31 (parte dos)

824 77 52
                                    

Por fin había vuelto a casa.

Solo fue una noche fuera de esta, pero, la verdad, la ausencia de Tony durante unas semanas había sido como vivir en un lugar totalmente ajeno a mí y a mi familia.

Todavía no lo había perdonado.
Aunque solo deseaba olvidar lo sucedido, no lo lograba.

—Tengo un anuncio que hacerles... - hablo nervioso Tony mientras jugueteaba con sus manos.

No sabía lo que el querría decirnos y por la expreción que vi en los otros nadie sabía.

Los chicos se sentaron en el largo sillón, uno a cada lado mío, y yo sostenía a la pequeña Morgan en mis brazos. Happy se sentó en uno de los sillones individuales, al igual que Rhodey quien había llegado hace unos pocos minutos.

—Por dónde empiezo... - suspiro —primero que todo les quería pedir perdón... - miro hacia abajo. Peter estaba muy tenso, por lo que tome su mano para tranquilizarlo. —aunque siento que no me merezco su perdon... - musito —Lo que tenía que decirles, es que creo que encontré una solución... Yo te lo prometí Pepper, Morgan va a tener una vida normal...

Recordé su promesa.
Me llene de esperanza. No pude evitar sonreír.

—Conocieron a Stephen. Él es un doctor y un hechicero. He estado trabajando junto a él y creemos que ya sabemos solucionarlo... Sé que arruine todo por esta razón, es por eso que quiero darle la mejor vida a mi hija, no deseo que su brazo le impida ser feliz... Quizás se preguntan ¿Por qué no simplemente le hiciste una especie de exoesqueleto? Pero yo no quiero eso para ella. Las burlas y lo poco estético... Además es solo una niña...

—No lo entiendo - lo interrumpí —¿entonces, como lo harás?

—Puede sonar loco pero... con magia.

Oh no...
Se había vuelto loco.

Un largo silencio invadió la sala. Todos lo mirábamos incrédulos.

—¿Tony te sientes bien? - le pregunté, ya algo preocupada.

—Creeme. Stephen sufrio un casi mortal accidente, lo que le género nunca más poder ejercer como doctor, por qué le género algo es sus manos... Pero los hechiceros lo ayudaron y ahora está de maravilla... Lo mismo podría pasar con Morgan, nunca notaría que no podía mover su brazo.

Mire a mi hija en mi regazo. Deseaba que todo lo que él decía fuera real, pero parecía que divagaba.

Le pase la niña a Peter, me levanté y camine hacia el castaño.

Lo tome de los hombros y lo guíe hasta uno de los sillones. Él se sentó. Me inque a su lado.

—Anthony - lo mire sería —Te perdono ¿Si? No tienes que inventar todas estas cosas... - dirigi mi mirada hacia el suelo —Ya vamos a encontrar una solución para lo de Morgan. - volví mi mirada hacia él —Ahora creo que lo dos necesitamos descansar. Te ves algo mal... - sobe su cabello y aproveche para poner mi mano en su frente, para sersiorarme de su temperatura. No tenía fiebre.

—Pepper yo... Yo estoy bien. Estoy diciendo la verdad... - habló algo triste. —¿No me crees?

—Tu mismo me dijiste que la vida no era un cuento de hadas, Cariño. - hice una pausa y me puse de pie nuevamente —Ahora sube, date una ducha, relajate, acuestate y en rato más voy para que hablemos tranquilos ¿Si?

Tony me miró con una rara expresión que no pude desifrar.

—¿Nadie me cree? - pregunto levantándose. —¿Niños ustedes lo vieron?

Nadie dijo nada.
Harley levantó la mano tímidamente.

—Es verdad... Yo y Peter lo vimos... Dice la verdad.

Normal life - Pepperony - IronFamily [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora