Capítulo XLV.

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***
Al día siguiente Kirishima estuvo nervioso, pues por la noche los padres de ambos se iban a conocer sabiendo ya de su relación. El pelirrojo temía que algo pudiera salir mal.

—No te tienes que preocupar tanto, seguro que no sucederá nada malo.—Le decía su novio tratando de calmarle.

—Es lo más probable pero no puedo evitar preocuparme, ¿tú no lo estás?

—No, me da igual si se llevan mal.—Estoy saliendo contigo, no con ellos.

Sabía que Katsuki tenía razón, sin embargo era obvio que el hecho de que sus padres pudieran llevarse mal podría afectar a su relación.

—Ya pero igual podría afectarnos.

—Puede ser pero, ¿acaso cortarías conmigo por eso?—Le preguntó Bakugou.

—¡Claro que no!—Me gustas mucho, Katsuki.

Entonces su amado se acercó a él y le dio un beso.

—Me alegra oír eso pero ya tienes que dejar de pensar en ello.—Debes distraerte con algo, ¿quieres que salgamos a dar un paseo?

—Sí, vamos.

Dicho esto, se arreglaron y salieron de la casa para que el pelirrojo se relajase un poco.

***

Por llegó el momento, los padres de Eijirou y a estaban allí. Ahora estaban saludando a los padres de Katsuki.

—Un placer conocerles, tenía ganas de saber acerca de los padres de un chico tan estudioso y responsable como Bakugou.—Dijo la madre de Kirishima

—El placer es nuestro, Kirishima es un chico muy alegre y encantador.—Afirmó Mitsuki sonriendo.

—¿Y no les supone una molestia tenerlo aquí?—Lo digo porque es un adolescente después de todo.

—No te preocupes, aguantar a nuestro propio hijo tiene más mérito.—Creemé.—Afirmó la rubia.

—¡Eh! ¡Peor es aguantarte a ti, bruja!—Se quejó Katsuki.

—¡Katsuki! ¡No me digas así!—Le regañó para después darle una colleja.

Seguidamente ella miró a la madre de Eijirou y dijo:

—¿Lo ves? Mi hijo es un pequeño gremlin.

Los padres de Kirishima se quedaron perplejos mas no dijeron nada.

—Eh...Sí, ya veo...—Bueno cosas de jóvenes, ja, ja, ja.—Se rio nerviosamente la de cabello azabache.

Fue un momento incómodo, sin embargo, Masaru intervino diciendo que la cena estaba ya lista para ser servida; por lo que todos fueron al comedor sin decir nada.

Kirishima volvía a estar intranquilo.

***
Los Bakugou habían extendido la mesa para hacerla más grande con el fin de no estar apretados y de que la comida cupiera.

La cena era bastante abundante y constaba de tempura, sushi, udon, gyudon, teriyaki y bolitas de pulpo.

Todo tenía una pinta maravillosa, todo los platos habían sido un trabajo en equipo ente Masaru y su esposa.

—¡Qué buena pinta!—Exclamó la señora Kirishima.—¿No lo crees, cariño?—Preguntó mirando a su marido.

—Sí, todo tiene buen aspecto. Estoy seguro de que estará delicioso.

El matrimonio Bakugou se alegraba de que sus primeras impresiones fueran buenas, así que les animaron a que comenzasen a comer.

—¡Delicioso!—Dijo la madre de Kirishima.

—Sí, está muy rica esta comida.—Comentó el marido de ésta.

Masaru y Mitsuki se miraron y se sonrieron entre sí, pues estaban contentos de que les estuviese agradando la cena.

—Nos alegra que os esté gustando, es un alivio saber que nos ha salido bien.—Dijo Mitsuki.

—¿Habéis hecho esto entre los dos?—Cuestionó la señora Kirishima.

—Sí, a los dos nos gusta cocinar.

—Qué bueno, normalmente cocino yo porque mi marido es un desastre.

—Eh, a veces te ayudo.—Le contestó su marido.

—Cierto, cierto.—Sólo cuando es algo que te gusta mucho ja, ja, ja.—Bromeó.

Siguieron comiendo y hablando, llegó un momento en el que los padres de Katsuki y Eijirou hablaron de trabajo, por lo que los dos adolescentes no les atendían; así que comenzaron a coquetear de manera disimulada. 

El rubio cenizo comenzó a acariciar con su pie una de las piernas de su novio, subiéndolo hasta su entrepierna.

—Mng...

Fue el sonido que hizo Kirishima al sentir su pene siento tocado por encima de sus pantalones mientras comía. Al pelirrojo le sorprendió que Katsuki hiciera eso delante de sus padres.

—Kat-Katsuki.

El aludido lo miró con picardía.

—¿Qué pasa? ¿Te encuentras mal, Eijirou?—Le preguntaba en voz baja, burlándose de él.

En ese momento, los adultos los miraron.

—¿Te pasa algo, hijo?—Preguntó el señor Kirishima a su retoño.

—N-nada, puedes estar tranquilo.

Los padres dejaron de prestarles atención y continuaron hablando.

—Me vengaré de esto, katsu.—Susurró para que únicamente Bakugou le escuchase.

El rubio cenizo sonrió y le dijo:

—Estaré esperando~

Acabaron la cena y pasaron al postre, que constaba de unos pasteles de distintos sabores, éstos no eran exactamente caseros pero eran de una pastelería que a Mitsuki le gustaba mucho. Todos, excepto Katsuki, tomaron uno.

"Katsuki tenía razón, no debí preocuparme tanto."—Pensó Eijirou mientras comía un pastel de fresa.

El ambiente era bueno hasta que tocaron un tema peliagudo.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!






Sexo sin compromiso [Kiribaku]Where stories live. Discover now