74 inseguridad

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Mamá me acompañó hasta la que, cuando nos quedamos en la base, era mi habitación. 

Ella se sentó junto a mi en la cama, soltando su agarre y sacando su brazo de mi cintura. Me sentí mal por ella. Yo no era muy liviano y tuvo que cargar conmigo hasta aquí. Estaría en deuda para siempre con esta mujer, no era mi madre pero se preocupaba más que la que si lo era.

En su bello rostro se veía el agotamiento, aunque tras su siempre brillante sonrisa.

Me recosté hacia atrás, en la cama, dejando mis piernas colgando fuera de esta. Me quede así por unos instantes. Sentía que mi respiración todavía no había vuelto completamente a la normalidad. Mi pecho aún dolía.

No me sentía bien, me sentía nauseabundo y adormilado.

¿Que me ha pasado?

Intente incorporarme pero ella me detuvo.

-¿Necesitas algo, cariño? - me preguntó con su dulce voz, al tiempo que evitaba que me levantara.

"Si, estar bien. Que todo me pare de doler, que las cosas no se vuelvan a repetir en mi cabeza, que mi hermano esté bien y verla a ella..."

-Quiero ir al baño - respondí.

Ella me ayudó a sentarme y a pararme nuevamente. Todo esto lo hice muy lentamente. Quiso ayudarme a caminar hasta el baño pero me negué. Estaba cerca, yo podría solo, debía poder solo. Di unos pasos torpes hasta llegar. Cerré la puerta y me apoye en el lavamanos. 

Me mire al espejo. Me veía terrible, enfermo, asustado.
¿Que me está pasando? 
No podía parará de preguntarme eso.

Abrí el grifo, el sonido del agua inundó la pequeña habitación. Tome agua con mis dos manos y moje mi rostro, pensando que quizás esto me despertaria un poco. Me mire nuevamente al espejo. Bebí un poco de agua, pero no aguante más, me lancé de rodillas contra el suelo frente al retrete y lo deje todo salir. Vomite una y otra vez. Cuánto odiaba esa asquerosa sensación. Cuando ya no había nada más en mi interior, apoye mi rostro contra el borde del retrete. Las náuseas no habían desaparecido, y el olor a vómito no ayudaba en nada, pero mi estómago ya estaba vacío. No había comido nada desde el receso antes de todo el caos de la explosión y el incendio.

Pepper ya hacía junto a mi. Acuclillada, ahora sostenía mi cabeza y la abrazaba a su pecho. Me sentía un inútil impotente. No entendía qué sucedía conmigo.

[...]

Lo ayude a levantarse nuevamente. Por suerte no se había vomitado la ropa. Lo volví a llevar hasta la cama, no entendía cómo lograba cargar con su peso. Esta noche mi espalda dolería como nunca pero eso no importaba, por qué sería por mi hijo.
Nunca en mi vida había visto a Harley asi, y nunca tampoco lo imaginé. Parecía un bebé, no fue como otras veces que lo vi llorar, esta vez no tenía fuerzas y estaba realmente asustado, no entendía lo que le sucedía. Le quite sus zapatillas y sus pantalones para después subir sus piernas a la cama. Busque en los cajones en busca de ropa, no quería que durmiera con las prendas impregnada a humo. Logré encontrar un polo de industrias Stark y se lo cambié por la sucia polera que llevaba. Pequeños sollozos salían de sus labios. Tape a mi hijo con delicadeza como si fuera solo un niño. Me dolía muchísimo verlo así.

Me acosté en la cama juntos él, por encima de las sabanas. De inmediato se abrazó a mí, como un pequeño indefenso.

-M-mamá... Ayúdame... No-no sé lo que me pasa... No me siento b-bien... No estoy bien...

-Shh... Cariño, estoy aquí contigo. Vas a estar bien. -intente consolarlo.

Harley se quedó dormido sollozando abrazado a mi. No quise ni moverme, ni separarme de él.

Normal life - Pepperony - IronFamily [Terminada]Where stories live. Discover now