Capítulo XCVII.

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***
Las horas fueron tediosas para él aquella mañana y sintió liberación cuando llegó el descanso.

—Bakugou, ¿vienes conmigo hoy?—Cuestionó Hanta.

—Sí.

Ambos caminaron juntos hacia la cafetería cuando se toparon con un grupo de personas, aglutinadas en torno al tablón de anuncios; que obstruían el pasillo.

—Joder. Qué asco.—Comentó alguien.

—Sí. Además, ¿no se suponía que tenía novio?

—Eso creo.

—Encima de amargado, infiel. Menuda joya.

Katsuki tuvo una mala sensación en aquel instante.

—Cara plana, voy a ver qué diablos hay en ese tablón.

—De acuerdo, aquí te espero.

El rubio cenizo, se acercó y; cuando empezó a apartar a los universitarios, varios lo miraron con desprecio.

—Allí está el infiel.

Al oír eso, se tensó.

"¿Infiel? ¿Yo?"

Decidió ignorar el comentario y avanzó hasta el tablón.

"¿Qué mierda...?"—Pensó viendo las fotos.

Se quedó boquiabierto al ver los montajes.

Entonces no pudo aguantarse y gritó:

—¡¿Quién cojones ha sido?! ¡¿Quién ha hecho esta mierda?!

Los allí presentes se miraron confundidos entre sí y, uno de ellos dijo:

—¿Qué dices?—Ninguno hemos hecho estas fotos. Además, no tenemos la culpa de que alguien haya destapado tu infidelidad.

—¡Ni he sido infiel, idiota!—¡Esas fotos son falsas!

—Sí, sí, seguro.—Dijo el chico.

Entonces Bakugou empezó a arrancar todas las fotografías para guardárselas y quemarlas en otro momento.

"Suerte que Eijirou no ha estado aquí para verlas."—Pensó aliviado sin saber que a Kirishima también le habían llegado.

***
Eijirou no había revisado su teléfono en toda mañana porque había estado ocupado.

"Tengo hambre. Iré a la cafetería y seguiré con el trabajo de cómo enseñarles a los niños el deporte de forma divertida."

Iba caminando despreocupadamente, cuando Shōto le habló:

—¡Kirishima!

Al oír la voz del bicolor, se volteó.

—¡Hola, Todoroki!—Lo saludó alegremente.

Sin embargo, su amigo no le correspondió con una sonrisa como hacía usualmente; sino que lo miraba con seriedad.

—¿Pasa algo?

Él no respondió inmediatamente, sino que se tomó unos segundos para decirle:

—Kirishima, hay algo que quiero preguntarte.

—¿El qué?

—¿Engañas a Bakugou?

Su pregunta le desconcertó.

—¿Qué?—¡Claro que no!

—¿Y qué me dices de esta foto?—Cuestionó sacando una imagen de uno de los bolsillos de su pantalón.

Sexo sin compromiso [Kiribaku]Where stories live. Discover now