.

Abrí cada puerta de los estantes de la cocina hasta que encontré lo que buscaba. Regrese a mi lugar, donde Lucho seguía abriendo y cerrando la boca sin parar. Sin más que pensar, abrí la botella que sostenía en mis manos para verter una gran cantidad de liquido en su taza ya vacía. Hasta rebosar.

"Por algo le dicen valor liquido" deje la botella de tequila a un lado, después de servirme suficiente cantidad "tal vez así decidas hablar."

Como si de un shot común se tratara, empinamos las tazas para acabarnos el contenido en segundos. Una gota bajo desde los labios hasta la mandíbula de Luis, que luego paso la manga de su camisa para limpiarla. Extendió la taza de nuevo, para repetir. A lo que accedí gustosa, porque en el fondo sabía que para hablar, lo necesitaba. Mucho.

Por mi parte, ingería el alcohol para soportar lo que tuviera que contarme y para soltar el pequeño rastro de culpabilidad que me decía que tener a mi ex novio, golpeador allí conmigo, resultaba ser mala idea.

Una muy mala.

Tres o cuatro tazas después, Lucho dejo fluir las palabras.

"Ethan nunca ocultó su orientación si de cazar a los chicos se trataba" ahora si bebíamos tranquilos, pero evidentemente ya algo golpeados "¿recuerdas aquel día que fuimos a bailar todos y que se unió Sergio?"

Cuando te vasWhere stories live. Discover now