•Little Lies. |PJM

Veintiséis.

Salí de la mansión Park justo cuando estaba amaneciendo, nadie estaba despierto aún por lo que dejé a JiMin y subí a la habitación a buscar mis cosas. Ni pude dormir porque debía irme, en cambio JiMin si había quedado rendido y no se si me escuchó cuando me despedí.

Llegué a casa, las chicas estaban libres por hoy, me asomé a la habitación de EunBi y Jeon estaba allí, ambos dormían, él boca arriba pero con un brazo extendido el cual era el apoyo de ella, que estaba dándole la espalda. No era la primera vez que esos dos dormían juntos, al parecer habían arreglado las cosas, cerré con cuidado y caminé hasta mi cuarto.

Dejé mis cosas a un lado, me metí a la ducha aunque me moría de sueño, pero necesitaba bañarme y así dormiría más cómoda.

Vinieron a mi mente todo lo que sucedió hace unas horas, había cumplido mi objetivo ahora sólo me quedaba ver como se desarrollarían las cosas. Debía ser sincera y es que realmente me había gustado hacerlo con JiMin, es decir, era bueno y lo disfruté. Así que podría considerarlo un doble beneficio o doble victoria, la idiota de HyunJin me pagaría todas las que me debe, me reiría en su cara, y a cambio obtuve unas horas muy placenteras.

Me vi al espejo cuando salí de la ducha, tenía marcas por casi todo el cuerpo y debía tapar las visibles. Nunca imaginé que a Park le gustara ser rudo en la cama y a mi me gustaba serlo también. A la mayoría de los hombres les gustaban ser dominantes siempre, aunque con los chicos con los que había estado se dejaban hacer por mi y JiMin no fue la excepción pero con él también probé un poco lo que era ser sumisa, se dio de forma natural y me gustó.

Fue una de esas veces en las que me sentí muy excitada y no podía creer que justo había sido por JiMin.

Me coloqué una pijama y me metí entre las sábanas, me sentía exhausta.

3 días después.

Pasaría por Jin a donde vivía, iríamos a comer era un poco más del mediodía y no tenía ganas de cocinar. JungKook había logrado que EunBi saliera, pero no tenía idea de a donde fueron.

EunBi estaba al tanto de lo que pasó, se lo conté el mismo día pero no se sorprendió, dijo que lo veía venir. Al igual que Jin, no se sorprendió porque hubiese pasado, sino por las marcas que JiMin dejó en mi, nunca se imaginó que él fuera así de apasionado –sus palabras–, pero seguía diciendo que era una mala idea. Yo no le prestaba atención.

Quería ir al restaurante de JiMin, así aprovecharía de ver como estaba, no habíamos hablado. El día anterior fui a la tienda de Shua, estaba agarrando cierto gusto por los tatuajes, así que quise hacerme dos más. YoonGi estaba allí, me contó que HyunJin y JiMin terminaron pero no me dio detalles.

Llegamos al lugar, él anfitrión nos llevó enseguida a la terraza, a la parte privada, al parecer eran órdenes. Cuando pasamos, JiMin estaba con dos hombres de traje, parecía una reunión de negocios. Obviamente nos vio llegar y Jin lo saludó con la mano, nos sentamos, ellos estaban a unas cuantas mesas y yo veía de frente al pelinegro.

Ordenamos nuestra comida y mientras comíamos me fijé en JiMin, parecía concentrado en lo que decía uno de los hombres pero al parecer sintió que lo estaba viendo y cruzamos miradas por unos segundos antes de volver su atención al hombre.
Tenía una camisa blanca y encima una chaqueta de cuero negra, sonreía de vez en cuando y a veces pasaba el pulgar por su labio inferior, ahí me di cuenta que tenía anillos en casi todos sus dedos.

Yo había notado que solía usarlos, pero antes no me parecía tan atractivo que un hombre usara anillos, hasta ahora.

Mierda, me estaba dando calor.