Treinta y siete.

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–Gracias por no dejarme sola. –Susurré, mi voz se escuchaba un poco ronca. Él me abrazó más fuerte, dejando un beso en mi coronilla.

–Siempre que me necesites estaré para ti. –Aseguró.

Creo que era cerca de medianoche, JiMin y yo estábamos en la cama, hace un rato que tuve una crisis; tantas cosas que tenía en la cabeza y no podía controlarme del todo. Una posible escena de Anna reclamándome y echándome la culpa por el secuestro de Monie se produjo en mi mente y además que la conversación con el investigador no me había dejado tranquila, ocasionó que no pudiera contenerme y simplemente exploté en un llanto descontrolado. Afortunadamente JiMin supo calmarme y no me ha soltado desde entonces, tampoco quería que lo hiciera.

Yo estaba hecha pedazos y él era quien los mantenía juntos para no terminar de derrumbarme.

Teniendo en cuenta de lo que se había enterado acerca de sus padres, era algo que lo tenía mal y estaba dejando su dolor en un segundo plano por mi. Por eso quise agradecerle, aunque su respuesta había hecho que quisiera llorar otra vez. Justo la conversación que tuve con EunBi antes de que se la llevaran vino a mi mente.

–Ella estaba molesta. –Dejé salir de repente, JiMin tardó algunos segundos en responder, quizá tratando de comprender a que me refería o pensando que me había vuelto loca.

–¿A que te refieres? –Preguntó finalmente, no dejaba de dar leves masajes en mi cuero cabelludo que la verdad había logrado relajarme bastante.

–EunBi. Cuando se la llevaron ella estaba molesta conmigo, habíamos tenido algo así como una discusión.

–¿Por qué?

–Por ti.

El silencio nos inundó, JiMin probablemente buscando la respuesta a el por qué discutiríamos por él o por qué yo sacaría aquello a relucir ahora. Me mordí el labio, porque no era el momento adecuado de hablar sobre lo que pasó entre nosotros, pero al estar con mis muros abajo hacía que quisiera hablar sinceramente con él y sacar todo lo que llevaba dándome vueltas en la cabeza, no daría marcha atrás.

–No entiendo... –Su voz denotaba confusión.

Decidí reincorporarme en la cama, para verlo mejor y él hizo lo mismo sin despegar sus ojos de mi cara, su ceño estaba ligeramente fruncido en extrañeza.

Tomé una bocanada de aire antes de hablar: –Ella estaba molesta por lo que pasó el día de la boda. –Miré mis manos porque me sentía peor al verlo a la cara.

–Bae, no tienes por qué hablar de esto ahora, en serio...

–Perdóname por todo lo que te dije ese día –seguí hablando ignorando sus palabras– perdóname por el daño que te hice, soy un asco de persona y aún así te mantienes a mi lado. –Retuve la respiración por un segundo, dudando si continuar. JiMin tomó mi mano llevándola hacia él para besarla delicadamente.

No me esperaba ese gesto, sentí el nudo en mi garganta y las lágrimas quemar en mis ojos.

–No hables así. –Su tono triste hizo que no pudiera contener más las lágrimas ya que estas comenzaron a deslizarse por mis mejillas, inhalé y exhalé varias veces para que mi voz no flaqueara.

–Ella tiene razón –pronuncié cabizbaja– no fui capaz de aceptar mis sentimientos hacia ti a tiempo y terminé arruinandolo... vales mucho y... perdóname. Tú de verdad me querías y yo fui una mierda contigo. –Se me quebró la voz y fue entonces que se arrimó más hacia mi para abrazarme. –Lo lamento, JiMin.

Con aquello le había dado a entender que de verdad sentía algo por él pero aún así creía que no era suficiente y no encontraba una mejor manera de expresarme. Sus brazos estaban firmes a mi alrededor y susurraba cosas que no podía entender a causa de mis sollozos.

•Little Lies. |PJMWhere stories live. Discover now