09

3.1K 387 19
                                    

No importa lo que seamos justo ahora, porque sin título o con el, sabría que nuestro amor es real.

[Arthur]

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

[Arthur]

Jadee y sonreí de lado, aquel chico era bastante bueno con la espada —Eres muy bueno.

—Gracias su majestad— Ambos bajamos la guardia y nos observamos —He estado practicando bastante para ser parte de los caballeros de Camelot.

—Bueno, sí sigues a este ritmo podrás serlo— Senti una pulsada y sonreí con alegría. Aquello sólo indicaba que Andromeda estaba cercas de aquí —Sí quieres seguir entrenando puedes hacerlo, debo retirarme por ahora, pero ten por seguro que regresaré para otra pelea contigo— Me despedí y salí de la sala de entrenamiento casi corriendo. Siguiendo las pulsadas de más cercas.

—... Deberían mantener el perfil bajo— Baje la velocidad y sonreí al verla con un hermoso vestido azul y su cabello suelto.

—Sí su majestad— La chica que la acompañaba se alejo y por fin pude acercarme.

—Buenos días— Andromeda se giro con rapidez y le sonreí. Puse mis manos detrás de mi espalda y observe con admiración su rostro.

—Buenos días— Frunció sus cejas, acción bastante adorable en ella. Realmente no había ni un solo hueso malo en ella; no había nada en ella que no pudiera derretirme de amor —Hoy te levantaste bastante temprano ¿No lo crees?— Me pregunto.

—Bueno, quería aprovechar el tiempo— Sonrio y rodó los ojos.

—Ajá, haré como te creo— Se giro en su lugar y comenzó a caminar. Mordí mi labio y la seguí de cercas.
Parecía que cada día que pasaba su belleza solo incrementaba más y más —¿Tengo algo en la cara?— Borre mi sonrisa, probablemente de bobo y negué.

—No, no, no, todo en ti está bien. Quiero decir, todo está bien— Ella se rio y me tomo del brazo para recargar su cabeza en mi hombro —Estoy un poco sudado— Le adverti aunque no quería que se alejara.

—No importa— Sonreí con emoción —Tenía planeado ir a la capital— Pare de seco.

—¿Ir a la capital? ¿Tu sola?— Ella me observó y asintió muy convencida. Me tense en mi lugar y apreté mis puños, había prometido no dejarla ir a ningún otro lado sola, no podía permitirme que la dañaran de nuevo.

—Sí, tú no puedes salir del reino por ahora. Y yo tengo muchas ganas de ir, me esperaría a que estuvieras desocupado, pero no sabemos hasta cuando Merlín regrese— Suspire y mire el suelo en busca de palabras para detenerla. Realmente no era bueno con las palabras cuando estaba con ella, y eso que ya puedo hacerlo más actualmente, porque si fuera como antes, tartamudearia todavía —Sé que también quieres ir, pero el reino te necesita— Levante la mirada cuando ella se inclino un poco para buscarme la mirada.

Le sonreí y tome sus manos —Lo sé, es solo que me prometí que no dejaría que nada malo te pasara, y que no te dejaría ir a otro lado sola nunca más— Ella me sonrió y acarició mi mejilla. Cerré mis ojos ante su delicado tacto, sus manos en verdad eran muy suaves.

—No necesito de tu protección, Arthur. Sabes que puedo cuidarme yo sola— Suspire y mordí mi lengua para no contradecirla. Porque sabía de ante mano que tenía razón —Estare bien, te lo prometo.

—No te vayas— Hice un puchero y la observe con mis ojos cristalizados.
No podría resistirse ante eso, lo sabia.

—Por favor Arthur, no puedes hacer esto yo... Ahg, de acuerdo, no me ire.

—¡Sí!— La abrace y la alce en el aire sólo para girar con ella en mis brazos. La escuche reír y hasta que no me pidió que la bajara lo hice. Tome su rostro entre mis manos y bese la punta de su nariz —Eres la mejor Andromeda— Ella tomo mis manos y sonrió.

—Tu eres un estúpido— Amplie mi sonrisa —No puedo enojarme por eso.

—Podrías, pero me amas— Ambos nos reímos.

—Ya quisieras Arthur Pendragon— Auch, una presión en mi pecho me hizo saber que había dado justo en mi corazón.
Andromeda tomó mis mejillas y sonrió, para después depositar un beso en mi mejilla —Pero tienes razón.

Sonreí con alegría y la observe —¿En verdad?

—No lo sé ¿Por qué mejor no me lo preguntas dentro de un año?— Se alejo de mi y salió corriendo fuera del castillo.

—¡Un año es mucho tiempo!— Me quede en mi lugar observando por donde se había ido.
Suspire y negué con alegría, sabía que me amaba así como yo la amaba a ella. Sabía que era recíproco lo nuestro, estaba muy seguro.

El amor es algo tan complejo como el pensamiento humano

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El amor es algo tan complejo como el pensamiento humano.

𝘍𝘰𝘳𝘵𝘢𝘭𝘦𝘻𝘢  "ᴬʳᵗʰᵘʳ ᴾᵉⁿᵈʳᵃᵍᵒⁿ" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora