Capítulo CX.

511 71 44
                                    

***
A lo largo de la cena, ellos conversaron y comieron como una pareja normal, sin embargo; la camarera que había coqueteado con Katsuki, rondaba su mesa de vez en cuando.

Esto no le agradaba nada a Kirishima y es que le ponía nervioso la manera en la que ella intentaba atraer la atención de su novio.

"Se acabó. Tengo que dejarle las cosas claras."

Eijirou se levantó de la mesa, avisando en el proceso de su intención a su novio.

—Katsuki, voy a hablar con ella.

—Vale.

El pelirrojo se dispuso a ir hacia la cocina y, cuando llegó a la puerta, la chica salía con dos platos.

—¿Qué haces aquí?—No está permitido que los clientes entren a la cocina.

—No tengo intención de entrar, solamente quería buscarte para hablar contigo.

Ella lo miró confundida y le preguntó:

—¿Conmigo? ¿Por qué?

—Porque estás coqueteando con mi novio y te pido que dejes de hacerlo.

Al oír eso, quedó totalmente sorprendida, pues no le había parecido que aquel apuesto rubio fuera gay.

—No puede ser. Tienes que estar mintiendo.

—No miento, puedo enseñarte algunas fotos que nos hemos hecho en público.

—Vale, hazlo.

Entonces le mostró varias en la que Katsuki le besaba, se abrazaba a él o tenía cualquier actitud cariñosa con él.

—¿Ya me crees?

La susodicha agachó la mirada y se disculpó.

—Lo siento, pensé que sólo erais amigos.

Al verla arrepentida, Eijirou relajó el tono.

—Está bien, solamente no vuelvas a hacerlo.

—Sí, no te preocupes.

Dicho, ella fue a seguir atendiendo a los clientes, mientras que Kirishima volvió con su amado.

—¿Todo bien, Ei?—Le preguntó cuando volvió.

—Sí, ella no volverá a molestarte.

—Qué alivio.

Acabaron pidiendo un tiramisú de postre para compartir y tras acabarlo, pagaron la cuenta y se marcharon.

—Katsuki, ¿estás cansado?

—No, ¿por qué lo dices?

—Porque quiero dar una vuelta  paseo por el paseo marítimo contigo, ¿quieres?

—Sí, vamos.

Se tomaron de la mano y caminaron durante un rato hasta que llegaron al puerto. Allí había un ambiente bastante festivo, pues había bastante gente por allí. Tuvieron que andar un poco más para poder estar solos y tranquilos.

Entonces se sentaron en un banco que había allí y Eijirou habló.

—¿Sabes? He estado pensando en nuestro futuro últimamente y nos he imaginado en una gran casa con jardín y dos perros.

Katsuki sonrió y dijo:

—¿Y niños no? Pensé que dirías, aparte de la casa con jardín, dos perros golden y tres niños.—¿Acaso has cambiado de idea con respecto a tener hijos?

Eijirou estaba sorprendido, pues no pensaba que el rubio cenizo fuera a sacar el tema de los hijos. Sin embargo, tenía que ser sincero.

—No, no he cambiado de tema. Sí que quiero hijos pero no he querido mencionarlo para no incomodarte.—De todas formas, ¿tú has cambiado de opinión?

—Sí. Ahora sí que quiero.—No me importa si adoptamos o si es por vientre de alquiler. Realmente quisiera criar mocosos contigo en un futuro.

El de dientes afilados se emocionó tanto que lloró de felicidad.

—Je. Eres un llorón.

Él no lo espero, mas su amado se abalanzó sobre él para abrazarlo.

—Me has hecho muy feliz diciendo eso.—Gracias, Katsu.—Dijo llorando todavía un poco.

Bakugou, que estaba correspondiendo al abrazo; le respondió:

—No tienes que agradecerme, bobo.

—Entonces... ¿Cuántos hijos quisieras tener?—Preguntó Eijirou separándose un poco para mirar directamente a los ojos del contrario.

—Tres. ¿Y tú?

—Cuatro.

—Mejor tres y que sean varones.

—Yo quiero cuatro, dos niños y dos niñas.

—Pero cuatro ya son muchos.

—Sólo sería uno más, no sería para tanto.

—Bueno, ya veremos si tenemos tres o cuatro.—Y dime, ¿qué prefieres? ¿Adoptarlos o por vientre de alquiler?

—No sé... La verdad es que me gustaría tener hijos biológicos pero no sé si será muy caro, además, la mujer a la que contratemos podría darnos problemas.

—Sí, es cierto. Pero adoptar también es caro y se tarda más en conseguir un hijo que con un vientre de alquiler.—Además, yo creo que la clave está en elegir a una que sea de fiar y no a una maldita loca.

—Tienes razón...—En fin, ya lo pensaremos, tenemos tiempo todavía.

—Sí, lo tenemos.—Dijo apoyando su cabeza en un hombro de Katsuki y entrelazaba su mano con la de éste.

Ambos sonrieron y se quedaron así hasta que quisieron. Finalmente volvieron al piso del rubio cenizo para descansar.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!


Sexo sin compromiso [Kiribaku]Where stories live. Discover now