Capítulo XXXIX.(corregido)

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***
La policía se dirigía hacia el domicilio de Touya. Tenían la esperanza de que se encontrase allí junto a Katsuki.

Mientras tanto, en la casa de Dabi, éste comenzaba a besar y a tocar el cuerpo de Bakugou.

—¡Detente!—Le suplicaba.

—No, hoy vamos a recordar viejos tiempos.—Esos en los que te hacía gemir cúan zorra debajo de mí.

Al rubio cenizo no le gustaba nada la idea, pues consideraba que su cuerpo le pertenecía a Kirishima. Sólo el pelirrojo podía hacérselo.

"No lo permitiré."

El adolescente se resistía inmovilizando sus piernas que ahora se encontraban desatadas.

Esto enfadaba a Touya.

—¡Deja de resistirte, maldita puta!—Sabes bien muy bien que quieres esto, al fin y al cabo tú eres fácil de abrir.

—¡Cállate!—Le respondió dando patadas al aire, ya que sus manos sí que estaban todavía atadas.

El de cabello azabache se estaba cabreando cada vez más, odiaba la resistencia que el otro oponía.

—¿Por qué no te dejas? ¿Tan grande la tiene ese desgraciado como para que sólo quieras su polla?—Dijo molesto tratando de separarle las piernas.

—¡Eijirou la tiene más grande que tú, bastardo con micropene!—Tras decir eso, le escupió a la cara.

Aquello fue la gota que colmó el vaso.

—Con que esas tenemos, ¿eh?—Ahora verás, vas a sentir el "micropene".

Consiguió arrebatarle los pantalones y los calzoncillos para después separar sus piernas.

—¡No! ¡No!

—Ja, ja, ja.—Ahora verás, puta.

Lo penetró y comenzó a embestirle.

—Mmm...Sigues siendo algo estrecho...Eso es bueno para mí.

De los ojos de Bakugou comenzaron a brotar lágrimas.

"Mierda, soy tan jodidamente débil."—Se lamentó.

—Ah... Vamos, zorra...Gime para mí...

Pero Katsuki no gemía, él no sentía placer alguno.

—¡Te estoy diciendo que gimas, hazlo de una puta vez!

Le pegó un puñetazo en el rostro y, a los pocos segundos; se escuchó la puerta de su casa siendo tirada abajo.

—¿Qué mierda...?

No le dio tiempo a reaccionar cuando la policía apareció.

—¡Deje al chico!—Le exigió un agente.

Touya intentó actuar con normalidad y dijo:

—¿Por qué? ¿Acaso follar es un delito?—Vayánse de aquí.

—No parece que sea consentido, el chico está llorando. Además parece tener un moratón reciente.

—Es porque me pone la dacrifilia y para ello le he tenido que pegar un poco, ¿y qué? ¿Me van a detener por eso?

—Más bien por secuestro y violación.—Detengánlo.

Los dos se vistieron, aunque Bakugou, a pesar de haber sido liberado de las ataduras de sus muñecas; tuvo que ser ayudado por uno de los agentes.

—No te preocupes, ahora todo estará bien.

Katsuki no respondió, la voz no le salía en aquellos instantes. Sólo lágrimas.

***
Cuando Bakugou llegó a la comisaría junto con los policías, fue examinado por un médico forense para así certificar que había sido violado.

Después lo llevaron a una sala antes de que lo vieran sus padres y su novio, a los que iban a informarles de la situación.

—¿Han encontrado a nuestro hijo?—Les preguntó Mitsuki preocupada.

—Sí, señora Bakugou pero antes debo informarles de algo.

Los tres permanecieron en silencio y dejaron que el policía hablase.

—Esto no es fácil decirlo pero...Sentimos tener que informarle de que su hijo ha sido violado por su secuestrador.

Aquello les dejó en shock, no se lo esperaban y les destrozó por dentro el saberlo.

—Les aconsejo que mencionen nada, sólo denle cariño. Es lo que más necesita.

—Está bien pero, ¿dónde está el cabrón que le ha hecho esto a mi hijo?—Preguntó Mitsuki.

—En el calabozo, a espera de pasar a disposición judicial.

—¿Puedo ir a verlo? Necesito decirle unas cuantas cosas.

—No se lo aconsejo, pero comprendo su sentir. Yo estaría igual que usted.

La rubia ceniza se resignó y fue a ver a su hijo junto a su marido y Kirishima.

***
El policía les condujo a la sala en la que se encontraba Katsuki, quien estaba tumbado en una camilla, y les abrió la puerta para que entrasen. Tanto los padres como el novio fueron a abrazarlo, el rubio cenizo correspondió a la muestra de cariño sin poder evitar emocionarse por ello.

—Hijo; ¿cómo te encuentras?—Le preguntó su padre.

—Como una mierda, me siento sucio.

Ninguno dijo nada pero entendían  qué se refería.

—Katsuki...—Susurró Kirishima acariciando su rostro.

—Eijirou, abrázame, por favor.

El perlirrojo no se negó y abrazó a su novio; estuvieron así un rato hasta que Katsuki les pidió algo a sus padres:

—Viejos, ¿podéis dejarnos a solas un momento?

—Sí, claro.—Respondió Masaru para después mirar a su esposa y salirse con ella.

Al fin estaban solos.

—¿Sucede algo, Katsu?

—Eijirou...Tú...¿Vas a querer seguir a mi lado después de esto? ¿A pesar de haber sido débil y no poder siquiera defenderme?

—¿Cómo puedes pensar eso? Es obvio que no me iré de tu lado.—Y tampoco eres débil, no digas eso de ti mismo.—Dijo para después darle un beso en una de sus mejillas.

—Pero yo...Siempre estoy siendo salvado, eso me molesta.

—Si lo dices por Dabi,es muy fuerte; aunque no lo parezca.—Yo tampoco pude hacerle demasiado cuando peleé contra él.

—No es sólo eso, es que me siento débil y un inútil. Quiero cambiar eso.

—¿Y qué harás? ¿Entrenar?

—Algo así, quiero aprender a defenderme.

—Oh, entiendo. Yo también quiero hacerme fuerte.—Podemos hacerlo juntos, si quieres.

—Sí, podemos entrenar juntos.—Ahora sólo abrázame de nuevo, te necesito...

Kirishima le sonrió con ternura y no dudó en abrazalo.

—Te quiero, Katsuki.

—Y yo a ti.

Permanecieron así durante un buen rato hasta que al fin Bakugou pidió salir de allí, por lo que Eijirou le ayudó a bajarse para abandonar la sala.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!




Sexo sin compromiso [Kiribaku]Where stories live. Discover now