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Incluso la persona más fuerte puede caer de rodillas.

Sentada en la cama de Arthur, sola y en completo silencio

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Sentada en la cama de Arthur, sola y en completo silencio.

Me sentía diferente, me sentía de alguna manera... Mal, algo no andaba bien conmigo. No hablo físicamente, nada me duele. Podría definirlo como algo que dentro de mi me está consumiendo, es como si hubiera una neblina de negra que está cubriendolo todo. Como si todas mis esperanzas se fueran, esos ánimos, esa felicidad se estuviera acabando; como si fuera consumida por esa neblina.

Tenía ganas de llorar, gritar y golpear. Algo no andaba bien en mi —Andromeda— Mire a Arthur quien me observó preocupado.
Rápidamente cerró la puerta detrás de él y se acercó a mi —¿Qué sucede, por qué lloras?— Lo mire confundida, levantando mi mano de la cama y tocando mis mejillas húmedas —Dime que es lo que pasa.

Trate de hablar, pero lo único que sucedió fue que las lágrimas se intensificaron. No pretendía llorar, ni siquiera quería hacerlo, era como si mi cuerpo reaccionara por si solo.
No me está gustando eso, en los cuales hay momentos que no tengo control sobre mi cuerpo.

Me encogi de hombros mientras él rodeaba sus brazos por mi cuerpo y me obligaba a ocultarme en su pecho —Yo no~ Mi voz salió temblorosa.

—Esta bien, estoy aquí— Me aferré a su cuerpo y deje salir todo aquello que estaba conteniendo.

[Arthur]

Acariciaba el cabello de Andromeda, mientras ella dormía plácidamente sobre mí. Perdí las horas que habían pasado desde que se quedó dormida, pero estaba seguro que por lo menos, ya era de madrugada.
Y por más que quisiera conciliar el sueño, no podía hacerlo. Me sentía cansado, pero no podía dormir.

Me preocupada Andromeda, verla llorando me rompió cada parte de mi alma y corazón. Nunca la había visto llorar de esa manera dan dolorosa, y lo de esta tarde con su ataque de ira.
Sabía que algo no andaba bien con ella —Duerme— Hablo Cath después de todas estas horas.

—No puedo— Respondi suspirando, dejando mi mano en el suave cabello de mi hermosa chica.

—Ella esta bien, esta durmiendo y tu también deberías hacer lo mismo— Mire al gato a mi lado.

—Hay algo que me lo impide— Y como si las palabras fueran mágicas, comencé a cerrar los ojos con pesadez. Ni siquiera lo estaba intentando, se cerraban por si solos.

(...)

Cuando desperté me encontraba solo en la cama, y por más que buscará a Andromeda con la mirada no la encontré —Por fin despiertas— Cath salto a la cama.

—¿Donde esta Andromeda?— Le pregunté sentandome.

—Después de que te quedaras dormido Merlín vino por ella, se la llevó— Frunci el ceño y lo observe confundido.
Me puse de pie y rápidamente me coloque los zapatos.

—¿Qué quieres decir con qué se la llevo? ¿Merlín entró al cuarto y sólo como así se la llevó?— Cath afirmó aquello —¿Por qué?

—Dijo que quería hablar con ella.

Baje rápidamente las escaleras, encontrándome como siempre a los primeros en despertar. Entre ellos Andromeda, quien estaba en la cocina.

Me acerque a ella y sonreí, cuando se giro a verme también lo hizo —Buenos días— Beso mi mejilla y siguió cortando las manzanas.

—Buenos días— Merlín no estaba presente por alguna extraña razón —¿Cómo... Cómo te sientes?

—Bien ¿Por qué la pregunta?— Se giro para seguir con la preparación del desayuno. Tome un vaso y serví agua en este.

—Me dijiste que hablarías conmigo del porqué estabas llorando— Dejo de remover la casuela y giro a verme confundida —Pero Cath me comenta que Merlín te llevo a su alcoba por la noche.

—¿De qué hablas?— Ahora yo era el desentendido.

—De lo de ayer— Seguía confundida —En la noche te quedaste en mi habitación, al entrar en ella tu estabas llorando y no pudiste decirme el porqué, pero en cuanto te tranquilizaras me ibas a decir como te sentías— Ahora su rostro cambió a uno perplejo, y miró el suelo tratando de entender mis palabras —Te quedaste dormida en mis brazos... Andromeda ¿Segura que estas bien?

—Sí, es sólo que no recuerdo eso— Me miró confundida —Yo recuerdo haber ido a la habitación de Merlín y haber dormido ahí. No lo que tu me estás diciendo— Nos quedamos en un silencio para nada cómodo. Ella hizo una mueca y después de un suspiro se giro de nuevo a la comida —Debería hablar con Merlín sobre eso.

—Sí, creo que sería buena idea— Aunque algo dentro de mi me dijera lo contrario.
Pero, vamos, es Merlín de quien hablo, ella jamás haría algo que afecte a Andromeda. No entiendo porque debería de desconfiar en ella.
Ella literalmente ha sido nuestra protectora.

Negué y me gire para tomar del agua, observando esta vez a Merlín, quien recién baja del segundo piso y nos miraba a ambos. Alce mi mano y le sonreí ampliamente "No me siento bien, algo no anda bien". Borre mi sonrisa y gire a ver a Andromeda quien dejó de cortar —Linda— Me miró y luego miro su mano "Algo no anda bien, Arthur" Preocupado me acerque a ella y tome su mano con la mía.

La obligue a mirarme y luego de notar que comenzaba a llenar sus hermosos ojos de lágrimas me acerque a ella y la bese. Sollozo en mi boca y ambos nos separamos —Tranquila, todo esta bien— Junte nuestras frentes y la tomé de la cintura para que ella pudiera abrazarse a mi.
Suspire y recargue mi cabeza encima de la suya —Amor, puedes decirme lo que sea, lo sabes.

—¿C-cómo me llamaste?— Rápidamente mi cara comenzó arder y le sonreí con algo de vergüenza. Ella se separó de mí y limpio su rostro soltando una ligera, débil y hermosa risa —Oh Arthur ¿Qué haría sin ti?

Sonreí y me acerque de nuevo a ella besándola, tomándola por sorpresa, pues jadeo y dio un brinco. A comparación de los otros besos, este duro un poco más —Bueno, bueno, bueno, bueno... Ustedes no pierden el tiempo eh— Nos separamos y miramos a Meliodas —Ya veo que se están desayunando— Tanto a Andromeda como a mi nos consumió la vergüenza.

 Ustedes no pierden el tiempo eh— Nos separamos y miramos a Meliodas —Ya veo que se están desayunando— Tanto a Andromeda como a mi nos consumió la vergüenza

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No trates de aparentar ser buena, cuando tus intenciones son completamente diferentes.

𝘍𝘰𝘳𝘵𝘢𝘭𝘦𝘻𝘢  "ᴬʳᵗʰᵘʳ ᴾᵉⁿᵈʳᵃᵍᵒⁿ" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora