Capítulo CIV.

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***
El doctor apareció y miró directamente a ambos rubios y a Masaru. A este último fue a quien comenzó a hablarle.

—Señor Bakugou, ¿cómo se encuentra?

—Mejor, gracias por su preocupación.

—Me alegra oír eso.—Dijo con sinceridad.—Pero cuénteme, ¿recuerda que sucedió antes de que sufriera el infarto?

—Sí, yo... Estaba adelantando trabajo a la vez que atendía a varias llamadas.

—Entonces estaba sometido a mucho estrés.

—Sí, normalmente sí. Pero es algo normal, siempre hay mucho que hacer.

—Señor Bakugou, a pesar de que es normal cierto nivel de estrés, demasiado está perjudicando a su salud.—Debería tomarse un descanso.

—Sé que debería pero es que tengo mucho trabajo y...

Katsuki no pudo aguantarse lo que pensaba y le contestó:

—¿Acaso quieres morir, viejo?

—No, no quiero.

—¿Entonces por qué arriesgas tu vida por el trabajo?—¡Tu vida es mucho más importante!

Masaru se quedó callado y con la mirada gacha y es que su hijo estaba en lo cierto. Su vida y su salud eran mucho más importantes.

—Lo sé, hijo.—Lo siento.—Se disculpó—Después miró al médico y le habló.

—Doctor, ¿tiene ya mis análisis?

El susodicho negó.

—No, Señor Bakugou. Hasta mañana no estarán los resultados de sus análisis, por lo que; por el momento solamente puedo especular sobre su situación pero todo parece indicar que ha sido por estrés.—Pero no lo piense demasiado, pues si resulta ser algo más, podremos ponerle remedio.—Dijo con tono calmado para no alterarlo.

—De acuerdo.

—Por ahora descanse y relájese.

—Sí, lo haré.

Dicho esto, el doctor salió pero Mitsuki lo siguió para hablarle fuera de la habitación para no preocupar a su marido.

—Doctor, ¿usted piensa que a mi marido le sucede algo grave?

El hombre de mediana edad la miró y le contestó:

—Como médico, pienso que no pero tampoco quiere decir que no me pueda equivocar.—Únicamente le pido que se muestre tranquila y no altere a su esposo.

—Sí, está bien.

La rubia dejó que el médico se marchase y ella volvió a entrar a la habitación.

—¿Qué has hablado con el doctor? ¿Te ha dicho algo malo?—Cuestionó Masaru preocupado.

—Nada, cariño.—Solamente que no nos preocupemos y estemos tranquilos, que mañana estarán los resultados.

—Está bien...

Luego permanecieron callados, dejando los minutos pasar. Mitsuki miró a su retoño y le preguntó:

—Hijo, ¿no volverás a tu piso?

—Iba a volver en el tren de las ocho pero creo que será mejor que me quede aquí.

—No, yo creo que es mejor que te marches.—Tú no tienes nada que hacer aquí.

—Pero...

—Nada de excusas, hijo.—Dijo para luego revisar la hora en su móvil.—Son las siete y cinco, tienes tiempo de llegar a la estación de trenes. 

—Sí, lo sé intentaré tomar un taxi o un autobús.

Luego miró a su padre y le dijo:

—Viejo, cuídate viejo.

—Sí, no te preocupes.—Le respondió sonriéndole suavemente.

Después miró a su madre y le dijo:

—Asegúrate de no alterarlo mucho, vieja bruja.

Mitsuki se contuvo para no gritarle y le dijo:

—Yo no soy la que lo altera, así que puedes estar tranquilo pero no me llames vieja bruja, mocoso.

Katsuki se rio y le contestó:

—Nunca.

Una vez más su madre quiso gritarle, sin embargo no lo haría por su esposo, así que murmuró:

—Maldito mocoso...

El rubio cenizo la había escuchado, mas no le respondió y se despidió de sus padres para luego marcharse.

***

Habían pasado horas desde que le había enviado un mensaje a su novio y Eijirou no estaba nada tranquilo, así que decidió llamarle, ya que estaba en su habitación.

Afortunadamente; Bakugou no tardó demasiado en atender a su llamada.

>Hola, Ei. Perdón por no haberte llamado antes.

—No pasa nada, Katsu.—¿Has estado ocupado hoy?

>Sí, más o menos...

Al pelirrojo le intrigó la conversación y le preguntó:

—¿Qué quieres decir?

>Pues... Verás, mi padre... sufrió un infarto, ahora está estable. Le han hecho análisis y mañana le darán los resultados. Ahora estoy en el tren regresando a casa.

Kirishima tardó un poco en procesar lo que su amado le acababa de decir sobre el hombre al que consideraba su suegro.

—¿U-un infarto?

>Sí, ha tenido mucho estrés en su trabajo últimamente.

—Ya veo... ¿Y cuándo sucedió eso?

>Esta mañana.

—Podrías haberme dicho algo, así hubiera ido yo también.

>Lo pensé pero no quería preocuparte ni que perdieras clase.

—No hubiera pasado nada, solamente habría sido un día.

>Es cierto pero no quería añadirte problemas.

—Lo entiendo pero la próxima vez , dímelo. ¿De acuerdo?

>Sí, lo haré. ¿Qué tal tu día?

—Bien, hoy me han mandado un trabajo para la asignatura de fundamentos del atletismo y también hablé durante el almuerzo con una compañera llamada Uraraka. Ella me contó sobre su novio.

Katsuki no hizo comentario alguno sobre la compañera de clase de Kirishima y sólo dijo:

>Así que tienes que hacer un trabajo... Entonces no podremos vernos.

—Sí podemos, Todoroki y yo seremos rápidos y haremos el trabajo en dos días. Así podré darte toda mi atención~

>Más te vale, te necesito.

—No lo dudes, Katsu~

Ellos hablaron durante bastante rato, con el de dientes afilados tratando de animar a su novio. Cosa que logró gracias a su alegría y buen humor. Poco después finalizaron su llamada.

>Tengo que colgar ahora. Te amo mucho, estoy deseando verte.

—Y yo a ti. ¡Nos vemos, Katsuki!

>Adiós, Ei.

Finalmente, colgaron y se dispusieron a hacer otras cosas.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!


Sexo sin compromiso [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora