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Parte 68: la muerte vuelve

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TaeHyung ingresa a su casa llorando, de camino a ésta su madre le ha informado que sus hermanos llegarán a su trabajo y más tarde cuando salga los 3 llegarán, por lo que sabiendo que su padre no está en casa se permite llegar. Sus manos tiemblan sin cesar, su vista está borrosa por las lágrimas que hay en sus ojos y salen sin cesar, logra abrir la puerta y corre a su habitación, con YeonTan detrás de él, al llegar al cuarto deja su mochila en el suelo y se lanza a su cama donde suelta los sonoros sollozos que había estado reteniendo todo el camino.

Tonto, tonto, tonto. Se dice una y otra vez.

¿Cómo pudo creer que todo había cambiado? 

¿Cómo siquiera pudo pensar que alguien como él puede ser feliz?

Había sido lindo pensar que podía, pero la caída ha sido el triple de dolorosa, se ha roto todo. Se sienta de rodillas en la cama y esconde su rostro empapado y rojo entre sus manos mientras niega con la cabeza.

Y es cierto, sí es un raro, siempre lo será. No puede escapar de eso, no pudo hacerlo durante 8 años ¿por qué las cosas habrían de cambiar? Lo que más le da vergüenza es pensar en la gran lástima que le han tenido los demás, ¿qué les habrá dado por querer estar cerca de un raro? Quizá es cierto eso que dijo Woo, querer sentirse bien con ellos mismos, querer ser los buenos de la historia.

No puede soportarlo, no cuando se imagina el rostro de Agust. ¿Entonces todo lo que vivió con ellos los últimos 7 meses fue falso? Solloza de nuevo, ha sido un tonto, de seguro en estos momentos le deben estar diciendo a Agust y a NamJoon que los ha descubierto y que ya no tienen que fingir.

¿Por qué le duele tanto? Eso ya ha pasado antes, que lo ilusionen, pero sentía que en serio era diferente con ellos, con todos, con Agust. 

Suelta un grito contra la almohada a la vez que la golpea, tonto, tonto, vuelve a pensar. Su respiración va muy rápido, siente que no puede alcanzar las exhalaciones comienza a llorar más. El libro, piensa y vuelve a llorar más. Hace días había estado tan feliz y un poco más seguro, que había tomado aquel libro que por tanto tiempo había tenido miedo, ese lindo libro de pasta dura y sobre-portada, y había pegado los dibujos de un proyecto muy importante de niño en la pared que hay frente a su escritorio, había pensado que su redacción es buena, que había mejorado, pero ahora ve que todo era mentira, no había avanzado nada y seguramente en esos aspectos tampoco.

Se pone de pie y camina hacia su escritorio, en donde toma el libro, se detiene al tenerlo entre sus manos lo mira hipeando, su cuerpo teniendo suaves espasmos: "La Luna de olvidó" la portada tiene diferentes tonos de azul y puede ver a un niño vestido de gato sosteniendo a la Luna, siente sus ojos llenarse de lágrimas de nuevo, los cierra con fuerza mientras niega.

No es normal, no es normal. 

Sale de su habitación y deja el libro en el librero, ahí debe de estar se debe quedar ahí siempre.

Y los recuerdos vuelven, los golpes, las palabras, su madre, todo. Se sostiene la cabeza con ambas manos a la vez que niega, quiere que pare, que todo pare de hacer ruido, que su mente deje de reproducir imágenes, suelta su cabeza y con YeonTan siguiéndolo mientras da saltitos para que lo acaricia se vuelve a su habitación, mira la pared frente a su escritorio y ve los bocetos de los personajes que tiene pensado.