XXVI

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—¿Me vas a contar que está pasando o no?— Preguntó Mark ya harto del silencio.

Ya era suficiente para él.

Johnny tan solo al llegar a su habitación se había aventado a su cama para recostarse boca abajo sin decir nada o hacer algo. A decir verdad su habitación era bastante normal para lo que Johnny era, una cama de dos plazas con una base café oscura, edredón blanco y almohadas del mismo tono, las paredes eran color beige, habían varias ventanas con cortinas cafés, tenía lo que todo estudiante promedio tenía, un escritorio con algunos libros encima, su mochila a un lado de este y aparte un pequeño bote de basura lleno de papeles, además tenía una repisa con varios videojuegos, una gran TV con una consola y su propio baño donde supuso que también estaba su clóset.

Era bastante acogedor.

Él se había sentado en una orilla de la cama sin saber que hacer o decir, Johnny parecía estar bastante enfadado así que no quería molestarlo pero ya habían pasado al menos veinte minutos desde que estaban ahí, su trasero dolía, su estómago rogaba por algo de comida y a parte quería regresar a su dormitorio para ver la película que nunca terminó de ver.

—¿Qué quieres saber?— Preguntó Johnny su voz siendo amortiguada por el edredón.

—Bueno, porque aún sigo aquí, quien es la "señorita Sooyoung" y porque te molestaste tanto cuando tus padres dijeron que iba a estudiar donde nosotros— Contestó mientras se encogió de hombros.

Johnny levantó la vista con el ceño fruncido y su cabello desordenado para mirarlo directamente a los ojos por unos segundos hasta que el sonido de su estómago rugiendo los interrumpió rompiendo su contacto visual haciendo que el mayor se enderezara en su lugar.

—¿Tienes hambre?

Por supuesto idiota, me trajiste aquí a la fuerza prometiendome comida y al final lo único que me comí fue una incómoda pelea familiar.

—No— Contestó en cambio pero su estómago rugiendo de nuevo lo delató.

Johnny rodando los ojos se levantó de la cama para dirigirse al baño.

—Ve a pedirle algo de comer a una de las cocineras, después vuelves y hablamos, mientras yo me daré una ducha— Demandó y después se encerró en su baño.

Mark se dejó caer de espaldas en la cama y como un niño chiquito haciendo una rabieta comenzó a dar patadas al aire mientras maldecía en todos los idiomas que sabía a Johnny y su estúpida falta de pensar, ¿cómo iría él abajo a pedirle algo de comer a alguien que no conoce de nada?

Bueno, se estaba muriendo de hambre y considerando que probablemente sea la única vez que vería a esa persona estaba bien, ¿no?

Ya no tenía vergüenza cuando estaba en el primer piso, buscando a alguna mucama para que le diera algo de comer porque sería muy descarado de su parte simplemente llegar a la cocina y abrir la nevera por algo de comer. Al final no encontró a ni una así que decidió a entrar a la cocina y estuvo a punto de hurgar como vil rata la nevera si no fuera porque una mujer algo mayor entró por el otro lado de la cocina haciendo que soltara un grito y por casi caiga al suelo.

—Oh, señor Lee— La mujer parecía suspendida, era una de las que estaban en el comedor—. ¿Qué hace aquí? Supongo que tiene hambre.

Mark con sus mejillas rojas de la vergüenza asintió mientras se hacía hasta atrás en la pared.

—Disculpe las molestias, Johnny me dio el permiso de comer algo, esta mañana no pude hacerlo ya que se supone que comería aquí pero ya ve como resultaron las cosas— Rió un poco incómodo mientras la mujer se acercaba hasta la nevera para abrirla buscando algo dentro.

Love Drama © | JohnmarkWhere stories live. Discover now