Diez.

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Me encontraba escogiendo que me pondría para que no se notaran los moretones en mi cuerpo. Había pasado un día de lo sucedido, hoy quería ir a la universidad a pesar de que se supone debería tomar reposo. Pero tenía un examen importante y no quería faltar.

EunBi no estuvo de acuerdo que asistiera a la Facultad, pero ésta vez no pudo convencerme de quedarme.

Mis golpes ya no dolían tanto gracias a la crema que me habían dado en el hospital, sólo me incomodaban. El moretón en mi rostro seguía igual, aunque la hinchazón había bajado considerablemente. Me coloqué algo de maquillaje para que no se viera tan mal, de igual manera tenía pensado usar un tapabocas.

Estaba en la mansión otra vez, ayer pasé todo el día en el apartamento junto a EunBi, que se había quedado a dormir.

Park JiMin, me había engañado el muy idiota. Le pedí que no llamara a mi hermana pero hizo todo lo contrario. Yo no quería que EunBi se preocupara tanto, la conocía y a penas me vio comenzó a llorar, pero se notaba que venía haciéndolo en todo el camino.

Ella llegó en el momento en que yo estaba quedándome dormida. Me sorprendió escuchar la puerta, así que hice el esfuerzo de levantarme para ir a ver pero no alcancé a dar ni un paso, cuando ella entró y quedó impactada al verme, corrió a abrazarme y yo la recibí a pesar del dolor, lloró por un buen rato hasta que se calmó. Al parecer JiMin le contó que había sido un intento de robo, por lo menos no le había dicho la verdad. Porque yo no planeaba decírsela, no sería tan fuerte para ella lo del robo como el saber que quisieron violarme. Eso la afectaría mucho.

Me ayudó a colocarme crema en la espalda, luego hablamos un poco hasta que nos quedamos dormidas. Fue difícil convencerla de que fuera a la universidad, no quería dejarme sola pero yo le aseguré de que estaría bien.

Decidí llamar a la persona del spa, que me hacía manicure y pedicure, quería que me las arreglara, y así fue. Odiaba ver mis uñas rotas, yo las usaba largas y solía pintarlas con colores que resaltaran. Afortunadamente solo se me habían roto dos.

En la noche nos fuimos a casa, Anna se sorprendió al verme, pero no percibí ni una pizca de preocupación. Sólo había preguntado lo que había pasado, le conté brevemente, y de mala gana. No dijo más nada y rato después salió quien sabe a dónde.

Al entrar a mi habitación me había conseguido con un arreglo de flores, de parte del señor Park, era obvio que JiMin le contaría. El arreglo tenía una nota escrita a mano, decía que haría todo lo posible por encontrar a quien me había hecho esto.

La verdad yo lo que quería era eliminar este episodio de mi vida, pero también ese imbécil podía seguir haciendo de las suyas, así que dejaría que SungJun me ayudara.


Me vestí, me coloqué un gorro para tapar el parche y un tapabocas blanco. Agarré la chaqueta de JiMin, se le había olvidado y se la devolvería. EunBi no quiso llevársela cuando fue al campus. Quiere que yo se la entregue personalmente.

Salí de casa, me subí a mi auto y coloqué mi bolso junto a la chaqueta en el asiento de copiloto.

Aparqué en el estacionamiento, saqué mis cosas para comenzar a caminar hacia el edificio. Muchos se me quedaban viendo pero trataba de ignorarlos. El examen era a primera hora y había llegado con unos diez minutos de antelación.

Cuando entré al salón, si antes todos me veían cada vez que llegaba, ahora con mucha más razón. Quise decirles que metieran las narices en sus propios asuntos, pero no valdría la pena hacerlo.

Me acerqué a los chicos, que parecían sorprendidos de verme, me senté al lado de YoonGi como si nada.

–Hola, ¿cómo están? –Saludé.

•Little Lies. |PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora