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Ofrecer amistad al que pide amor, es como dar pan al que muere de sed.

—Bueno entonces, aquellos que quieran entrenar vengan a la entrada— Después de todo el disparate que se armo con tener a Hendrickson aquí y el escandaloso de King, Jenna se dirigió a nosotros

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—Bueno entonces, aquellos que quieran entrenar vengan a la entrada— Después de todo el disparate que se armo con tener a Hendrickson aquí y el escandaloso de King, Jenna se dirigió a nosotros. Sonreí y camine, pero Merlín me detuvo, como solía hacerlo siempre —Oh, y que dejen todo lo que llevan consigo.

Me advirtió con la mirada y me acerque a la esfera, más bie a su cuerpo holografico —¿Qué?

—Deben entrar en parejas— Mire a Arthur a su lado y sonreí.

—Bien, Arthur y yo entraremos juntos— El pelinaranja sólo desvío su mirada de mi, frunci mi ceño por su acto, pero le reste importancia, porque Jenna estaba hablando, y lo que decía debía ser importante para comenzar a entrenar.

—No lo entiendes Andromeda, para poder entrar debe ser un número par. Entraran ocho y contigo serían nueve, debes tener pareja para entrar— Iba hablar pero ella me mandó a callar —Y no, no puedes hacerlo sola, porque el entrenamiento seria en vano y muy arriesgado— Bufe y mire a King, quien simplemente me barrio con su mirada y se alejo del lugar, ahora mire a Hendrickson quien parecía estarse poniendo su ropa.

—Sí invitó a Hendrickson ¿Podré entrar con Arthur?— Me acerque al hombre, mirando todavía a Merlín.

—La selección de tu pareja será al azar, no podría asegurarte eso— Entonces le reste importancia y me acerque al de cabello blanco.

—Hendrickson, sé que tal vez ya no estés de ánimos para pelear y quieras descansar. Pero somos impar y necesitamos a uno más, y debido a que el mariposon de King no quiere entrar...

—¿¡Como me llamaste!?

—¿Quiseras entrar con nosotros? Por favor— Sus ojos me analizaron y después de rato sonrió, se volvió a quitar la camisa y yo festeje.

—Lo que usted me pida majestad— Sonreí y mire a Merlín, quien no parecía estar contenta por haber logrado convencerlo. Y Arthur, parecia... Muy molesto, su mirada se veía... Oh, demonios.

—Merlín, creo que Arthur esta molesto conmigo— Me acerque a ella para dejarle mi espada y mis cosas —¿Por qué?

—Sólo está celoso— La mire confundida —Se le pasará, pero si te digo una cosa, no permitas que se moleste más— Asenti y mire hacia los demás, donde Arthur parecía sujetarse bien el cinturón en su pantalón.

La vista que tenía era más que divina, ocho hombres sin camisa frente a mi.

—Yo no creo que deba quitarme la camisa también ¿Verdad?— Merlín me analizó y con un chasquido me visto con un short y un top cómodos —¿No es algo revelador, Merlín?

—¿Quieres entrar cómoda o no?— Alce mis manos al aire.

—Yo sólo decía— Me abrace a mi misma, mostrar mucha piel no era lo mío —Oye Merlín ¿Porque tu no entras?

—Sería inútil, no tengo buena forma física...

—A parte de que no estas en forma física— Deje de reír al ver su molestia —Perdón, sigue.

—No tengo oportunidad, es todo— Asenti y escuche como Jenna alentaba a los demás.

— De acuerdo, avancen— Suspire y me aleje de Merlín con media sonrisa, tomando la espada de madera y caminando hacia Arthur. Quien al verme se sonrojo y miró a los demás, también me preocupaba —Una vez que estén dentro. El entrenamiento comenzará automáticamente— Comenzamos a caminar hacia la cueva e inconscientemente tome la mano de Arthur para seguir avanzando.

—No debiste haber entrado— Me susurro mientras seguíamos avanzando.

—Y tu no deberías estar enojado conmigo— Me soltó la mano, y eso hizo que lo mirara. Pero Arthur ya no estaba a mi lado, estaba sola, ni siquiera los chicos estaban —¡Chicos! ¡Hey!— Todo a mi alrededor era oscuro —Malditos, me dejaron sola— Apreté la espada de madera en mi mano —"No si, que el entrenamiento iba a ser en parejas"... Parejas mi chanclas— Suspire y cerré los ojos negando —Okay, voy a regresar.

—¡Andromeda!— Me detuve —¡Andromeda!— ¿Esa era la voz de mi madre? —¡Andromeda!— Una luz a lo lejos comenzó a verse.

—¿Mamá?— Sacudi mi cuerpo al sentir ese escalofrío recorrerme —Mamá ¿Qué haces aquí? Diablos, puede ser sólo una ilusión, o mi prueba, o yo que sé— Me relaje e inhale profundamente.

—¡ANDROMEDA AYÚDAME!— Su desgarrador grito hizo que todo mi cuerpo cediera y corriera hacia la luz.

Cuando la atravesé me quede cegada por unos segundo y sólo podía escuchar gemidos de dolor —Andromeda— Abrí los ojos y me encontré con Hendrickson.

—¿Estas bien?— Me acerque a él y luego mire a nuestro alrededor —¿En donde estamos? ¿Donde están los demás?— Cuestione tomándolo de los brazos y ayudandole a ponerse de pie.

—Es mi... Nuestro desafío— Una risa de una mujer hizo eco por el lugar —Por accidente toque un ámbar sagrado y el entrenamiento inició— Asenti y gire a mi alrededor escuchando de nueva esa risa, la cual parecía de una maniática.

—Sí quieren puedo regresarlo todo para que vuelvan a iniciar, y escoger el desafío que deseen ambos— Mordí mi labio y mire a Hendrickson.

—¿Es Jenna?— Él asintió —No Jenna, dejalo así, está bien. Creo que ambos podremos con este— Dije hacia la nada.

—Cómo ustedes lo pidan— Gire sobre mis talones y analicé al hombre, le sonreí y él me devolvió la sonrisa.

—Podremos con esto, ya veras Hendrickson— Lo anime.

—Claro, su majestad— Le tendí mi mano para que se pusiera de nuevo de pie, y él la tomó, pero su sonrisa se borro —¡Andromeda!— Jalo de mi y me lanzó lejos de él, haciendo a su vez que me golpeara con una roca.

—¡Auch!

No hay maldad más pura que la de un hombre sediento de sangre, con su enemigo más lúgubre frente a él

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No hay maldad más pura que la de un hombre sediento de sangre, con su enemigo más lúgubre frente a él.

𝘍𝘰𝘳𝘵𝘢𝘭𝘦𝘻𝘢  "ᴬʳᵗʰᵘʳ ᴾᵉⁿᵈʳᵃᵍᵒⁿ" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora