Doce.

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JiMin

Estaba algo -bastante- estresado, el restaurante del que estaba a cargo y el cual tenía dos meses en remodelación, aún no estaba listo. Mi tío quería se abriera nuevamente lo mas pronto posible.

Cuando comencé a estudiar, él me dio la responsabilidad de manejar uno de sus restaurantes, más importantes, en el centro de la ciudad. No me quejaba para nada porque así no me haría las cosas tan fáciles, prácticamente era otro de sus empleados.

Mis padres trabajaron muy duro para darme muchas comodidades pero no éramos millonarios. Mi padre y mi tío comenzaron con el negocio de restaurantes, les costó al principio pero les iba muy bien. Lamentablemente pasó lo del accidente, y a mi tío le tocó seguir solo. Por suerte, la popularidad de los restaurantes creció muchísimo en éstos años y él tuvo la posibilidad de invertir en otras cosas. Yo era consciente del esfuerzo que hicieron ambos, por lo que quería ayudar a mi tío en lo que pudiera.

Estaba estresado porque constantemente tenía que ir a ver como iban los arreglos en el restaurante, tenía muchos exámenes últimamente, además que hacia tiempo para visitar el orfanato. Pero todo el esfuerzo valdría la pena.

Todo lo hacía por HyunJin, ella soñaba con una boda muy grande como en las películas y yo estaba dispuesto a cumplirle ese sueño. A darle eso y mucho más.

Estábamos muy bien, ya habían pasado alrededor de tres semanas desde que arreglamos todo. Ella estuvo muy molesta por toda la situación con BaeMin, pero le hice entender que yo solo quería que hubiese una buena relación entre las dos familias. No mencionó nada sobre el incidente, porque me conocía y sabía que yo ayudaría a cualquiera que lo necesitara.

Con respecto a la morena, ella y yo nos llevábamos bien. Desde que pasó lo que pasó había bajado su guardia conmigo, aún me resultaba extraño que me dirigiera la palabra sin ese tono odioso que solía usar.

Me la cruzaba en la universidad pero casi no hablábamos porque ambos estábamos ocupados con nuestras cosas, pero me la encontré un par de veces en el orfanato. Ahora que podía hablar con ella, su personalidad me resultaba muy interesante.

Salí del restaurante junto con HyunJin, íbamos caminando por la acera, agarrados de manos. Me había acompañado a ver como estaba quedando todo en el local. Habían avanzado mucho los trabajos, así que la semana siguiente sería la inauguración.

–Amor, iré al orfanato al salir de clases. –Hablé mirándola, ella hizo una mueca como de decepción.

–¿Y eso?

–Tengo casi una semana que no voy, puedes acompañarme si quieres. –Planteé.

Quería aprovechar también, para ver si habían instalado las computadoras que llevé anteriormente. Los chicos estaban muy felices y emocionados ese día. A mi me dio el doble de felicidad verlos de esa manera.

–Me gustaría, pero no puedo. Debo estudiar –suspiró– seguramente estará esa. –Me miró seria.

Sabía que se refería a Bae, después de todo seguían sin agradarse. Era obvio.

–No lo sé. –Me encogí de hombros.

Y de verdad no lo sabía, no siempre coincidíamos.

–No me gusta que estés cerca de ella. –Se quejó.

Habíamos dejado de caminar y nos encontrábamos al lado de mi camioneta.

–¿Por qué? ¿No confías en mi? –Me acerqué, colocando mi mano en su mejilla. Ella relajó su expresión y yo sonreí al notarlo.

•Little Lies. |PJMWhere stories live. Discover now