Amor por el baloncesto - MYG+KTH.

Parte 29: ser raro nunca será genial

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Bien, tú puedes, es básicamente explicar las jugadas, complementar lo que Ota escribió y pasar la entrevista a computadora, nada del otro mundo, puedes hacer eso, el tartamudeo no es impedimento. Se dice a sí mismo una vez está sentado frente a la computadora, es martes, un día que no corresponde al club, pero decidió quedarse para comenzar.

Puede hacerlo, puede escribir el artículo de Agust, es cosa sencilla, cosa que hasta alguno de sus hermanos puede hacer, porque ciertamente no tiene ningún nivel de dificultad extremo. Toma un respiro y se asiente a sí mismo.

Sin más comienza a teclear los botones de la computadora y a transcribir lo que ha escrito Ota, sonríe complacido al poder llenar con el nombre de los pases, y el reglamento los espacios en blanco que ha dejado su compañera.

El periódico tiene que quedar para el lunes, para que sólo sea cuestión de imprimirlo y darlo a conocer el miércoles, dos días después es fin de semestre y con ello llegan las benditas vacaciones.

Sí Tae se pone a pensar, no puede creer que ya fuese a terminar su segundo semestre de la preparatoria, está muy feliz, y más aún, no puede creer que en pocos meses ya está perteneciendo a un club, ¡y más genial aún! Al club que creyó que nunca entraría, lo veía tan lejano, pero miren, ahí está, sentado ¡escribiendo un artículo! ¡Usando sus palabras y tecleando él mismo el artículo!

Seguramente sí le explicará a alguien que no conoce aquel suceso, lo miraría raro y diría algo como "–Ah, okay, pero... es solamente un artículo, ¿por qué tanta emoción?"

¡Y sí! ¡¿Por qué tanta emoción?! He ahí la respuesta; ¡porque se trata de su primer artículo! Quizás con ello las personas de su curso se darán cuenta que es normal, igual que ellos, que puede escribir cosas maravillosas, y que lo puede hacer bien.

Tal vez aún hay un poco de esperanza.

Continua escribiendo con una sonrisa, ahora con más emoción y felicidad.

Ser tomado como normal, eso... eso sería tan genial.

No termina aquel día, deja el trabajo a medias porque su madre le llama y le menciona que tiene que volver a casa ya o se haría tarde, aquello ciertamente lo puso un tanto triste, no quería parar de escribir, pero era cierto, ya serían las 5:00 de la tarde.

—¿Cómo te fue corazón? —Pregunta su madre una vez puso pie en el corredor.

—Bien —responde y la mujer le sonríe—, ¿y p-p-papá? —Pregunta encaminándose a la cocina.

—Aún está en el trabajo, llegará temprano hoy —informa la mujer y él asiente— ¿quieres cenar ya? —Le pregunta y él asiente con una sonrisa.

Se sienta en la silla habitual y aguarda por la comida, cena en silencio, responde una que otra pregunta de su madre, hasta que una cosa lleva a la otra y él le comenta que se encargará del artículo de Agust en el periódico y que será su primer artículo.

—¡Tienes que traer uno de esos aquí a la casa, hijo! —Afirma su madre tomándolo por sorpresa—, me encargaré de enmarcarlo y colgarlo en la pared.

Tae sonríe con sus mejillas sonrojadas.

—N-n-no es pa-p-para tanto —asegura y su madre lo mira ofendida.

—¡Claro que lo es! ¡Tú primer artículo, amor! ¡Es merecedor incluso de que cenemos sushi ese día! —Asiente y Tae ríe un poco.

Bueno, tampoco es que se negará al sushi... sí tanto insisten, de acuerdo.

Asiente sin borrar su sonrisa, ahora más amplía.