𝘍𝘰𝘳𝘵𝘢𝘭𝘦𝘻𝘢 "ᴬʳᵗʰᵘʳ ᴾᵉⁿᵈʳᵃᵍᵒⁿ"

39

No puedo vivir sabiendo que me amas más a mi, que a ti mismo.

Al llegar a la taberna, Gil no espero para gritar con suma preocupación sobre aquel festival que se llevaría acabo en un par de días —Arthur— El pelinaranja giro a verme —Ven ayudarme— Asintió y me siguió a la cocina, dejando toda aquella fruta y verdura que habíamos comprado sobre la barra.

—Oye— Eleve mi mirada para observarlo, mientras me dedicaba en anudar el mandil a mi cintura —Lamento lo que pasó en el mercado, sé que estas molesta por eso.

—No importa Arthur— Me observó con su ceño fruncido, acercándose a mi para girandome dándole la espalda, y comenzar ayudarme atar el nudo detrás de mi cuello, no sin antes recorrer mi cabello a un lado.

—Claro que importa, te conozco lo suficiente como para saber que realmente te importa... Así como también me importa a mi— Me tomo de los hombros y me giro para quedar frente a frente —No me agrada cuando Tadashi esta cercas de ti, a ese idiota le gustas. No soy tonto— Mordí mi labio para no decir nada —Perdón si soy excesivo con mis celos, pero tengo miedo de que...

—¿Lo elija a él?— Sus ojos púrpuras descendieron con tristeza para observar el suelo —Te he elegido a ti, por mucho tiempo. Toda mi vida has sido tu a quien he amado y eso no cambiará— Su cuerpo tembló ligeramente —Arthur, entiendo que te moleste la presencia de Tadashi por el simple hecho de que guste de mi, pero también tú debes de entender que por más que él lo intente mi corazón siempre te pertenecera. Jamás permitiré que él trate de alejarnos, y no esperes que haga algo cuando seas tú quien nos aleje.

—¡No pretendo hacerlo!— Elevó su mirada con angustia y preocupación, trato de tomarme de la mano, pero paro el acto apretando sus labios y creando un puño —Lo lamento, en verdad, jamás he tendió la intensión de alejarnos... No quiero alejarte de mi— Suspire y me gire para picar las zanahorias —Andromeda, en verdad, perdoname.

—No me gusta que me celes, jamás me ha gustado esa inseguridad en ti— Me gire a verlo, esperando que hablara, pero él no lo hacía, sólo me miraba gritando con sus lindos ojos miles de cosas "No te detengas a decirme las cosas, porque es ahora o nunca" Le dije, aparentando mi puño. Haciendo que inhalara y elevará su mentón.

—Perdón por sentirme inseguro, pero el simple hecho de tenerte a mi lado me hace creer que te mereces algo mejor que yo; perdón por sentirme un inútil, un estúpido ser vivo que no merece tenerte en mi vida; cada día que pasa te amo mucho más, pero así como crece mi amor por ti, crece mi temor de pensar que no soy suficiente para ti. ¡Porque no lo soy! ¡Jamás seré suficiente para ti, porque te mereces algo mejor que yo! ¡Siempre me esfuerzo por ser mejor cada día para merecerte! ¡PERO DEMONIOS! ¡Eres tan perfecta que me haces dudar, temblar, reír y llorar! ¡PERDÓN POR SER INSEGURO ANTE TI, PERO ES INEVITABLE!— Su rostro rojo y sus ojos llorosos me mirababan expectantes, mostrando un nuevo lado que nunca había visto en él. El sonrojo no era sólo por las ganas de llorar, sino por la ira que recorría en él.

Sus manos hechas puños y sus labios apretados me decían que no era momento para que todos los presentes gozando de la escena hablaran, lo cual agradecí. Su respiración comenzó a relajarse y parpadeando consecutivamente regresó a lo que era antes, mostrándome de nuevo al Arthur tímido e inseguro.
Me miró ahora con lágrimas recorriendo sus mejillas y tembló ligeramente mientras abría y cerraba la boca en busca de las palabras que quería hablar... Lo conocía como para saber que en cualquier momento rompería en llanto y la culpabilidad lo consumiria hasta ahogarlo en la depresión.

—Wow— Exclame, haciendo que me mirará confundido.

—¿Wow?— Otra vez su ceño se frunció y como por arte de magia y de una fuerza que no sabía de donde había sacado, me tomo como sacó de papas y comenzó a encaminarse hacia las habitaciones —Te digo todo lo que siempre quise decir ¿y tu simplemente sueltas un Wow?— Llegamos a su habitación, arrojandome a su cama para proseguir a dar vueltas de un lado a otro con desesperación —Deje salir todo lo que tenía frente a todos, incluso cuando no pretendía gritarte lo hice ¿Y tu sueltas un Wow?— La impresión no cabía en mi, jamás había visto esta etapa de Arthur y algo dentro de mi sin duda había despertado. Verlo de esa manera me había llenado de un enorme deseo por besarlo y estrecharlo en mis brazos.

—Arthur— Lo llamé, pero siguió vociferando con molestia —Esta bien, te perdono— Paro en seco y me miro —Yo sé que no quisiste gritarme, mucho menos armar un escándalo frente a todos— Bufo y se cruzo de brazos evitando mi mirada —También te pido perdón, por hacer que explotaras frete a todos, cuando claramente eso debía ser más privado— Me hinque en la cama y suspire —Perdón por hacer nuestra primera discusión una obra digna de presenciar— Sus mejillas se tiñeron de rojo y me miro —Hagamos un trato.

—¿Cuál?— Seguía con su semblante molesto, lo cual, comenzaba a volverme loca... En el buen sentido de la palabra.

—Prometo que cada que te pongas celoso te golpeare— Frunció su ceño y apretó su mandíbula —Y... Yo te daré permiso de golpear a Tadashi cada vez que se me insinue— Relajo sus hombros, pero eso no quito su enfado. Suspiro y volteo su cabeza.

—Acepto, con una condición más— Me sente de manera que mis nalgas tocaban mis zapatos.

—¿Cuál?— Me miró y me recorrió con la mirada, haciendo que todo mi cuerpo reaccionara temblando —¿Q-qué?— Bajo la mirada y se acercó a mi, tomándome de los hombros y levantado mi mentón para acercar sus labios a los míos sin tocarlos.

—Que pueda dejarle muy claro a Tadashi que eres mi novia— ¿¡Cómo puede si quiera tener seguridad  cuando momentos antes me gritaba que era lo contrario frente a mi!? ¡Demonios, tendré un colapso de amor!

De nada me sirve saber que eres inseguro a mi lado.