64 Alternativo.

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¡Empezó el especial!

Me senté con la espalda pegada a la pared del pasillo mientras esperaba una respuesta.

Ella estaría bien, en cualquier momento Steve o cualquiera de los otros saldrían por esa puerta, yo entraría y junto a mi Pepper arrullaríamos al bebé, se lo presentaremos a los niños, Morgan eligiria un maravilloso nombre y viviríamos felices como lo habíamos estado haciendo hasta ahora. 

Lamentablemente no fue así.

Steve salió de la habitación, él también lloraba. Obvio venía con la mala noticia.

Mierda. Si no lo dice no es verdad.

Se dejó caer junto a mi, deslizando su espalda por la pared. Se quedó unos minutos en silencio.

-¿Ella está muerta verdad? - me impresionó el tono de mi voz. Sonaba apagado, frío, como si a ella le pasara algo no me afectara, pero era al revés. Me sentía muerto, Sí ella lo estaba yo también.

El rubio asintió con un sollozo.

Mi vista se nublo completamente.
¿De donde podrán salir tantas lágrimas? ¿Por que a nosotros? ¿Por que me tenía que pasar esto? ¿Por que a ella? 
La que me había cambiado, la que me había instruido para ser una buena persona, la que me había enseñado a amar, la que me dio una familia maravillosa, una vida perfecta, tantos días perfectos, de la que estoy enamorado y siempre estaré... Estaba muerta.

Ya ni siquiera me importaba si alguien me veía o me escuchaba llorando, ya nada me importaba.
Mis sollozos nunca habían tenido tanta intensidad.

Me levanté y corrí fuera de ahí. Ni siquiera me gire para ver si el capitán me seguía. Corrí sin detenerme, aunque en el camino algunos me preguntaron qué pasaba. Corrí hasta nuestra habitación, la que ahora solo mi habitación. La cama donde hace una horas ella había estado acostada junto a Harley, en la que dormíamos todas las noches y compartimos incontables noches, mañanas y caricias. En su mesa de noche estaba una de sus pulseras favoritas; Hartley y Peter me habían pedido el dinero para comprarla para uno de sus cumpleaños; ella siempre la ocupaba, hoy extrañamente no se la había visto, quizás había olvidado ponérsela. Un perfume, una crema, un libro; el cual era una historia de amor, el cargador de su teléfono, sus cosas. ¿De quién serían ahora? ¿Debía guardarlas? ¿Debía regalarlas? ¿Podría hacer alguna de las dos?

Una foto familiar, colgada sobre la cama, nosotros todos juntos abrazados en la torre; Harley, Morgan, Peter, Virginia y yo. Nunca más podríamos tomarnos una foto así. No podía parar de ver su cara en la fotografía. Su sonrisa, sus ojos. Nunca más los volvería a ver. 
¿Valdría la pena vivir así? 
Me deje llevar por la rabia, me subí a la cama, descolgué la foto y la tire contra el suelo. El cristal saltó por la habitación, el marco de había separado en dos. La foto estaba rota, como ahora lo estaba mi familia y mi corazón.

Intenté soltarlo todo con un grito gutural. Caí de rodillas, apoye las manos en el suelo clavándome accidentalmente algunos vidrios en las manos, pero no me dolió, nada podía dolerme más que no volver a tenerla.

-Mierda... - solté con enojo.

Las lágrimas ardían al caer por mi rostro. Mire hacia mis manos y saqué algunos de los pedazos de vidrio que se enterraban en ellas. El líquido rojo las empezó a manchar.

—¡Mierda! ¡La vida es una mierda! - seguí gritando, mientras lanzaba patadas al aire.

Me gire hacia la puerta al sentir un susurro.

Peter y Harley estaban en la puerta observando en silencio.

—¡Salgan de aquí! - les grite con furia. 

Normal life - Pepperony - IronFamily [Terminada]Where stories live. Discover now