LVII

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Miro curioso a la mujer tomar delicadamente una flor para arrancarla y después colocarla detrás de su oreja con tanta delicadeza que lo hizo querer hacer lo mismo arrodillandose en el suelo buscando la flor más bonita que pudiera encontrar.

—¿Qué buscas, hijo?— Preguntó la mujer curiosa una vez se sentó en la banca mirando al niño en el suelo.

—Busco una flor— Murmuró sus ojos brillando cuando encontró justamente una que resaltaba entre las demás en rojo—. ¡Esa es hermosa, abuela!

La mujer rió con ternura y permitió al  niño arrancar la flor para que este volviera corriendo a sentarse a un lado de ella mirando fijamente al árbol frente a ellos mientras se colocaba la flor detrás de su oreja.

—¿A mamá le gustan las flores?— Preguntó pensando en lo bonita que se vería su mami con una flor detrás de su oreja.

—Le encantan— Le contestó su abuela—. Cuando Irene era pequeña adoraba plantar flores conmigo.

—¿Y porqué ya no lo hace?

—Porqué ahora no tiene tiempo para hacerlo— Suspiró—. ¿Quieres que la sorprendamos con un ramito de flores?

—¡Si!

Media hora después el pequeño Johnny de 7 años se encontraba dentro de su casa a la espera de su madre con sus botas llenas de lodo, un ramo de flores mal hecho en sus manos y una gran sonrisa en sus labios. Escuchó la puerta ser abierta y después de eso su madre entrar luciendo completamente agotada ignorando su presencia para caminar a su habitación.

—¡Mami!— La llamó siguiendola de cerca sin dejar el ramo—. ¡Mira mami, te traje flores!

—Johnny, hijo, ahorita no molestes, estoy cansada y necesito descansar que en dos horas tengo una junta— Soltó la mujer sin mirarlo para cerrarle la puerta de su habitación en sus narices.

El pequeño pelinegro miro el ramo de flores con un puchero para después lanzarlo duramente contra el suelo corriendo a su propia habitación para encerrarse y llorar.


—Hijo... ¿puedes escucharme por un momento, por favor?— Dijo la mujer agotada recargada contra la puerta de la habitación de Johnny.

—No, Irene, no puedo— Lo escuchó hablar de dentro—. No tengo tiempo para escucharte.

Aunque su voz sonará seguro de si mismo dentro de la habitación se encontraba Johnny sentado abrazando sus rodillas en su cama mientras sentía sus ojos lagrimear y miraba desesperado su móvil en espera de lo que sea de él. Le había mentido a Mark, no habían abierto ni un restaurante nuevo cerca del Instituto, lo único que quería era que estuviera con él en su casa sabiendo que sus padres iban a tener el día libre, pero no podía ser egoísta y tampoco se podía arriesgar a perderlo así que lo había dejado ir con Haechan, y ahora estaba ahí, llorando encerrado en su habitación con su madre afuera rogándole por hablar.

—Hijo, por favor— Susurró esta con lágrimas cayendo de sus mejillas—. No se que hacer... sé que no he sido una buena madre para tí, intento enmendar mi ausencia en tu infancia pero tú no me das la oportunidad.

—Así no funcionan las cosas— Gruñó intentando esconder su hipido—. No puedes venir dieciocho años después a intentar arreglar algo que no tiene arreglo.

—Hijo, sólo déjame hablarte unos minutos, por favor— Pidió al borde del llanto.

—Dije que no Irene— Vociferó temblando—. ¡Vete y déjame en paz!

—Hijo...— La mujer susurró para morder su labio inferior decidiendo a que no iba a molestarlo más—. Lo lamento, ya me voy...

Johnny tuvo la intención de correr a abrir la puerta para tomar a su madre y abrazarla tanto que su llanto cesaría, pero no lo iba a hacer, porque esa mujer no lo merecía, la amaba demasiado, era su madre pero sabía que ella no merecía ni una pizca de ese cariño.

Se abrazó aún más a si mismo cuando sintió su móvil vibrar, rápidamente lo tomó sonriendo en medio de sus lágrimas al ver un mensaje de Mark Lee.

Bebé:

Ya ví la película con Hae

Cómo va tu comida con Taeil?

Cavernícola lindo:

Todo bien.

Te extraño.

Bebé:

Yo también

Pero mañana nos volvemos a ver, no te preocupes tanto

Debo dejarte, pedimos comida a domicilio y Donghyuck perdió su billetera así que me toca pagar a mi :(

Cavernícola lindo:

Esta bien.

Te veo mañana.

Bebé:

Esta noche volvemos a hablar ;)

Bloqueó su móvil y lo dejó a un lado para recostarse sobre su cama tapando sus ojos con su antebrazo.

Si debía explicar lo que sentía por sus padres llenaría un libro completo, pero cuando intentaba buscar las palabras para hacerlo simplemente le era imposible, no habían. Suspiro con angustia escuchando el ruido de los tacones de su madre bajar las escaleras, probablemente ya debía volver al trabajo, lo único que le importaba.










*Introducción las preocupaciones de Johnny lentamente*.

Creo que aún sigo sin aclarar del todo la situación de Johnny con sus padres a pesar de que es bastante clara, ellos nunca estuvieron para él así que desarollo un especie de amor/odio por ellos y es por eso que actúa así.

Les tengo una mala noticia y es que tengo una gran desconformidad por la historia en general, osea, creo que no la he hecho bien, hay muchas cosas que no me gustan y siento que ya es tarde para corregirlo. No sé si mi yo del futuro cuando ya termine esto va a querer hacerlo pero quiero editar la historia, reescribirla mejor y sin tantos fallos como lo tiene ahora.

Ahh, bueno, inseguridades que todo escritor tiene, que decir.

Nos leemos luego! 💗

Love Drama © | JohnmarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora