Capítulo CXVII.

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***

Cuatro años después, había llegado el día de la boda de Katsuki y Eijirou.

Los novios se estaban vistiendo en habitaciones separadas que había disponibles en la catedral para que se pudieran terminar de arreglarse, cada uno se encontraba acompañado de varios amigos. El pelirrojo estaba con Todoroki y Ashido, mientras que el rubio cenizo estaba con Sero y Kaminari.

—¡Estás muy guapo con ese traje, Kirishima!—Le halagó Mina.

—¿De verdad?—¿Crees que a Katsuki le gustará?

—Sí, te ves bien.—Dijo Shōto.

—Amigo, a Bakugou le gustará cualquier ropa que te pongas.—Dijo ella.

—No, a Katsuki no le gusta todo lo que me pongo.—A veces me ha regañado por llevar ropa que no le gustaba o que no combinase.

—¿Por ejemplo?

—En una ocasión me puse una camiseta roja con unos pantalones verde fosforito y unas zapatillas amarillas.

La chica puso cara de horror y dijo:

—¡Por Dios! ¡¿Cómo se te ocurrió ponerte esa ropa?!

—Creía que me veía bien.

—Pues no lo creo, esa combinación no le quedaría bien a nadie.—¿A qué sí, Todoroki?

El bicolor, confundido, dijo:

—No sé... ¿Qué color es verde fosforito?

Kirishima y Ashido se quedaron sin palabras por unos segundos hasta que el de dientes afilados habló de nuevo.

—¿En serio no sabes qué color es?

—No.

—Entonces yo te mostraré el color, voy a mostrarte con Google.

Sin embargo, cuando iba a agarrar el móvil, la puerta de la habitación se abrió abruptamente.

—¡Kirishima! ¡Tienes que salir ya!—Gritó Hanta.

—Oh, vale. ¡Ya voy!

Tomó su teléfono para guardarlo en el bolsillo del pantalón de su traje y salió de allí, pues según la tradición él debía estar en el altar antes que su amado.

Sus amigos también salieron junto a él de la habitación.

***
Habían transcurrido diez minutos desde que se encontraba esperando en el altar y ya se estaba impacientando.

"Ya quiero ver a Katsuki. Él seguro que se verá como el hombre más guapo del mundo."—Pensó sonriendo tiernamente y con las mejillas levemente sonrojadas.

Entonces alguien se le acercó y salió de su ensoñación.

—Oh... ¡Hola, Mitsuki-san!

La rubia sonrió y le dijo:

—No hace falta que uses el honorífico, vamos a ser familia después de todo.

—Sí, cierto. Perdón, es la costumbre.

—Por cierto, Katsuki ya va a venir.

—¡Vale!—Exclamó emocionado.

Mitsuki sonrió una vez más y le dijo:

—Estás muy guapo, Eijirou.—Seguro que a Katsuki le va a encantar el traje.

—¡Eso espero!

Ella se alejó y enseguida apareció Katsuki, quien llevaba un traje blanco, con detalles plateados y un chaleco plateado, además de unos zapatos color gris perla y un ramo de rosas blancas entre sus manos.

Sexo sin compromiso [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora