Amor por el baloncesto - MYG+KTH.

Parte 82: JungKook está en problemas

JungKook despierta temprano y se alista para irse a la preparatoria, tome un baño y toma su desayuno del refrigerador, su madre está en la cocina a su lado. Pone la leche de plátano en la barra y toma su celular de su bolsillo delantero del pantalón al sentirlo vibrar, es un mensaje de Young, lo abre y le atentamente.

Youngie

-¡Buenos días!
-No podré ir contigo a
la preparatoria, papá lo hará
¡Nos vemos! 

No puede evitar fruncir el ceño al leerlo, ¿habrá sucedido algo malo? Young siempre, siempre va con él camino a la preparatoria. Reacciona al momento que siente un dedo en el centro de su frente, es su madre que está a su lado.

—No arrugues tu frente que se te harán arrugas —hace observación con una risa, el menor le devuelve el gesto guardando su celular, supone que puede tomar el desayuno en casa e irse un poco más tarde.

Toma las galletas y la leche y se sienta en una de las sillas altas, su madre le sigue y se sienta frente a él, JungKook suelta un suspiro.

—¿Qué sucede? —Pregunta su madre observándolo interesada, el menor la mira y niega con la cabeza. —¿Todo bien con Young? —Pregunta de nuevo.

Y eso hace detener sus movimientos.

¿Todo bien con Young? No lo sabe con certeza. Debe admitir que las cosas entre los 2 han estado un poco extrañas, y todo gracias a ese chico estúpido de su salón y por la terquedad de Young de pedirle que no haga nada para evitar las burlas del chico.

Y ese beso, ¡diablos! Puede afirmar que cuando le dio ese beso aquella vez que se dio cuenta que Young comenzó a usar de nuevo la capucha de los suéteres luego de mucho tiempo fue el que hizo que las cosas entre los dos se complicarán y se pusieran muy extrañas.

Pero no sabía cómo interpretarlo, sí extrañas en algo bueno o en algo malo. Se había puesto a pensar mucho en eso, ciertamente le había estado dando muchas vueltas al asunto tratando de deducir a qué se debía y sólo lo llevo a plantearse una sola cosa.

—¿JungKook? —El llamado de su madre lo hace volver a la realidad, sacude su cabeza y mira hacia su dirección, la mujer lo observa con atención—, ¿problemas con Young? —Alza ambas cejas y finalmente el pelinegro niega con la cabeza.

—Todo está bien entre los dos —miente finalmente. Su madre no lo mira muy convencida y cuando va a hablar el menor se adelanta poniéndose de pie.

—Se me hace tarde para la escuela —hace observación y se dirige a la sala donde tiene su mochila. —¡Nos vemos en la noche! ¡Ten cuidado en tu trabajo! —Despide con una galleta en la boca.

—¡Igual tú! ¡Te amo! —Dice su madre.

—¡Te amo más! —Continua y sin más sale de la casa.

Una vez afuera suelta un suspiro, el aire fresco de la mañana golpeando su rostro, mira el cielo y está soleado, solamente el aire es fresco y llega con ciertas ráfagas, ciertamente su cabeza es un gran remolino de sentimientos que no sabe cómo pensar con claridad por lo que vuelve a respirar hondo y se asiente para después comenzar a caminar con dirección a la preparatoria.

Decide escuchar música con sus audífonos y justo cuando va llegando se percata de Young bajando del auto de su padre con una sudadera grande y una capucha sobre ella, tal parece Youngie no se percata de él y la observa caminar hacia la entrada principal. Por quien sabe cuanta vez toma un respiro y se encamina a la puerta ingresando a la escuela.