Cuarenta y siete.

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Jin se quedó conmigo aguantando mi llanto sin quejas. Fueron tantas las lágrimas que me quedé dormida sin darme cuenta.

Amanecí en mi habitación con Jin junto a mi, yo planeaba quedarme en mi cama por el resto del día, pero él me obligó a salir de ésta, diciendo que debíamos ir al supermercado porque yo no tenía nada de comida y quería cocinarme algo para hacerme sentir mejor.

No me quedó de otra que hacerle caso, tampoco sería una desagradecida, tomé una ducha y me arreglé un poco. Me puse unos lentes de sol ya que mis ojos estaban muy hinchados y no había maquillaje que pudiera disimularlo. Luego nos fuimos en su auto hacia el supermercado.


Ya habíamos metido en el carrito varias cosas que yo necesitaba. Jin se había ido por un pasillo donde estaban las carnes, todavía no se había decidido que preparar para mi, lo que fuera estaría bien. Tampoco tenía mucho apetito.

Me metí en el pasillo de los dulces y snacks, que era lo que más me interesaba de hacer compras, Jen era la que solía hacerlas y sabía lo que debía comprar para EunBi y para mi.

Fui metiendo chocolates y algunas frituras, llegué a la sección de las gomitas y no pude evitar recordar a JiMin al ver las que solíamos comer cuando veíamos películas y también en cualquier otro momento. Eran de colores y ácidas, yo nunca las había probado pero eran sus favoritas y luego se convirtieron en las mías. Sequé una lágrima que se me escapó y acomodé mis lentes, de pronto me sentí observada pero al mirar a mi alrededor ninguna de las otras personas estaba mirándome. Tomé varios paquetes de gomitas lanzándolos en el carrito con más fuerza de la necesaria, me sentí como una adolescente que al terminar con su novio todo lo que ve le recuerda a él y odiaba sentirme de esa manera.

Después de un rato Jin llegó a donde estaba con varias bandejas de carne, kimchi y otras cosas. Su actitud era extraña, miró detrás de él y hacia el final del pasillo, antes de centrar su atención en mi.

–¿Estabas llorando? –mi nariz estaba roja seguramente– ¿Viste a...?

–No lo estaba. ¿A quién?

Hizo una mueca y metió las cosas en el carrito.

–La salsa picante que nos gusta.

Fruncí el ceño. Tenía la sensación de que quería decirme otra cosa, pero simplemente lo dejé pasar, ya me quería ir.

–No.

–Iré por ella. –Se alejó nuevamente.

Llegamos al apartamento y yo me fui a mi habitación directamente, me lancé en la cama. Me sentía agotada mentalmente pero aún así no dejaba de pensar en JiMin, en lo que hablamos.

Mi corazón estaba completamente roto.

Me odiaba tanto por provocarle tal daño. Daño que no se remediaría.
Él me había perdonado y aún así eso no me hacía sentir bien, yo quería que estuviésemos juntos, que pudiésemos comenzar de nuevo. Yo estaba lista para dejar fluir mis sentimientos sin miedo, pero toda esperanza se destruyó y yo era la única culpable.

–Ya, Cassie, anímate un poco. Todo se arreglará.

Jin y yo estábamos en mi cama, ya habíamos almorzado pero yo no había hablado mucho, en cambio me perdía en mis pensamientos cada tanto.

Sonó el timbre y se levantó para ir a abrir, me cubrí más con la colcha esperando a saber quien era.

–Te he estado llamando ¿por qué tienes el celular apagado?. –Dijo EunBi en cuanto entró a mi habitación, su semblante era de total preocupación y era obvio que ya se daba una idea de lo que había pasado.

•Little Lies. |PJMWhere stories live. Discover now