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Entre más amor, más celos. Y entre más celos, más llanto.

Después de que Merlín jugueteara con los diferentes estilos de vestimenta que podría usar, caminamos hacia los demás

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Después de que Merlín jugueteara con los diferentes estilos de vestimenta que podría usar, caminamos hacia los demás.
Tadashi parecía estarse acoplando bien, pues se encontraba hablando con Howzer y Gil; Slader tenía en brazos a Griamore, quien por alguna extraña razón seguía llorando; Gowther estaba... Literalmente arrancandole el rostro a Arthur. Así que salí corriendo hacia ellos —Hey, me lo dejas sin rostro— Lo aparte de Arthur.

—Parece estar atascado— Explicó Gowther, quien se encogió de hombros.
Mire al pelinaranja y luego a la cosa en él.

—No puedo creer que esa cosa ya te haya besado mucho antes que yo— Arthur gruñó —Sólo estoy jugando, a ver— Tomé de la cola a la criatura y lo jale hacia mi. Pero por la fuerza cause que, una: yo cayera hacia atrás, dos: Arthur cayera encima de mi. Raro, pero no tanto.

Por fin el "gato" así lo llamaré, se digno a moverse del rostro de Arthur, quedando ahora en su nuca, y provocado ahora que ambos quedáramos a centímetros de separados, rozando nuestras narices.
Estaba consciente de que tal vez algunos nos miraban, pero me imagino que sólo los más metiches —Sí que es incomodo— Hablo Gowther.

Arthur no dijo nada, sólo me sonrió de lado muy sonrojado, antes de ponerse de pie y ayudarme. Y cuando tomó mi mano... —¿Lo sentiste?— Le pregunté.

—Sí— Respondió, mirándome anonado. Así nos quedamos por un minuto, mirándonos sin decir nada.

—¿Están bien?— Preguntó
Tadashi a lado de Gowther —Parece que les pico algo.

—Se llama amor, tonto— Le respondió Arthur con voz molesta, alejandose de nosotros.
Eleve una ceja ante aquello, ver a Arthur insultar a alguien más es como... Ver a los planetas alinearse en el cielo: nunca. Luego mire a Merlín, quien sonreía con burla, mire a Tadashi, quien parecía divertirle el comentario y por último a Gowther, quien miraba a Arthur alejarse con curiosidad.

—El comportamiento humano es mucho más complejo que sus sentimientos— Hablo mirándome, seguramente me encontraba igual de roja que Arthur —Tu no estas celosa como él lo está.

—Obviamente— Le respondí alejándome de ellos dos, caminando hacia Meliodas, sintiendo en cada paso que daba, mi corazón acelerarse con rapidez y ese temblor en mi manos... Esa sensación.

—Pequeña Andromeda— El temblor paro y regrese a la normalidad —¿Estas bien?— Trague saliva, por un instante no pude controlar mi propio cuerpo.

—Sí— Elizabeth se acercó y le sonreí —Me estaba preguntando ¿Ahora podemos ir a buscar al resto de los pecados?— Gil y Howzer no estaban tan lejos de nosotros, pero ambos parecían estar impactados por algo.

—¿Para que quieres ir a buscar a los demás si ya es suficiente con Meliodas?— Me pregunto Hawk, negué y luego mire a Meliodas.

—¿Tal vez porque lo necesitamos? Dah— Le cerdo iba hablar pero se lo impedí —A parte... Escanor es mucho mas fuerte que el señor Meliodas, por si no lo sabias, y tenerlo de vuelta es como tener asegurado un alto porcentaje de victoria— Me incline hacia el cerdo —Así que sir Hawk... Quieras o no, iremos en busca del resto de los otros pecados capitales.

—No pudiste haberlo dicho mejor, pequeña Andromeda— Meliodas comenzó a calentar —Mi fuerza aun no ha vuelto completamente aún— Mire a Elizabeth, quien parecía estar encantada con él rubio —Necesito ponerme en forma.

—Eres un monstruo— Camine hacia ella y le sonreí.

—Mirate— Me imagino que ambos deberían de llevarse así de mal.

—Elizabeth— La ojiazul me miró y me sonrió, preguntandome preocupada si pasaba algo —Escuche lo de tu prueba.

—Oh si, fracase completamente— Negue y la abrace.

—Ve el lado positivo— Ella me miró —Hiciste que Meliodas recuperará su poder, y superará su miedo y controlará su ira— Me miró con los ojos cristalizados —Elizabeth... Sin duda alguna eres la luz que todos esperábamos.

—Gracias— Sollozo —Muchas gracias señorita Andromeda— La volví a abrazar y al separarme limpie sus lágrimas.

—Llamame Andromeda, sólo Andromeda ¿Sí?— Ella asintió.

—Bien, creo que ya estamos todos listos para partir— Hablo Merlín.

Asenti y le indique a Elizabeth que caminara a mi lado, lo cual hizo. Comenzando hablar sobre lo que pasó dentro de la prueba, también le hablé sobre lo que me pasó a mi... Y de ese tema pasamos a varios más, llegando la noche.

Ambas seguíamos hablando en la cocina, después de haber lavado los platos y vasos sucios de la cena —... Y luego Verónica corrió y me tumbo, así que papá tuvo que llamar a dos enfermeras por eso— Ambas reímos por aquella anécdota.

—Debió haber dolido tanto— Ella afirmó aquello, cuando por fin dejamos de reír nos quedamos en un silencio muy cómodo, en el cual ambas sentíamos paz y compañía de la otra. Mire la ventana y luego el lugar desolado, todos ya se habían ido a dormir, la última en despedirse fue Merlin, quien nos dijo que no durmieramos tan tarde —Creo que nos hemos pasado de las horas.

—Oh, es cierto— Todo estaba muy silencioso —Somos las únicas despiertas— Le sonreí.

—Deberíamos también subir a descansar— Ella me dio la razón —Duermes con el señor Meliodas ¿Cierto?

—Sip— Asenti mordiendo mis labios para evitar soltar algún comentario que la pusiera incomoda.

—Ustedes hacen linda pareja— Fue inevitable.

—Ah... Es... Gra... Oh... Ay...— Comencé a reír —Tal vez, pero tu y Arthur en verdad que se ven como una verdadera pareja— Deje de reír, para que ahora fuera ella quien riera a carcajada abierta.

—Eso no quita el hecho de que ya descubrí que en verdad amas a Meliodas— Dejo de reír, ahora ambas nos mirábamos con una sonrisa —Así como yo amo a Arthur.

—Yo haría lo que fuera por el señor Meliodas, es por eso que comprendo que tu harías lo que fuera por Arthur— Me tomo las manos y las apretó.

—Es lo que uno hace por amor— Apreté sus manos también.
Suspiramos y reímos —De acuerdo, vamos a dormir. Mañana seguiremos hablando.

—A Diane en verdad le hubiera fascinado estar hablando las tres juntas— Sonreí de lado. Ambas caminamos a las escaleras que nos llevarían a nuestras habitaciones.

—Veras que lo haremos, la encontraremos y haremos pijamadas, hablaremos hasta que amanezca— Ella festejo.

—Me encanta la idea— Por cuestiones de pocas habitaciones, dormiría con Merlín —Hasta mañana, Andromeda.

—Descansa, Elizabeth.

La amistad es la medicina más bonita para curar la soledad

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La amistad es la medicina más bonita para curar la soledad.

𝘍𝘰𝘳𝘵𝘢𝘭𝘦𝘻𝘢  "ᴬʳᵗʰᵘʳ ᴾᵉⁿᵈʳᵃᵍᵒⁿ" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora