Capítulo XCIII.

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***
Eijirou estuvo abofeteando a las muchachas hasta que éstas se arrodillaron y pidieron perdón.

—¡Lo sentimos!—Dijeron las dos a la vez agachando la cabeza.

—Eso espero porque, si nos volvemos a cruzar con vosotras y nos decís algo similar, será peor.—Dijo Kirishima.

—No pasará, de verdad.—Aseguró la de cabello violeta.

—De acuerdo.—Dijo el pelirrojo alejándose sin mirarlas.

Volvió junto a su novio y se marcharon.

—Estoy orgulloso de ti, Ei.—Me alegra que le hayas dado una lección a esas estúpidas.

—No es nada, es sólo que no quiero que nos pisoteen de esta manera. Merecemos un trato digno, como cualquier persona.

—Obviamente.

—De todos modos, espero que; si nos volvemos a encontrar en una situación similar, no tengamos que recurrir a la violencia. Siento que me dejé llevar por la ira, he sido impulsivo.

—Sí, lo has sido.—Sin embargo, ellas no parecían del tipo de gente con la que se pueda razonar.

—Sí, eso es cierto...—Aun así, no quisiera repetir esto de nuevo.

El rubio cenizo notó en su amado la culpabilidad.

—Eijirou, no te sientas culpable. Ellas fueron las que comenzaron a insultar sin motivo.—Así que no te mortifiques por ello. No merecen la pena.

El de dientes afilados le miró y le sonrió.

—Gracias, Katsuki. Te quiero mucho.

—Y yo a ti.

Y se dieron un tierno beso para luego continuar su camino hacia la residencia en la que vivía Kirishima.

***
Awase estaba encerrado en su habitación sintiendo descontento, pues el hecho de que la pareja no hubiera vuelto enseguida tras la pelea con Bakugou, significaba que no les había arruinado del todo la cita.

—Menuda mierda. No he podido arruinar su cita y encima el plan no parece avanzar en absoluto.

Se sentía frustrado, así que optó por llamar a uno de sus ligues.

—¿Midoriya, estás ocupado?

>Eh... N-no, ¿por qué lo preguntas?

—Porque quiero follar. Hoy no he tenido un buen día.

>P-pero... Todavía nos estamos conociendo y...

—Eres un muermo. Vete a la mierda.

Colgó y bloqueó al muchacho.

—No sé ni para qué lo intento con ese tonto virgen de mierda.

Ahora estaba más cabreado y pasó a llamar a otro chico.

>Hola, ¿qué quieres, Awase?

—Quiero follar, Shindou.

>Vale, ¿dónde nos vemos?

—En el motel de siempre.

>De cuerdo. Nos vemos.

Colgó y se procedió a buscar una ropa mejor para ponerse. Algo que le costó un poco encontrar pero, cuando finalmente lo hizo, dijo mirándose al espejo:

—Ya estoy listo.

Se volteó para mirarse desde todos los ángulos y quedó satisfecho.

—El estúpido de Kirishima no sabe lo que se pierde.

Sexo sin compromiso [Kiribaku]Where stories live. Discover now